tag:blogger.com,1999:blog-87125647697640749932024-03-11T04:24:26.385+01:00el blog de alonso y marfulfleurs Du champ pour Marcelalonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.comBlogger68125tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-30624652985938925192018-02-10T16:49:00.001+01:002018-02-11T16:23:56.090+01:00Cuaderno de Benarés / La llegada<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Llegar a Benarés
desde Madrid por un precio más o menos módico supone adaptarse a las exigencias
de las aerolíneas y tomar alguna decisión que, como veremos, puede deparar
sorpresas no del todo agradables para una mentalidad occidental. Esta es la
enésima ocasión en que viajamos desde Madrid con destino Nueva Delhi y hemos
elegido volar con las líneas aéreas de Emiratos Árabes haciendo una escala de
par de horas en Abu Dhabi por un precio total de 225 euros, una verdadera ganga
si pensamos en la distancia que nos separa de India y en la experiencia que una
estancia auténtica entre sus gentes nos depara. A estas alturas del guión,
hemos aprendido a discernir lo que distingue a un “turista” de un “viajero” y,
tratándose de India, un mundo capaz de exportar espiritualidad a un Occidente
que ha ido dejando a sus dioses por el camino, también a un simple viajero de
un “viajero espiritual”, aunque, como tendremos ocasión de comentar, nuestra
manera de experimentar lo que hemos convenido en llamar “la aventura del alma”
no tenga mucho que ver con la experiencia religiosa tal como ha venido siendo
entendida tradicionalmente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Salimos de Madrid
rumbo a Abu Dhabi a las 9:45 de la mañana. Por diversas razones, hemos tenido
una noche accidentada, así que, apenas nos acomodamos en nuestros asientos,
intentamos dormir un rato. Unas horas más tarde entreabro los ojos y, a través
de los cristales de la ventanilla, tintados de un violeta intenso, miro subir
el sol sobre las costas del Egeo. Pido un café con leche y tomo algunas notas
en mi cuaderno de viaje a sabiendas de que en algún momento nos serán útiles
para contar esta experiencia. Las pantallas muestran la velocidad de vuelo. Nos
hemos estado alejando de Madrid a más de 1000 km por hora y en poco más de seis
horas desembarcamos en el aeropuerto de Abu Dhabi. Son las 19:50 de la tarde
hora local y las cafeterías están llenas de occidentales con cara de aburrimiento
que se distraen tomando unos snacks y unas cervezas. Una caña de Carlsberg en
el aeropuerto de Abu Dabhi, para quienes tengan pensado seguir nuestros pasos,
cuesta nada más y nada menos que 12 euros. Después de un regateo interminable,
la camarera acepta nuestra moneda con cara de pocos amigos, de modo que
decidimos aprovechar la espera para cambiar y hacernos con nuestras primeras
rupias. El cambio oscila cada día, así que no nos apresuramos a cambiar mucho
dinero. Hace cuatro años, la última vez que estuvimos en India, el cambio era
de 85 rupias por euro. Hoy es de sólo 73, un testimonio fiel de que el subcontinente
indio se encuentra en un momento de rápida expansión económica y demográfica y
de que registra, año tras año, unas tasas de crecimiento superiores al 7%. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El trayecto Abu
Dhabi-Delhi suma otras dos horas cuarenta minutos y, con un desfase horario de cuatro
horas y media con respecto al meridiano de Greenwich, llegamos al aeropuerto
Internacional Indira Ghandi a las 2:30 de la mañana. Quienes, como nosotras,
vayan a tomar un taxi hasta la estación de trenes de Delhi deben hacerlo
solicitando un vehículo de prepago en la cabina habilitada para ello una vez
franqueamos las puertas del aeropuerto. Son detalles que nosotras hemos tenido
ocasión de agradecer a quienes nos han precedido y que, por lo tanto, queremos
compartir con todos vosotros. Pocas veces hemos tenido ocasión de leer, a pesar
de los muchos blogs que cuentan sus experiencias en tierra india, la increíble
sensación que nos proporciona viajar en un taxi desde el aeropuerto hasta la
estación en medio de un caos circulatorio en el que se avanza a bocinazos
midiendo al centímetro las distancias para no sucumbir a los ímpetus
desaforados de un parque móvil que parece salir de una poética y fantasmal
posguerra. Es sólo el prefacio de una serie de shocks encadenados que empiezan
con la visión de la estación de trenes, tapizada de durmientes abrigados con
mantas que debemos sortear hábilmente con nuestros trolleys para no desbaratar
este apretado encaje de cuerpos que nos miran con ojos sonrientes, esperando,
quizá, que vayamos soltando una nube de rupias desde la atalaya de poder que
presuntamente nos confiere tener la piel clara y un equipaje absolutamente
inusual para quienes sólo disponen de unas bolsas de rafia vieja donde atesoran
todo tipo de enseres. Finalmente, alcanzamos el andén desde donde saldrá el
Naachal Expreso, un tren “de lujo” cuyo lujo consiste en disponer de un catre
de plástico y unas sábanas limpias en medio de una cabina tan mugrienta que nos
hace pensar en cuáles serán los estándares de higiene en peores contextos.
Pronto tendremos la ocasión de comprobarlo. Aunque, para entonces, India nos
habrá envenenado el corazón con su dulzura y eso de tal manera que seremos
incapaces de reparar en la suciedad de otro modo que como un tributo
inexcusable pagado a una miseria que nos asedia de mil formas diversas y que de
mil diversas formas nos atenaza y nos conmueve. Entretanto, asistimos al
amanecer desde nuestros catres y, a lo largo de los más de ochocientos
kilómetros que nos separan de Varanasi vemos desfilar un monótono paisaje de
miseria. Chabolas dispuestas mirando a las vías y algunos transeúntes que
caminan en mitad de la nada como si se tratara de personajes en busca de un
autor que, por el momento, ha rehusado hacerse cargo de sus vidas y los ha
soltado como al azar, como fichas de un ajedrez descabalado que pone en jaque
todas nuestras rutinas. Nadie parece ocuparse de nada, a no ser los vendedores
que se cuelan en el expreso y recorren a toda prisa los compartimentos
vendiendo té con leche y con azúcar y unas suculentas somosas (empanadillas
rellenas de una pasta vegetal deliciosamente indiscernible) que degustamos con
placer a pesar de que la caja de plástico donde vienen nos hace concebir las
peores sospechas. Ceder a la necesidad de ir al aseo, algo absolutamente
necesario en un trayecto de más de quince horas, puede convertirse en una
aventura peligrosa. Las dos huellas de acero de la letrina están
indescriptiblemente pringosas y el traqueteo del tren hace que sentar sobre
ellas los pies para orinar sea una maniobra de alto equilibrismo. No obstante,
incluso los más ancianos salen airosos de la aventura y nos miran con una
sonrisa de este a oeste cuando nos ven fumar de hurtadillas echando el humo por
la puerta impunemente abierta a las inmensas llanuras verdes punteadas, aquí o allá,
por una vaca o un perro que parecen vagar sin destino aparente antes de sumirse
en la neblina.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwmZY4xpAyM3MmVzo-IG2KQX6mr-TCCvckUzN4sJf2NK7wEZNE0HoCZ_MfsNgX84msxB_bHtoHbXKn53eFZKGqdUKAqH3C5dDW4QyuQstVqvH8JK3E8LeVATPa2kmsM9g9hwNTMBB_dZcK/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwmZY4xpAyM3MmVzo-IG2KQX6mr-TCCvckUzN4sJf2NK7wEZNE0HoCZ_MfsNgX84msxB_bHtoHbXKn53eFZKGqdUKAqH3C5dDW4QyuQstVqvH8JK3E8LeVATPa2kmsM9g9hwNTMBB_dZcK/s1600/1.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Finalmente,
llegamos a Varanasi. Hemos viajado quince horas para hacer los ochocientos
quince kilómetros que nos separan de Delhi y, aunque nuestra mente-corazón se
dispone a disfrutar de una estancia de cuatro semanas en el corazón de la India
más profunda, nuestros huesos piden a gritos unas cuantas horas de auténtico
reposo. Son las diez y cuarto de la noche y, haciendo recuento, nos percatamos
de que hemos estado desplazándonos a razón de unos vertiginosos cincuenta
kilómetros por hora. Sonreímos, aunque muy pronto se nos helará la sonrisa ante
la agridulce melancolía que nos produce volver a ver una nube de mantas en el
suelo y un resquicio delgado y serpenteante que nos permite avanzar hacia la
salida. La visión de la estación de Nueva Delhi se reproduce aquí, corregida y
aumentada, antes de que un taxista encantador nos ofrezca su tuk tuk para
acercarnos a nuestro alojamiento, una céntrica hospedería en la que
sacrificaremos alguna que otra comodidad a cambio de estar a solo unos pasos de
una de las escaleras (ghats) que descienden al Ganges y que se extienden, en
número de ochenta y cuatro, a lo largo de una línea costera de un encanto y una
temperatura espiritual especialísimos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Antes de irnos a
dormir nos asomamos a pequeña terraza que domina la Munshi ghat, la escalera
que habremos de bajar una y otra vez en los próximos días para alcanzar las
aguas de la madre Ganga, el río sagrado que en un pasado remoto bajó del cielo
para regar los sueños de fertilidad de los antepasados hindis. El Ganges
desciende lentamente hacia el Golfo de Bengala tachonado de minúsculas “pujas”,
platillos de aluminio llenos de flores con una vela encendida en el centro que
susurra su ofrenda bajo la luz de la luna. Igual que un cielo desdoblado que
navegara insomne bajo la cúpula del cielo, el sagrado Ganges llama a sus fieles
a la inmortal ceremonia de las aguas. Mañana por la mañana bajaremos las
escaleras y saludaremos al sol desde la ciudad más sagrada del planeta. Gopal,
nuestro hospedero, nos recibe con una enorme sonrisa sobre las manos unidas en
el primer “namasté” de los que jalonarán, a partir de ahora, nuestra estancia
en Varanasi. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt;">
<span lang="EN-US" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: EN-US; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">“Bienvenidas a India”. </span> <o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-24266338390927789452015-09-01T18:38:00.000+02:002015-09-02T11:00:43.331+02:00el arte y la muerte / cuaderno del river´s end<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6OLUME9VojFzxkFiyGF4MUYHnyarcDN5wkXUDM9FtaX14ysAQL32krn4TyamOEgX8EoBvwzWoJbOSFFPGnxtDYUbhXvq8wSMEN_00Ve22ZJchVNI71hcoZc9k58_ALB9xuPQCTc3ZbUFJ/s1600/liebowitz-sontag-deceased.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" mda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6OLUME9VojFzxkFiyGF4MUYHnyarcDN5wkXUDM9FtaX14ysAQL32krn4TyamOEgX8EoBvwzWoJbOSFFPGnxtDYUbhXvq8wSMEN_00Ve22ZJchVNI71hcoZc9k58_ALB9xuPQCTc3ZbUFJ/s1600/liebowitz-sontag-deceased.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© annie leibovitz</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy el River´s End está cerrado por defunción. No sabemos quién ha dejado atrás los trabajos y los días y se ha ido sobrevolando este mar tranquilo de setiembre donde quizá mañana naveguen sus cenizas. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Et in pulverem reverteris</i>. Polvo que el mar de la bahía enredará en el polvo de otras muertes recordando, con Valery, que, de todos los cementerios del mundo, el mar es el más bello. No sabemos quién se ha ido, pero estamos seguras de que, desde ese otro lado del que nada sabemos, de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo que no se deduce otra cosa que nuestra ignorancia, se enterará de que los astrónomos han descubierto un planeta muy semejante a la tierra que orbita a unos 600 años luz de nosotros y donde, según comenta nuestro amigo Vicente Luis Mora, Ramoncín es Dios. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En su libro <em>Los grandes hombres ante a la muerte</em> decía Manuel Iribarren que los únicos a quienes puede otorgarse competencia para hablar de la muerte es a los propios muertos, no obstante nosotros la tenemos para hablar de la manera en las que nuestra cultura la ha concebido y de cómo, al calor de las distintas creencias, se han ido relevando las formas de morir y los ritos funerarios.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Imposible saber a ciencia cierta qué pensarían el hombre o la mujer de Neanderthal cuando enterraban a sus deudos recogidos sobre sí mismos sobre un delicado lecho de piedras redondeadas. Es de suponer que, tal como harían también los neolíticos, que incorporaban armas y viandas al ajuar del difunto, creían firmemente en la vida de ultratumba. Si la muerte obedecía al ritmo universal que parecía seguir la Naturaleza en su cíclica danza, era preciso acompañar el cuerpo del difunto con algunos enseres y dedicarle ofrendas con las que pudiera mantenerse mientras esperaba el retorno. La creencia en la reencarnación, que habría de triunfar en amplias regiones del planeta, no era, por tanto, más que un gesto de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">mimesis </i>metafísica abundantemente justificado por la circularidad que presidía el regreso de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los astros, las estaciones y las cosechas. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Con razón Nietzsche suplicaba la vuelta a ese fulgor dionisíaco de la tierra que gira en torno a un sol deificado que todos los días renace de sus cenizas, igual que el ave Fénix. Miramos hacia el pasado de nuestra cultura y nos da la sensación de que, de Platón a Cristo, del reino celeste de las Ideas a su natural prolongación en la escatología cristiana, se tiende un cabo del miedo del que lo más fácil era escaparse por la tangente del nihilismo, aunque en ello empleáramos más de veinte siglos y una Ilustración de por medio. Expresiones diferentes de un mismo horror,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la cultura griega temió tanto a Hades, dios del inframundo, que apenas hay representaciones suyas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El cristianismo, por contra, elevó la muerte al rango de una obsesión plástica, y aquí y allá menudean representaciones de un naturalismo feroz cuya versión laica y postmoderna no es otra que la plastinación de Gunther von Hagens. Del caballero o la señora flaquísimos de piel apergaminada se pasará al esqueleto, que, a partir del XVI,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se va definiendo con el avance de la anatomía. Los mapas musculares de los desollados de Hagens no son más que la vacua necrológica <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de una civilización que, con la fe en Dios, ha perdido la esperanza de la resurrección y exhibe su “filosofía del fiambre” con una impunidad casi obscena.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv-iYszopawYB2cz0-fn4Tp-NajuRQj9eXBlrL3r4KqIzHfDZOfMP2bi0yKJyq6MVg-IK1pzwImgmcEs8OhmCEFg4AotWCAyLF31oi0LQzQg6ru3foPbvcjMoiXFbaPjvnEJI2eYxZUKFt/s1600/gunther_von_hagens_exhibition08.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" mda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv-iYszopawYB2cz0-fn4Tp-NajuRQj9eXBlrL3r4KqIzHfDZOfMP2bi0yKJyq6MVg-IK1pzwImgmcEs8OhmCEFg4AotWCAyLF31oi0LQzQg6ru3foPbvcjMoiXFbaPjvnEJI2eYxZUKFt/s1600/gunther_von_hagens_exhibition08.jpg" /></a></div>
<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">cadáveres plastinados © gunther von hagens</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El <em>ser</em> se ha </span></span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">encontrado con la <em>nada</em> y aún esa nada que anida en un resto cadavérico debe explorarse y mostrarse en una declaración tácita de que no hay otro mundo que el mundo de lo visible, y que su decálogo no es otro que el que repite hasta diez veces la palabra transparencia. Si la agonía de Dios empieza con ese<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“tiempo novísimo” al que, apenas iniciado el siglo XIX, se refiere Hegel, no resulta sorprendente que sea el propio Hegel quien empiece a elaborar una filosofía de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verdadera muerte</i>. De la muerte sin resurrección. Sin más allá. Sin punto y aparte. De la muerte tal como se la define en la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fenomenología del Espíritu</i>,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como “negatividad absoluta” que confiere a la conciencia individual su condición universalmente trágica.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La tragedia moderna ya no se basa en la expiación de algún error nocivo como el que hace del rey Edipo un chivo expiatorio que lava con su dolor la mancha de la peste,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sino en la pérdida del horizonte de trascendencia que se podía vislumbrar más allá de nuestra finitud. En sus páginas sobre “La muerte y el sacrificio”, Georges Bataille recordará la desolada reflexión hegueliana, “El hombre es esta noche, esta Nada vacía”, como una de las meditaciones más desgarradoramente bellas del filósofo alemán.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es, por tanto, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la experiencia de la pérdida de la fe la que lleva consigo el nacimiento de la muerte.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En una de las obras más representativas del teatro de Beckett, Vladimiro y Estragón esperan inútilmente a God(ot) y anticipan la mansa desesperación del autor al elegir su propia tumba: “de cualquier color, siempre que sea gris”, tan gris como el absurdo teatro de la existencia. Estamos en 1953 y el temblor del Holocausto recorre aún la espina dorsal de la cultura europea. Cuatro años después, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El séptimo sello</i>, de Bergman, la figura de la muerte sostiene con su reo una agónica partida de ajedrez en la que deja claro, negro sobre blanco, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el perdedor no podrá disfrutar de una prórroga ni de un nuevo emplazamiento.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Heidegger señaló con acierto que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la segunda caída del ser humano sería en la banalidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Banalidad que abarca casi todas las manifestaciones del mal, como quería Hanna Arendt, y, por supuesto el mal radical que aqueja al ser humano: la negatividad absoluta de la muerte. Probablemente uno de las señas de identidad de “la condición postmoderna” -marchamo filosófico de la nueva levedad que Jean-François Lyotard populariza a partir de la publicación de la obra homónima de 1979- <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sea la exterioridad de la mirada que arroja sobre ella.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Producto de la exaltación de la tecnología que ha logrado diferirla y disimular su acecho a través de cirugías que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a menudo son auténticas tanatoplastias, la contemplamos cada vez<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con mayor distancia. La arrinconamos (los cadáveres se alojan en tanatorios y los féretros se introducen en urnas que descienden de forma directa al crematorio) y parecemos haber interpuesto entre ella y nosotros un cierto halo de irrealidad, la misma que reviste las muertes que contemplamos por televisión en perversa continuidad con anuncios de coches, teléfonos móviles o maquillajes. Las muertes de Muamar el Gadafi o Sadam Hussein fueron, a este respecto, la anticatarsis de la anestesia global ante la paradoja moral de matar al asesino. Nos situamos ante un nuevo régimen escópico simbolizado por la ubicuidad de una pantalla que, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sit venia verbo</i>, “apantalla” nuestra experiencia y nos convierte en espectadores de nosotros mismos (es el éxtasis vacuo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del narcisismo en el protagonismo del espejo y del perfil social) y, por supuesto, de los otros (cada vez más valorados por lo que de grato presenta la mera<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>superficie o la apariencia).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la con razón llamada por Guy Debord<span style="mso-spacerun: yes;"> "</span>sociedad del espectáculo"<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la muerte ha logrado convertirse en lo radicalmente Otro que le sucede a Otro. Desde este punto de vista, las obras de Richard Avedon,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sophie Calle,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Annie Leibovitz o Bill Viola, al obtener imágenes de la agonía de sus seres queridos y divulgarlas de forma masiva en las galerías de arte y en los medios de comunicación, revisten un carácter paradigmático.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Richard Avedon retrata el deterioro de su padre en una larguísima serie de instantáneas en las que Jacob Israel Avedon aparece meticulosamente ataviado, como si el estar presentable en todo momento, incluso coqueto, fuera parte de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ars moriendi</i> que se revela en su objetualización visual. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Mis retratos –sostuvo Avedon- no intentan ir más allá de las cosas. Sólo son lectura de superficie”. En 2004 su discípula<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Annie Leibowitz retrata a Susan Sontag<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muerta sobre una camilla y prácticamente irreconocible con zapatos de tacón, el pelo corto en torno al rostro abotagado y amortajada con un vestido plisado a lo Fortuny muy poco coherente con la personalidad de la autora. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La conceptualista francesa Sophie Calle, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ficcionalizada por Paul Auster en su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Leviathan</i>, grabó las últimas 80 horas de la vida de su madre y presentó un extracto de sus últimos minutos en la Bienal de Venecia de 2007. “Hay 11 minutos finales en los que uno no puede saber si está muerta o viva, no había respiración. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando murió -declaró la artista en una entrevista concedida a Ana María Battistozi- puse avisos en los diarios en los que decía cuál fue su último libro, la última película que vio, el último poema, pero terminaba con la imposibilidad de saber cuál fue su último suspiro. Ese momento es inasible, imposible de fijar”. Fijo en su escultura hiperrealista de apenas un metro de longitud permanece el padre del creador australiano Ron Mueck que, en su obra <em>Dead Dad</em> (1997) reproduce con su habitual minuciosidad el cadáver de su progenitor... </span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs6uRyG1zfkLGBKQA7oJ6kclPFBshmDFOHfkLBKXOlc1_H5bE8hLXTCjIDmOIkZG4s83kh6_WQwKc-JnxrR-cktj3NuUu1VPYLuNCO1NkdduIUmuQAr9C9aQ4hyphenhyphenNqYME6yzi6x2W9XOs7C/s1600/0deaddad199697siliconea.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs6uRyG1zfkLGBKQA7oJ6kclPFBshmDFOHfkLBKXOlc1_H5bE8hLXTCjIDmOIkZG4s83kh6_WQwKc-JnxrR-cktj3NuUu1VPYLuNCO1NkdduIUmuQAr9C9aQ4hyphenhyphenNqYME6yzi6x2W9XOs7C/s1600/0deaddad199697siliconea.jpg" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><em>dead dad </em>© ron mueck</span><br /><br />Hemos dado un paseo por la playa, donde la posidonia se aferra a las orillas impidiendo que la caricia tenaz del oleaje se lleve por delante la delicada línea de los tamarindos. El cementerio más bello del mundo resplandecía bajo el sol de setiembre y las cenizas de los muertos parecían mecerse en el calor de su abrazo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hicimos un anillo de hojas y lo lanzamos al agua mientras recitábamos, en voz baja, unos versos de Eliot:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>¿Cuáles son las raíces que arraigan, qué ramas consiguen aflorar</em></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>por encima de esta inmundicia pétrea? Oh, hijo del hombre,<br />no puedes decirlo, ni adivinarlo; porque sólo conoces<br />un montón de imágenes rotas…</em></span></span><br />
<br />
<br />
<em><span style="font-family: Arial;"></span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">UNA CITA INEXCUSABLE CON BERGMAN:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Os adjuntamos una secuencia de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El séptimo sello</i> en la que Antonius Block se pregunta “¿por qué no puedo matar a Dios en mí?”.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=fFt4HkBwsds&feature=related"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">http://www.youtube.com/watch?v=fFt4HkBwsds&feature=related</span></a></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Eso nos preguntamos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los versos pertenecen al poema de Eliot<em> "</em>El entierro de los muertos". La traducción es nuestra.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">[<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful </span>/ cuaderno del river's end]</span></span></span></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-29668592677915148802015-06-22T14:42:00.001+02:002015-06-22T17:56:17.430+02:00RE-ACTION, una ginología artística contra el canon<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: start;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 18.3999996185303px;">Magdalena Cueto<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: start;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 18.3999996185303px;">Universidad de Oviedo</span></div>
<div style="text-align: start;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 18.3999996185303px;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">El proyecto <i>RE-ACTION, genealogía y contracanon</i>, que
se expone en el Museo Barjola y la sala LAUDEO de la Universidad de Oviedo
hasta el próximo 16 de junio, es algo más que una espiral de intervenciones
artísticas encadenadas. Resulta difícil, de hecho, imaginar una propuesta más
densamente poblada de sentido y de sentidos que esta colección de obras que,
partiendo de 8 imágenes matriz de Alonso y Marful, autoras y curadoras del
proyecto, se desenvuelve a lo largo de ocho pistas o derivas simultáneas. Concebida a la manera de un óctuple cadáver exquisito,
o de una partida de dominó en la que cada nueva artista toma el relevo de la
anterior para ejecutar su obra, <i>RE-ACTION </i>se propone como una compleja
topología estética destinada a componer una alternativa deconstructiva y
feminista al canon occidental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i><span style="line-height: 115%;">RE-ACTION</span></i><span style="line-height: 115%;">
arranca de 8 obras elaboradas por Alonso y Marful a partir de seis imágenes
históricas de Duchenne de Boulogne, Eugene Atget, August Sander y Maurice
Guibert. AyM han sustituido los rostros masculinos por rostros femeninos
arrastrando al paso una marea iconográfica en la que predominan los estilemas
relativos a la castración simbólica y al queer, en ocasiones jugando con
esferas hialinas que nos llevan a enclaves metafísicos frecuentes en la obra de
las artistas. Hay, por tanto, una primera maniobra de apropiación y trans-ducción
de las imágenes originales como resultado de la cual las artistas rompen el
marco y el componente aurático de la obra única, desvelan las políticas de
género implícitas en cada texto y señalan la necesidad de oponer alternativas
de disenso a la quietud falogocéntrica de las genealogías culturales. A partir
de estas ocho matrices, el proyecto se desarrolla a través de otras tantas
pistas en las que cada nueva artista se apropia de la obra previa y ofrece su
obra a la siguiente, desvelando la naturaleza dialógica del arte y dando carta
de naturaleza a una autoría red cuyo carácter transversal y polifónico nos
remite a la muerte del Autor, que Barthes decretaba en su artículo de 1968, y a
una estética relacional que se propone como un perpetuo interjuego de subjetividades
e influencias. Que esta genealogía estética se torne <i>ginológica</i> y que desvele, al paso, la artificiosa naturalización
del canon occidental (que Harold Bloom cifraba en la autoridad de veintiséis
grandes voces masculinas frente a la minoría testimonial de tres únicas
autoras) no puede contemplarse sino como una invitación a la danza de una
igualdad que despliega su eco en el terreno social y político y que contribuye
a hacer de <i>RE-ACTION</i> un auténtico nudo de sugerencias que plenifican la teoría y
alimentan el horizonte emancipatorio de la praxis.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAQVyIvr3o7vJN-85XIO61AVL7mQJzpoVh9KnN1ndpVTCggawK4TDGnbSQ3eVErhngkbltqWubeBkoAQOexzTLsVGqr0wW1LoKLPXx4is4i29z2MXh1tpg-KvgYYkN-0TEanf-rfOvmEzt/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAQVyIvr3o7vJN-85XIO61AVL7mQJzpoVh9KnN1ndpVTCggawK4TDGnbSQ3eVErhngkbltqWubeBkoAQOexzTLsVGqr0wW1LoKLPXx4is4i29z2MXh1tpg-KvgYYkN-0TEanf-rfOvmEzt/s1600/1.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">En este contexto, </span><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">RE-ACTION</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"> no sólo se presenta como un
auténtico alegato a la labor de expugnación de que han sido objeto las mujeres
–y, por extensión, todas las minorías- a la hora de configurar el archivo del
canon sino que se comporta, de puertas adentro, como un mecanismo de
re-actuación en el que todas las voces interpretan libremente la obra que las
precede y poseen idéntica relevancia. Hay en este proyecto, que se propone a sí
mismo como “una máquina del movimiento eterno” una llamada a la feliz
confluencia de ética y estética a que se refería Wittgenstein y, en este
sentido, hay que celebrar que se haya unido a él un espectacular desfile de
figuras internacionales. Nancy Buchanan, Regina José Galindo, Susan Schwalb, Tania
Bruguera, Alix Pearlstein, Marta María Pérez Bravo, Kate Gilmore,
Cabello/Carceller, Veru Iché o Teresa Matas son algunas de las 28 artistas que
entrelazan sus voces en este prodigioso telar que seguirán enriqueciendo con
sus hilos muchas otras artistas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">La nueva Penélope no
teje su bufanda esperando la improbable redención de Ulises sino que abre su
trama a otras acciones y convoca la presencia de otras manos. Todas ellas
permanecerán eternamente tendidas -de ahí la vocación infinita de este
proyecto- a quienes quieran entrelazar su hilo para tensar la malla de un
“sujeto nuevo” al que, como propuso Carla Lonzi, le está encomendada la tarea
de urdir nuevos discursos en el seno de una cultura abierta, plural,
integradora y auténticamente orgánica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">No me cabe la menor
duda de que la Universidad de Oviedo y el Museo Barjola tendrán muchas
oportunidades de celebrar su acierto al propiciar el despegue en Asturias de un
proyecto con excelentes perspectivas en el panorama artístico internacional.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK9x52Y4DOisqTWJEUaDBqre5IMS4YxSnDaNvyyUGdSjsdTd_x-xA1la7E-_sli0xbpnbMWsN6extLUsxJmzsPAKKzajUJImXwdBz1lQNRzBq0R1bKDsDuZIh8dhUSt1m7ce28CH5hX7NN/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK9x52Y4DOisqTWJEUaDBqre5IMS4YxSnDaNvyyUGdSjsdTd_x-xA1la7E-_sli0xbpnbMWsN6extLUsxJmzsPAKKzajUJImXwdBz1lQNRzBq0R1bKDsDuZIh8dhUSt1m7ce28CH5hX7NN/s1600/2.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-28640120366986008362014-12-22T21:03:00.001+01:002014-12-24T12:11:06.666+01:00fumando espero<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Mi nostalgia de
exfumadora repasa la colección de cigarrillos que ha ido haciendo la memoria.
Los camel sin filtro de François Châtelet,
los gitanes de Louis Althusser,
el habano del Che, los gauloises de Julio Cortázar, el celtas corto de José Ángel Valente, el
Caporal de Julia Kristeva, los ducados de Carmen Martín Gaite, el African dream
de Ernest Hemingway, el Scaferlatti en la pipa de Jean Paul Sartre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;">Y se me agolpan los
cigarrillos en el nudo gordiano de la garganta. Es ella quien, aún mejor que yo, recuerda el resquemor del primer winston y la llaga del último. Y
quien recuerda, también, a François Châtelet preguntándole a Gilles Deleuze si
debería hacerse la traqueotomía. Y a Deleuze repondiendo que mientras tuviera
un buche de aire en los pulmones habría filosofía. Poco imaginaba el dulce
Gilles que, incapaz de respirar, él mism</span><span style="line-height: 115%;">o se tiraría de un
quinto piso para no tener que hacer frente ni un minuto más a la tiranía de la
asfixia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">No me pregunten cómo,
pero sé de buena tinta que cada vez que encendía un cigarrillo algo en él, que
tanto amaba el cine, le recordaba la camiseta blanca que custodiaba el corazón
partido de James Dean en <i>Rebelde sin causa</i>, o la gabardina que
acompañó a Humphrey Bogart en su inolvidable viaje a <i>Casablanca</i>. Un cigarrillo puede ser parte de una boca y hasta es
posible que sin el humo que regó generosamente el cine de los cincuenta y de
los sesenta nos hubiéramos ahorrado una
parte de la cosecha de muertos que acompañaron, ya en los noventa, el
descrédito progresivo del tabaco. Para entonces, Gilles ya era el mago del
“acontecimiento”, si por tal entendemos ese abanico de causas y de efectos que
se abren en cada hecho. Cada instante con humo es un inmenso desplegable en el
que no sólo caben nuestras fascinaciones primeras sino también los muertos y
las muertas que acompañan nuestras decepciones últimas. En su genoma de lumbre
y nicotina Gilles Deleuze llevaba escrito el cáncer de pulmón que había acabado
con las voces de Nat King Cole y Duke Ellington y no me parece improbable que,
en sus paseos vespertinos, imaginara un cielo para fumadores en el que, ajenos
al mal que acabó con sus vidas, Sammy Davis Junior y George Harrison cantarían <i>El humo ciega tus ojos</i> bajo la batuta de
Leonard Bernstein. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Me pregunto si ese
momento final en el que el cuerpo desciende hacia el asfalto y el alma se queda
allá arriba, localizando entre las nubes su par de alas, Gilles Deleuze
pensaría en pedirle un pitillo a Giacomo Puccini, o a Gary Cooper, o a Steve McQueen, o a Robert Taylor, a
tantos otros colegas de infortunio que habían sacado su pasaporte al otro mundo
gracias a un carcinoma de pulmón o de laringe. El cielo está plagado de fumadores
y, puesta a que me hicieran el boca a boca, yo misma elegiría a James Dean para
ese beso sin sexo pero con tabaco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">A bote pronto y sin
mucha sintaxis, porque no está el horno para bollos, recuerdo también a Ana
María Matute diciendo que el cielo estaba muy cerca del infierno y que
probablemente el cigarrillo no fuera más que el istmo que separa esos dos
continentes. Y recuerdo, en fin, a mi amigo Martin Sontag, varado como una
barca en el atardecer más triste de sus cuarenta años, esperando la muerte con
un chester en los labios. Si hubiera un
dios, me dijo, y de eso hace sólo un par de horas, bajaría sobre mí y me haría
entrega solemne de un par de pulmones nuevos. Claro que eso es una pavada
porque Dios no existe y a vos se os va a
cansar la paciencia de esperar a que me quede.
Hacé una cosa, reina, en mi funeral prendé por mí una faria y mientras
jodés vivos los ocho o nueve centímetros que mide, sublime travesía, cagate en
la madre de todas las tabacaleras, ¿hace?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%; text-align: justify;">Lo dicho, eso ha sido
hace un par de horas. Y aquí estoy, en el tanatorio, entonando este réquiem sin
más sintaxis que el humo, con una faria en la boca y con los ojos llenos de
lágrimas. </span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%; text-align: justify;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWwBPC-tsuzr8HHfoEi5MkhTEhsjZY48DJSFJCDuIcpA1RVUFd6MV3Rc4tCJUAT3_rjZi5xoug6T2Znoak0ydlh77xkmZVb2sfvmwGQcONARixV2imYsABTDkmm-cdRme-K3jsPMcO3Eqb/s1600/rita1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWwBPC-tsuzr8HHfoEi5MkhTEhsjZY48DJSFJCDuIcpA1RVUFd6MV3Rc4tCJUAT3_rjZi5xoug6T2Znoak0ydlh77xkmZVb2sfvmwGQcONARixV2imYsABTDkmm-cdRme-K3jsPMcO3Eqb/s1600/rita1.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 115%; text-align: justify;">Rita Hayworth más allá de lo sensual</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Times New Roman; font-size: xx-small; text-align: start;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: start;">© alonso y marful</span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-74602885855949482902013-12-23T21:19:00.000+01:002014-12-22T22:17:29.009+01:00por todo lo que el espíritu de la tierra nos transmite, por ti y por 2014<div style="text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieEYJtkjEHvUyEwfgTWnCm3SebH50NpkmP_6_pIz6h16xLAFL-aKvHo7sokosokysolMai9FkDxb6dtA-Ki1ghE4uYo_9_kMsrAh7FrIbP6kv0WJiVMuq8HCTRAuFiYA5ddV70CLAG7ixe/s1600/LUGARES+COMUNES.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieEYJtkjEHvUyEwfgTWnCm3SebH50NpkmP_6_pIz6h16xLAFL-aKvHo7sokosokysolMai9FkDxb6dtA-Ki1ghE4uYo_9_kMsrAh7FrIbP6kv0WJiVMuq8HCTRAuFiYA5ddV70CLAG7ixe/s1600/LUGARES+COMUNES.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<center>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><i>Lugares comunes, variación 6/8, </i>2013</span></center>
<center>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span></center>
<center>
<embed flashvars="mp3=https://sites.google.com/site/lugarescomunesvariacion6/lugarescomunes_variacion6/Variacion%206.mp3?" height="20" src="https://sites.google.com/site/lugarescomunesvariacion6/dewplayer-vol.swf?" width="240"></embed></center>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-4222344546989354842013-10-22T12:00:00.000+02:002013-12-24T18:28:41.705+01:00la vida secreta de una artista 16 / arte de morir, arte de renacer<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"> "¿Quieres que encienda yo la luz?"</span></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"> Crisótemis-Yannis Ritsos</span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Decía Ernesto Sábato que, "el rostro, como el arte, es una epifanía". Y, ¿qué no lo es?, se nos ocurrre. Paseamos al borde del río, sumido en el temblor de su propio viaje, y miramos nuestros pasos, que se estampan sobre la hierba dejando atrás la humilde epifanía de los diversos hundimientos que jalonan toda vida. Vemos el perejil de las riberas, que ha perdido la prestancia y el verdor del verano, y retiramos del agua las cañas putrefactas que la primavera traerá de regreso siguiendo el círculo imperioso de una Naturaleza que huye reiterando sus motivos. Si la esfera fue para los filósofos la forma perfecta es porque es el símbolo de todo aquello que vuela sobre un fondo pétreo, como si cada impronta que dejamos sobre el inmenso abanico de la vida no fuera más que la rúbrica de una secreta igualdad.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">El pasado domingo, 22
de septiembre, entrábamos oficialmente en el equinoccio otoñal. Empezábamos,
así, nuestro personal descenso a aquello a lo que Wallace Stevens, maestro de
la paradoja, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>llamó “las auroras del
otoño”. Siempre hemos pensado que las estaciones oscuras, también las del alma,
son ritos iniciáticos que nos enseñan a interpretar la caricia del sol desde el
abismo de su propia extinción. Bajar. El arte de perder y el de bajar, como
decía Elisabeth Bishop, se dominan fácilmente. Lo complicado es aprovechar ese
descenso para aprender a subir <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>transustanciados
en otros, igual que la primavera aprovecha el repliegue de la savia para reinventarse
y renacer. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">El descenso <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ad</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ínferos</i>
de la propia individualidad forma parte de una compleja genealogía de mitos. Desposado con Gea, la madre Tierra, Urano, el cielo, esconde
a una parte de su descendencia en el vientre de su mujer, el Tártaro, de donde
son rescatados por la intervención de Cronos. Presa de la compulsión de
repetición, que gobierna, por igual, estaciones y psiquismos, el propio Cronos,
desposado con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Rea, devorará más tarde a
sus propios hijos, entre ellos a Démeter, diosa de la agricultura y custodia de
las estaciones. Será preciso que Rea engañe a su esposo para criar a Zeus, que
obligará a su padre a regurgitar a su infortunada descendencia. Perséfone, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hija de Zeus y Démeter y diosa de la
muerte,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se ve obligada a volver cada
otoño al mundo subterráneo. Según el himno homérico, la hija de Démeter se
encontraba jugando en un jardín cercano a Eleusis cuando, prendado de ella, el
rey de inframundo, Hades, la arrastró hacia su reino y la convirtió en su
esposa. Démeter acude a Zeus y le advierte que, incapacitada por la angustia
para realizar sus tareas, no puede impedir que el sol decline, los árboles se
desnuden y las flores se marchiten. Zeus accede a solicitar el rescate a condición
de que Perséfone no pruebe del fruto de la muerte. Pero, ¿quién de nosotros no
ha probado del fruto de la muerte? Para entonces, el rey del inframundo ha
ofrecido a Perséfone doce semillas de granada y, urgida por el hambre, la joven
ha ingerido la mitad. Deja, así, establecido, el ritmo de un descenso que se
repite en los calendarios, igual que cada uno de nosotros se reitera en sus
descensos a ese personal inframundo donde centellea, más honda, la luz de la
conciencia. En lo futuro, Perséfone deberá permanecer en el Hades durante el
otoño y el invierno y podrá regresar, cada primavera, al abrazo de Démeter, que
exultante por el regreso de su hija, insuflará un nuevo vigor a la naturaleza
desolada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;">Las interpretaciones
psicologistas de las sagas míticas nos enseñan que este cuadro de personajes
que se relevan son representantes de nuestros actores internos, tratándose, en
los tres casos, de variaciones sobre una dramaturgia íntima que expresa el
descenso iniciático del psiquismo a los infiernos del inconsciente. Ennui,
spleen, melancolía, emociones tan septembrinas y tan rematadamente artísticas,
nos remiten a ese intrincado descendimiento que llevará al artista a conquistar su
individualidad creadora. El Dios romano Saturno,
heredero de Cronos bajo cuya égida se colocan a un tiempo la depresión y el
Arte, se identificó desde el principio con todo un cortejo de sombríos
atributos que han ido cambiando con los siglos. Un grabado del siglo XV
atribuido al orfebre florentino Maso Finiguerra, lo describe como “melancólico y oscuro (...). Ama la agricultura. Tiene de los metales el plomo</span><span style="line-height: 115%;">, de los humores la melancolía, de las edades la vejez, de las
estaciones el otoño.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Bajo el signo de
Saturno, tal como apuntan Klibanky, Panofsky y Saxl en su extraordinario
estudio de la <em>Melancolía I</em> de Durero (1), están, o estamos, todos aquellos que, de forma
más continua o incidental, hemos navegado por ese océano interior en cuya
gélida latitud la razón encalla contra sus propios abismos. Basta
con mirar el rostro de la melancolía, que se apoya, desfallecido, sobre el puño
cerrado, para recordar mil y una citas en las que esa muerte interior
reaparece, siglo tras siglo, llevando tras de sí la cohorte de síntomas que,
revestidos por los códigos culturales de cada época, vuelven a nombrar la
acedía saturnina que es propia de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">vita
speculativa</i>, es decir, de un punto de inflexión y reflexión donde, quien
más quien menos, ha visto de cerca los bífidos fulgores del “rayo de tiniebla”.
Y basta mirar al niño que juega, inconsciente, a sus espaldas, para darse cuenta de que, como
aclara Panofsky, "si todavía no es capaz de tristeza es porque no alcanzado la
estatura humana”. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Para encontrarse con la
Belleza, como nos recuerda Platón en el Fedón, es preciso traspasar las puertas
de la muerte. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Problemata</i>, Aristóteles habla de la
melancolía como afección propia de los espíritus profundos, e incluye en la
nómina al propio Platón, a Sócrates y a Empédocles, siendo de suponer que
Heráclito, el oscuro, no andaba a la zaga. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">A veces nos preguntamos
qué seria de nuestra cultura, que ha medicalizado los humores naturales y
sojuzgado a los perros negros de Perséfone hasta aturdirlos con sustancias
psicotrópicas, si se educara al depresivo en el rendimiento de la tristeza y, a
ser posible, en su rostro bifronte. Para Charles Baudelaire todo lo Bello lleva
consigo “una idea de melancolía, de laxitud…, pero, al mismo tiempo, un ardor,
un deseo de vivir” (2). Para Thomas Mann el artista no es sino “un mediador entre
la muerte y la vida” (3). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Dejarse llevar en la
nietzscheana danza del devenir y de la Naturaleza. Bajar y subir no son
manifestaciones de otra enfermedad que la de la existencia, que sólo con la
muerte deja de registrar picos y valles en la pantalla de un metafórico
electroencefalograma. Hamlet, melancólico arquetipo de un descenso irresuelto a
los sótanos de la vida interior, sostiene en sus manos la verdad última: el
cráneo de Yorick. Muy bien, ya lo sabemos. La vida, finalmente, no debería ser
otra cosa que un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ars moriendi</i> que
supiera extraer de cada instante la lección y la alegría posible y montarlas
sobre el tapiz, proteiforme, de una identidad que cambia y se rehace dentro de
sus propios límites, pero también –ah, la humildad, nuestra virtud favorita-
más allá de sí misma. Igual que cada otoño regresa en otro otoño y cada
primavera en una primavera renovada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Algo así nos propone Ana
Mendieta en alguna de las intervenciones más intensas de su serie de siluetas.
Pensamos en aquella en la que la artista siembra hierba con fertilizantes sobre
la huella de su cuerpo y la fotografía más tarde, sugiriendo la resurrección
del cadáver íntimo en una vigorosa y tenaz eflorescencia. O en aquella otra en
que, en torno a la huella de su cuerpo, muy a menudo tumbado sobre el vientre
de la tierra madre, hace crecer un rectángulo de hierba. Muerte y renacimiento. Las semillas de Perséfone repartidas entre el descenso al Hades del otoño y la
pujanza alegre de la primavera.</span> </div>
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5DkTgFcNVSqLFiJqlA9sQW_Ja7JhxmHZiVObR-SN-IXg680fe_5cD6TV9XQbwTyJIgtTgXVOsxYNmPLyksO6Vfw-H6AhEJrddVl7aMxyXl2Rf139VWZEZnfIlE0WHoVA_SEXYrOdlbr39/s1600/empremtamendieta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5DkTgFcNVSqLFiJqlA9sQW_Ja7JhxmHZiVObR-SN-IXg680fe_5cD6TV9XQbwTyJIgtTgXVOsxYNmPLyksO6Vfw-H6AhEJrddVl7aMxyXl2Rf139VWZEZnfIlE0WHoVA_SEXYrOdlbr39/s1600/empremtamendieta.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">Ana Mendieta, <em>Untitled
(Silueta Series,</em> Iowa) /<em> Sin título</em> (<em>Serie Siluetas, Io</em>wa), 1977</span></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTVDbdtBTbskOlMOys1lyArfr6W-U9Pg8Qt4zQTcg8Qjku_5ufLqK-OO0efXhSXRBpmmkAyHLidRFUeit7iwbuZ6cX6PRJJkTU8WQx68NKjeLReBs_rUzyZ7sREt0CsU0d7eeR4BVaxYv_/s1600/mendieta+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTVDbdtBTbskOlMOys1lyArfr6W-U9Pg8Qt4zQTcg8Qjku_5ufLqK-OO0efXhSXRBpmmkAyHLidRFUeit7iwbuZ6cX6PRJJkTU8WQx68NKjeLReBs_rUzyZ7sREt0CsU0d7eeR4BVaxYv_/s1600/mendieta+2.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">Ana Mendieta, <em>Untitled, </em>(<em>Silueta Series,</em> Iowa) / <em>Sin título</em> (<em>Serie Siluetas,</em> Iowa), <em>1978</em></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Algo así, también, nos
propone Jeff Wall en su obra La sepultura inundada.
Ejecutada entre los años 1998 y 2000, la obra tiene como escenario un
cementerio en el que el artista cavó una tumba e hizo fotografías de plano
abierto. A continuación, hizo un molde del agujero y depositó en él un
ecosistema marino gloriosamente vivo. La recomposición digital de las tomas
hace que podamos contemplar la imagen resultante como una alegoría de la vida que
entraña toda muerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisTPzenWAk42xbB3BrQlkQH8wXH-NHeXILmsGy9WWtxUzz4WjVMBXp6aktO314cRp5WQUch7Q8RzQUv6av5Ul_gj0tkGicHNCFBANLyM9g-ZlYR0JhhQPRBlN5AZ325NWebOYVARtlqCHf/s1600/jeffWall_flooded_grave.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisTPzenWAk42xbB3BrQlkQH8wXH-NHeXILmsGy9WWtxUzz4WjVMBXp6aktO314cRp5WQUch7Q8RzQUv6av5Ul_gj0tkGicHNCFBANLyM9g-ZlYR0JhhQPRBlN5AZ325NWebOYVARtlqCHf/s1600/jeffWall_flooded_grave.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Jeff Wall, </span><em style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">The flooded
Grave / La tumba inundada</em><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">, 1998-2000</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y algo así, finalmente,
ha hecho Giuseppe Penone en muchas de sus obras, las más representantivas de
las cuales, a este propósito, son dos de nuestras favoritas. La primera, esa mano de bronce que, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alpes marítimos</i>, no consigue detener el
crecimiento del árbol, que resiste el asedio acogiendo el obstáculo e integrándolo en su estructura. La segunda, esa promesa de árbol que anida dentro de un tronco seco en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La vida interior oculta</i>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmIT62wY_oTb2QZXULzwfUrvQ5wiAH44vkx6SQglM2MfPROTACae4aMv9oClweaqFULSgacG2wL_SY18T0YjQtX7JsNAF2hWjJVw0Ye6NLqqpv6Oq2rZcWXx8fSR-HBpZKyl8ldASiYOw3/s1600/penone+mano+%C3%A1rbol.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmIT62wY_oTb2QZXULzwfUrvQ5wiAH44vkx6SQglM2MfPROTACae4aMv9oClweaqFULSgacG2wL_SY18T0YjQtX7JsNAF2hWjJVw0Ye6NLqqpv6Oq2rZcWXx8fSR-HBpZKyl8ldASiYOw3/s1600/penone+mano+%C3%A1rbol.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="EN-US" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: EN-US;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">Giuseppe Penone, <em>Alpe maritime / Alpes marítimos</em>, 1968</span></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qbB52KtwmWSM2_5UVTywH6gAOQk7Nac0rcz93FJPntxpG4L3_8mjZhV5iCW5fG0R7mH0D62k0aLSIWlM4Etb3zeGNRESc3-lb7nV3XpjGWA1gUdZFMYjCYgfQw6xLgcNjb2Nx37UBhjU/s1600/guiseppepenonearbolin.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qbB52KtwmWSM2_5UVTywH6gAOQk7Nac0rcz93FJPntxpG4L3_8mjZhV5iCW5fG0R7mH0D62k0aLSIWlM4Etb3zeGNRESc3-lb7nV3XpjGWA1gUdZFMYjCYgfQw6xLgcNjb2Nx37UBhjU/s1600/guiseppepenonearbolin.jpg" /></a></div>
<br />
<span lang="EN-US" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: EN-US;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">Giuseppe Penone, <em>The hidden life within / La vida
interior oculta</em>, 2008<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Dejamos, pues, a
nuestros lectores en las cavilaciones propias de su noble y personal
melancolía. No sin antes recordar que, en su discurso <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sobre la dignidad del hombre </i>(hoy habría sumado a las mujeres),
Pico de la Mirandola da un nuevo y definitivo golpe de claridad a la
historia de este concepto asociándolo a la aventura de autoconocimiento que
hará de cada uno de nosotros un artista de su propia existencia. “En cuanto
libre y honrado hacedor y configurador, habrás de
modelarte a ti mismo en la forma que desees. Puedes degradarte a bestia inferior o
transformarte en lo superior, en lo divino, como tú quieras.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">El menú está servido. Es tiempo de seguir el
descenso de la savia. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De hundirse
dulcemente en las cavernas del sentido y de extraer, como Perséfone, el zumo
mortal de las granadas. Tiempo de ahondar. De sumirse despacio en las
profundidades del otoño. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">De descubrir, con
Wallace, su puñado de auroras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Buen viaje, amigos. Y,
si Natura lo tiene a bien, que nuestros lectores y nosotras mismas vivamos
para contarlo.</span><br />
<span style="line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; mso-ansi-language: ES;"></span></span></span><br />
<span style="line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; mso-ansi-language: ES;">© alonso y marful</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">NOTAS: </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">1. Cfr. R. Klibansky, E. Panosfsky y F. Saxl, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Saturno y la melancolía</i>, Alianza Forma, Madrid, 1991.</span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial;">2. <span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cfr. </span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Baudelaire, Ch., “14. Cohetes. Sugestiones”, en <em>Mi corazón al desnudo y otros papeles íntimos</em>, Madrid, Visor, 1995, p. 26.</span></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-small;">3. Cfr. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Carlota en Weimar, Obras completas</i>, Plaza & Janés, Barcelona, 1995, p. 1294.</span> </span></span></div>
<span style="font-family: Arial;"><em> </em></span>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-22632566314982887992013-09-13T20:08:00.000+02:002013-09-13T20:10:57.561+02:00la sangre se llevara vuestras palabras. pioneras del body art / cuaderno del river's end<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" font-family:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div class="separator" style="clear: both; color: #323232; font-size: 15px; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKU35G5pNCgRRrm2MhlWiUo4UG6bfcOBYxoxWEGnjz-4tMFxYbBgwKJ-vdQczoMpcAmZfxSRXx4YZz2VZoyADcWbbpeTaj-pKJUyqY6F4WVqEqsi1YcsnR-WJTMRRdHGYtpLqgwUBa61am/s1600/032-3-balkan-baroque.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKU35G5pNCgRRrm2MhlWiUo4UG6bfcOBYxoxWEGnjz-4tMFxYbBgwKJ-vdQczoMpcAmZfxSRXx4YZz2VZoyADcWbbpeTaj-pKJUyqY6F4WVqEqsi1YcsnR-WJTMRRdHGYtpLqgwUBa61am/s1600/032-3-balkan-baroque.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Marina Abramovic, <i>Balkan Baroque</i>, 1997</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Uttar Pradesh. India. 2005. Al saltar una barda de alambre nos hemos hecho daño en las palmas de las manos. Bajo la intensa lluvia del monzón la sangre, que mana abundantemente, se diluye con rapidez dejando un rastro de memoria, intensamente rojo, que parece hundirse muy abajo y elevarse a la vez en un acorde mudo. La sangre se demora apenas un instante y, sin embargo, ha cavado un surco en algún lugar tan arcano, tan profundo, que tenemos la sensación de adentrarnos en la noche de la especie. Fulguración o satori, ese momento de intensidad pánica, mil veces recordado, adquiere con el tiempo la cualidad de un block maravilloso donde se han ido inscribiendo otras sangres y otros cuerpos. En el seno del documental autobiográfico <em style="border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">The artist is present</em> Marina Abramovic dice: “descubrí que el cuerpo era el lienzo y la sangre el color”. La sangre pinta sobre el cuerpo. Reinstaura el grafo originario. No obstante, su sentido permanece velado tras múltiples estratos de palabras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Siempre nos ha parecido que en cada pieza de un proyecto, en cada imagen, en cada coyuntura que ensambla lo figural a lo lingüístico, hay un río que se abre a la afluencia de tantas aguas que si pudiéramos remontarnos desde ese fenotexto vibrante hasta las últimas raíces donde arraiga el genotexto, en un lapso de tiempo lo bastante grande habríamos cubierto con una red de asociaciones la topología de todo lo que existe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Julia Kristeva distinguió con razón entre genotexto y fenotexto, estructura significada y productividad significante, para poner de relieve la apertura de la obra, aparentemente atrapada en sus límites formales, a una vertical de engendramiento en la que estaría inscrito un proceso de significancia que rebasa con mucho las fronteras de un momento, de una subjetividad o de una biografía. Y es en el espesor de esa vertical donde creemos que la sangre vertida por tantas artistas del cuerpo desde los años sesenta alcanza a revelar sus aspectos más profundos. Inmanencia del sujeto histórico postmetafísico, del estar y del ahora, <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">yo sangro ahora</em>, que, sin embargo, atrapa en su destello la entera historia de las mujeres.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los años sesenta son una época de cristalización particularmente intensa. Si la primera guerra mundial había asestado un duro golpe a los metarrelatos de la Razón ilustrada y obtenido en la primeras vanguardias una respuesta irracionalista que abogaba por la transvaloración de todos los valores, empezando por el concepto de arte y sus fetiches sagrados, los horrores de Holocausto arrojaron una nueva sombra sobre el decurso de una historia definitivamente en entredicho, generando toda suerte de contragolpes subversivos. El auge del existencialismo, la contracultura, el feminismo, la revolución sexual, el ecologismo o el pacifismo naif del movimiento hippie son otras tantas reacciones a los horrores de la guerra, a la violencia impuesta por las máquinas de poder, a la devastación de los entornos naturales y a la vacua anonimia de las sociedades de consumo, elementos, todos ellos, conjurados en torno a un orden simbólico andrologocéntrico que mayo del 68 haría fraguar en la imagen de los adoquines urbanos bajo los que hay que rescatar la playa subyacente. <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Sous les pavés, la plage.</em></span></div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Para entones, la música había alcanzado su punto máximo de tensión en el silencio, la obra plástica en su desmaterialización, el cuerpo representado en la emergencia de un cuerpo real que pulveriza las narrativas que lo ahorman y se presenta desnudo, oponiendo la sangre, fresca, fluyente, como un grafema primario que limpia y resignifica el <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">verbum </em>patriarcal y libera la piel, particularmente la piel de las mujeres, para la materialidad de un territorio que reclama su propia práctica significante. Ellas (nosotras), que habíamos sido concebidas y narradas como mater/materia (románticamente idealizada o relegada a la abyección, según el tenor del contexto), se mostraban ahora en su naturaleza carnal y presentaban la piel desnuda como un complejo fenotexto que recogía en sí largos siglos de dominación y de silencio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En su libro <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Meat joy</em>, Carolee Schneemann (USA, 1939), pionera del arte corporal, señalaba el carácter rupturista y fundacional de su obra <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Eye body:</em> <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">36 transformative actions </em>(New York, 1963), y reivindicaba el cuerpo femenino como material artístico conformado y firmado por la propia autora, que violentaba, así, “las líneas territoriales de poder por las que las mujeres eran admitidas en el Club Artístico de los Sementales”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Escalade non-anesthesiée</em>, en 1971<em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">, </em>Gina Pane (Francia, 1939) convierte una escalera tapizada de cuchillas de afeitar en su particular metáfora de la reapropiación de un cuerpo alienado al que, remedando la subida al Gólgota y el sacrificio de la comunión, la artista alude en primera persona del singular: “mi cuerpo, mi carne”. Ese mismo año, en una acción certeramente titulada <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Eros/ion</em>, Valie Export (Austria, 1940) rodó desnuda sobre un plano de cristales rotos. Un montón de trozos de transparencia fragmentada, discontinua, se internan en el cuerpo de la artista y operan como disrupciones de la presunta neutralidad de la mirada hegemónica, que se ve obligada a volver sobre sus rutinas y a indagar en el cuerpo femenino como un territorio que reclama sus propias marcas y que visualiza sin falsos pudores la toma de relevo en las maquinarias de gestión simbólica. Un año después, en <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Le lait chaud</em>, en París, una Gina Pane sobria, concentrada, completamente vestida de blanco, articula una de sus acciones más cruentas en torno al leitmotiv “el blanco no existe”. Provista de una cuchilla, la artista se practica numerosas incisiones en la espalda. La acción llega a su acmé cuando se corta las mejillas. Derribaba, así, el último bastión del narcisismo femenino: la integridad estética del rostro. Sobre el mitema del imposible folio en blanco, la acción presentaba la contrafigura vacía del palimpsesto de la cultura occidental y borraba su rastro con un flamante grafo de sangre de mujer. Deconstrucción y reconstrucción abierta a la deriva del porvenir desde la materialidad de un cuerpo en el que sólo el trazo de una violencia estructural parecía iluminar los imposibles perfiles de cualquier esencia. El remanente histórico: el cuerpo biológico, precultural, no hollado aún por la violencia del signo.</span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpWXDu8F20vZQw8Gf0JS8dVDwTmCeq7rJcmvJsVLvifEEwtHiwvKHcnFZztEz41FVmZnnh56Su5zfPBGBthD28I0zJPmyQHghxBRI_aJuMEEttSodu-LHZEWklJIi6XLd9GYOIV8k6BEQ8/s1600/valie+export.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; font-size: 15px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpWXDu8F20vZQw8Gf0JS8dVDwTmCeq7rJcmvJsVLvifEEwtHiwvKHcnFZztEz41FVmZnnh56Su5zfPBGBthD28I0zJPmyQHghxBRI_aJuMEEttSodu-LHZEWklJIi6XLd9GYOIV8k6BEQ8/s1600/valie+export.jpg" /></a><span style="font-size: x-small;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">VALIE EXPORT, </span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: left;"><i>Eros/sion,</i> 1971 </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: left;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQKRp3ZHCRbhj-o1-05XYyApmYr7G_VcNATdDMy-jwiUtfwulj6-fh1T_B4EuR0YZFZbm_4_4JoFOf21WyX1I4goNSmTeZBCZHc2f3EP42-y4Q8LeaacoKoreIcNX8bAi_pX-aUFS503X/s1600/img-4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQKRp3ZHCRbhj-o1-05XYyApmYr7G_VcNATdDMy-jwiUtfwulj6-fh1T_B4EuR0YZFZbm_4_4JoFOf21WyX1I4goNSmTeZBCZHc2f3EP42-y4Q8LeaacoKoreIcNX8bAi_pX-aUFS503X/s1600/img-4.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="text-align: left;">Gina Pane, </span><i style="text-align: left;">L'Escalade non anesthésiée (Détail),</i><span style="text-align: left;"> 1971</span></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" font-family:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small; text-align: left;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Las <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">performances</em> de Ana Mendieta (Cuba, 1948) a lo largo del mismo año confieren a este retorno un regusto animista y sacrificial. Inspirada en las ceremonias de purificación de la santería cubana, en <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Untitled (Chicken piece)</em>, la artista sostiene con las manos un gallo recién degollado. El animal agoniza, batiendo enérgicamente las alas muy cerca del vientre y el sexo de Mendieta y desatando una multiplicidad de sentidos que van desde la blancura inerme del macho, simbólicamente mudo, castrado y pendiente de las manos de una mujer, hasta la sangre que riega abundantemente un cuerpo femenino mil veces ultrajado por la Ley. En palabras de la propia Mendieta, “Mi arte es la forma en que restablezco los lazos que me unen al universo […]. Me convierto en una extensión de la naturaleza y la naturaleza en una extensión de mi propio cuerpo. Este acto obsesivo de reafirmar mis lazos con la tierra es, en realidad, una reactivación de creencias primigenias, una fuerza femenina omnipresente […], es una manifestación de mi sed de ser”.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span 15px="" font-size:=""><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMJ7WXk1VzeKd1G5w9-_TR39vwgRNI-7Fpgu7bgOO0sAedROiTVr_hnHk_pN3Dkz8TeMETvNC4BCKuQzhdyBoO_ztmdM4cxfElgQEUciyePLj68e_Qf91eAEyH-KH3oNQnxxLKvaIintXE/s1600/Ana_Mendieta_alison_jacques_13.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMJ7WXk1VzeKd1G5w9-_TR39vwgRNI-7Fpgu7bgOO0sAedROiTVr_hnHk_pN3Dkz8TeMETvNC4BCKuQzhdyBoO_ztmdM4cxfElgQEUciyePLj68e_Qf91eAEyH-KH3oNQnxxLKvaIintXE/s1600/Ana_Mendieta_alison_jacques_13.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small; text-align: left;">Ana Mendieta, </span><span style="font-size: x-small; text-align: left;"><i>Untitled (Self portrait with Blood)</i>, 1973</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-small; text-align: left;"><br /></span></div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">sed de ser</em> de las mujeres seguiría escribiendo con sangre el alfabeto perdido de una feminidad robada. Si el género epistolar había sido a lo largo de los siglos el reducto de una escritura femenina confinada en lo privado, <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">lettre en souffrance</em>, hurtada, eternamente suspensa o diferida, la carta del arte corporal femenino, lienzo y folio en blanco, hablaba de sí sin otra autoridad que la de una gesto augural que intentaba repristinar las formas y las conciencias.</span></div>
</div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En 1974, en <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Rythm 0</em>, Marina Abramovic (Yugoslavia, 1946) llevaba un punto más allá la <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Cut piece</em> de Yoko Ono (1963) y facilitaba al público asistente el acceso incondicional a su cuerpo: “En la mesa hay setenta y dos utensilios que pueden usarse sobre mí como se quiera. Yo soy el objeto”. La explicitud de la <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">performance</em>, que concluyó por iniciativa de los asistentes ante la visión, incomparablemente reveladora, de una Abramovic semidesnuda y sangrante, convenció a la artista de que se encontraba ante el capítulo final de sus investigaciones en torno a su propio cuerpo. No fue así, sin embargo. Su carrera continuó internándose en la investigación de las posibilidades expresivas del mismo y dejando, al paso, escenas tan aceradamente intensas como las que registra la obra <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Balkan baroque</em> (1997). Pocas imágenes del arte corporal femenino han conseguido una plasticidad tan dolorosamente deslumbrante como esa <em style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">pietá</em> laica en la que Abramovic limpia huesos sobre su regazo, literalmente elevada sobre una montaña de violencia y de cadáveres inocentes.</span></div>
</div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lejos de haber abierto un hiato en las prácticas de resistencia ideológica que, desde los primeros sesenta, han otorgado cuerpo de naturaleza a la liberación de las mujeres, han sido muy numerosas las artistas que han seguido sellando con sangre nuestras demandas de un nuevo pacto social. La historia de la igualdad sigue sangrando por la brecha abierta a lo largo de una travesía milenaria que hoy, como ayer, abre su genotexto a la revelación vibrante de otras sangres y otros cuerpos. Millones de mujeres de todo el mundo continuamos escribiendo con sangre. Inventando el grafema y el temblor genesíaco de una lengua que es soma, que rezuma y duele y es color y tejido de un sueño tan largo como nuestra historia.</span></div>
</div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Rehenes de una inscripción lingüística sin retorno, las bodiartistas han continuado y continuarán presentando su cuerpo, singular, único, muy a menudo más allá de géneros y binarismos reduccionistas, como un vibrante territorio de descolonización cultural. Cuerpo interrogante, vulnerable, herido. Cuerpo denuncia, manifiesto, contrahorma, desorden. Cuerpo que se entrega al estertor primigenio de un caos liminar donde lo femenino se niega a ser apresado en la cuadrículas del canon. Cuerpo postmetafísico, antiontológico, abierto al devenir de una identidad incierta.</span></div>
</div>
<div style="border: 0px; margin-bottom: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuerpo que vuelve la mirada sobre sí y busca su propia imagen en los fragmentos de un espejo roto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div font-size:="" imes="" medium="" new="" roman="" start="" text-align:="">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fuente: </span><a href="http://www.m-arteyculturavisual.com/2012/12/10/la-sangre-se-llevara-vuestras-palabras-pioneras-del-body-art/">http://www.m-arteyculturavisual.com/2012/12/10/la-sangre-se-llevara-vuestras-palabras-pioneras-del-body-art/</a></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"> </span>© alonso y marful</span></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: 15px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: 15px;"><span id="goog_1749710"></span><span id="goog_1749711"></span><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: 15px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: 15px;"><br /></span></div>
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-53995975994478075502013-08-19T16:56:00.000+02:002013-08-21T21:48:10.261+02:00la vida secreta de una artista 22 / Teresa Matas, L' encontre <div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En el previo de la performance <i style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">L´Encontre</i>, celebrada el pasado 2 de marzo, dentro de la programación balear del <i>Festival Miradas de Mujeres</i>, Teresa Matas decía: “El cinco de mayo de 2005 perdí a mi hijo en un accidente de tráfico. No he tenido la suficiente fuerza ni coraje para visitar el lugar donde acaeció”. Casi ocho más tarde, la artista mallorquina ha emprendido una ruta psicogeográfica que ha hecho del acto de caminar, el más rematadamente trivial y humano, al decir de Barthes, un punto de cristalización dinámica del ejercicio del duelo.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="color: font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los más o menos 2 kilómetros que distan entre el domicilio del que Joan Miquel salió la noche del accidente, en el Carrer de Santa Bárbara (Marratxí , Mallorca), hasta el lugar donde se produjo el accidente han sido, no sólo para ella sino para quienes hemos tenido el privilegio de asistir a la performance, una nueva y conmovedora refutación del tiempo. Matas salió de la casa cargada con un enorme manto de 340x 418 ctms. confeccionado a lo largo del año posterior al óbito con las camisetas del hijo muerto. Con algo de dolorosa intemporal, estilema muy del gusto de una poética con frecuentes acordes místicos, la artista avanzaba como surcando, en un acoplamiento proustiano, el ritmo del presente y la memoria, y nos recordaba, con Bergson, que el tiempo del <i>aquí y del ahora</i> no es más que la fina punta de un cono que se ensancha hacia atrás, buscando la duración y el fulgor de una herida insondable y –esta es la grandeza de Matas– las resonancias de un pasado mítico que devuelve a quien la mira el denominador común de todas las muertes. Teresa Matas, tejedora de abismos.</span><br />
<span arial="" color:="" font-family:="" helvetica="" sans-serif=""><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGNNaMe9OGU4gw9x55fNEcj16F5xxR2JCkYDAHxCFMHH9k9RPB2HzP2VZReHt7xL3r6Pkxany7_hoHSN4X6gztEh6oZPtRYo8b7O8ClRViHJZQTHmPpY_JsABqCSaS-xvdIiI_JcgiR8VO/s1600/15.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGNNaMe9OGU4gw9x55fNEcj16F5xxR2JCkYDAHxCFMHH9k9RPB2HzP2VZReHt7xL3r6Pkxany7_hoHSN4X6gztEh6oZPtRYo8b7O8ClRViHJZQTHmPpY_JsABqCSaS-xvdIiI_JcgiR8VO/s1600/15.jpg" /><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;">© alonso y marful</span></a></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdL6HLC5x6vEf4Ne-z9ZdTxjSIm0ef62GJEuiWNJGY6bKTx0N2B0FJoMQAvdjrW0NUxaNGeKm_a-Rf7n9wS1XfeDs547BUgGSqGmCBupsSpUOsK6O8MtjyIzaCM-c3QOpS8aL6gmwrF_7W/s1600/11.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdL6HLC5x6vEf4Ne-z9ZdTxjSIm0ef62GJEuiWNJGY6bKTx0N2B0FJoMQAvdjrW0NUxaNGeKm_a-Rf7n9wS1XfeDs547BUgGSqGmCBupsSpUOsK6O8MtjyIzaCM-c3QOpS8aL6gmwrF_7W/s1600/11.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></a></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si el espacio se dibujaba bajo sus pies, marcando sus hitos como cualquier tejido urbano, el tiempo se había convertido en una suerte dramática de </span><i style="border: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">off-beat</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> que nos recordaba la eternidad de un viaje en metro, en </span><i style="border: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El perseguidor</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">, de Cortázar, y el deambular ultraterreno de Miles Davis, cuando, ajeno a los latidos de la batería y a la puntuación rítmica del bajo, hacía volar sus notas más allá de lo visible. Muy lejos de latido de nuestros relojes, Matas se concentraba sobre el asfalto, arrastrando su inmensa tela, mientras a quienes la seguíamos nos asediaba la certeza de que, igual que en todo rito, asistíamos a la reencarnación de un </span><i style="border: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">tempo</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> circular, eterno, en el que la muerte del hijo continuaría sucediendo para siempre. Un nudo en la garganta. Nos arrodillamos para obtener una imagen: la artista, extenuada, enfilaba por fin la carretera MA-3016. Al lado izquierdo, la carretera, al derecho, la mano de Matas aferrada a su manto, muy cerca del encuentro. “Al llegar al lugar del accidente en donde se hallaron esparcidos sus objetos personales, extenderé la tela en toda su dimensión y me cubriré con ella, permaneciendo un espacio de tiempo arropada”.</span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyMJruHwHyrmjm9OxQyfQzLx29tG-pd2E5d2Ll5SzIJXw7MCu6xyVUYxgCxW-4Z3SoAM503YXY_E7rwJ5_vBAOP1W5iTi2RjRMokYq31lvfY4xxFbKgox8d9GE4UBL4ye6x9zPp-neL8O7/s1600/13.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyMJruHwHyrmjm9OxQyfQzLx29tG-pd2E5d2Ll5SzIJXw7MCu6xyVUYxgCxW-4Z3SoAM503YXY_E7rwJ5_vBAOP1W5iTi2RjRMokYq31lvfY4xxFbKgox8d9GE4UBL4ye6x9zPp-neL8O7/s1600/13.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgZ5xGqYAyrO0e9edcttBJatFHP3TZqNA7kliVClGOFjQgEevhpeLxU0xq6Qlx2rT_K6SLle3DfvQfzIlKWOhW8IVRjGQHDmfUGkmi0pLpmIWFvrDMWnePAA9wa4MhT1pTo7eq3S6FZE9H/s1600/14.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgZ5xGqYAyrO0e9edcttBJatFHP3TZqNA7kliVClGOFjQgEevhpeLxU0xq6Qlx2rT_K6SLle3DfvQfzIlKWOhW8IVRjGQHDmfUGkmi0pLpmIWFvrDMWnePAA9wa4MhT1pTo7eq3S6FZE9H/s1600/14.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></a></div>
</div>
</div>
<div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un espacio de tiempo. Intuitiva hasta la médula, la artista, parca en declaraciones, pone el dedo en la llaga de lo que debe haber exigido de ella el trabajo o la función del duelo: la espacialización en objeto-arte –un singular manto hecho de camisetas– de un tiempo interior que, densificado por la angustia, parece inacotable. La sobredeterminación de los términos “espacio”, “tiempo” y “arropada” desborda, con mucho, el propósito de esta reseña, no obstante nos detendremos en los aspectos más relevantes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A propósito de la muerte de su hija Sophie en 1929, Freud, que había teorizado ampliamente acerca de la pérdida de un ser querido, admite que “uno permanecerá inconsolable, sin hallar jamás un sustituto”. Por más que desaparecido en lo real, el objeto perdido refuerza su existencia interior, reclamando un espacio psíquico cuyas exigencias son capaces de “empobrecer” el mundo. La artista, despojada de su hijo, experimenta lo que Lacan llamará “un agujero en lo Real”, e intenta traducir esa pérdida, o restaurar esa fisura, mediante un objeto transnarcísico a través del que le es posible simbolizarla. Es notable, a este respecto, que la desaparición progresiva de los rituales asociados al duelo en el ámbito social hace que la elaboración de la pérdida sea, cada vez más, una labor solitaria.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desaparecido en la práctica, el hijo se multiplica en decenas de tejidos que Teresa Matas sutura con mimo, como volviendo a reunir sus objetos personales, “esparcidos por el suelo” en virtud del impacto, reparando el daño infligido al cuerpo y transfiriendo a la tela una parte de su angustia. La tela, el soporte de preferencia para esta artista genialmente versátil, no sólo crea un espacio donde sólo habitan la madre y el hijo sino que lo llena de orificios que representan directamente ese lacaniano “agujero en lo Real”, al tiempo que drenan la sensación de asfixia –“no podía respirar”, dice Matas– y ponen ante nosotros la evidencia plástica de la relación entre mortaja y placenta al representar, en aquello que podría interpretarse como un sudario para arropar al hijo imaginario, multitud de canales de parto por donde el fallecido renace, una y otra vez, “sin hallar jamás un sustituto”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbBFbhnQytsj1DIZbnCxF2_aO2wSHAF0LW985AhmGZ9ugD6VEMMlX7xSY4CKPCV6GuhnnUitEO6b8m27vokQdZfJTULVeHT6SJPOsWgyrX5pEBiHNp_Lp4_UVx-5bTfh89q8IdmsyLm3JD/s1600/8.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbBFbhnQytsj1DIZbnCxF2_aO2wSHAF0LW985AhmGZ9ugD6VEMMlX7xSY4CKPCV6GuhnnUitEO6b8m27vokQdZfJTULVeHT6SJPOsWgyrX5pEBiHNp_Lp4_UVx-5bTfh89q8IdmsyLm3JD/s1600/8.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgFLREsXIiPJUPqYOD8gkJWePToJVKUqNWoaz1WI5x7o9qjsZSWrt85Yn-KIEUEO5qKs0ZBlzy83YPEVccfbEFaKpW5bVJLM2obmO6Zr-5bell8HIR_ljAWfErd0e2Xvbkf71htuLXm1Ip/s1600/6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgFLREsXIiPJUPqYOD8gkJWePToJVKUqNWoaz1WI5x7o9qjsZSWrt85Yn-KIEUEO5qKs0ZBlzy83YPEVccfbEFaKpW5bVJLM2obmO6Zr-5bell8HIR_ljAWfErd0e2Xvbkf71htuLXm1Ip/s1600/6.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></a></div>
</div>
<div 0px="" 15px="" baseline="" border:="" color:="" font-size:="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un detalle más, para subrayar la grandeza de una artista textural, cuya obra multiplica sus estratos hermenéuticos partiendo de enclaves de una simplicidad aparente. En el lugar del accidente, Matas extiende su tela como quien acota una fortaleza. Colgando sobre la alambrada, el manto es apenas media tienda de campaña que cubre el cuerpo de la artista, transubstanciada en su hijo, y los defiende de cualquier riesgo. Imposible expresar lo que pudimos sentir cuando un golpe de viento dejó caer la tela sobre ella, cubriéndola como un cadáver de los que hemos visto en alguna ocasión al borde de la carretera. <i style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Après-coup</i>. La muerte, la real, volvía a insinuarse ofreciendo una metáfora como señuelo. El tiempo de la realidad y el de la reparación volvían a confluir por obra y gracia de un azar objetivo que parecía distinguir bien entre la <i style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">duración</i> y el <i style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">transcurso</i>, entre la temporalidad del duelo y el peregrinaje, puntual, al lugar de la tragedia. La duración de la performance fue interminable en su espesor emotivo y significante. En los relojes habían transcurrido un par de horas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi43lUakYqGmFtZuq_o-JZpCDbrBsJoC9BJl6CdY3O3wOQxJ5ZqlyhvXOPhg4j2NKEsHxd_UP2hTmBQUjWZ8lF7f3tdE_XA0OJVqO3hwvLQyFMEwCOGRqQ8RYFbFhbFo9YLNqL7vFTA-kXV/s1600/5.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><span style="color: white;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi43lUakYqGmFtZuq_o-JZpCDbrBsJoC9BJl6CdY3O3wOQxJ5ZqlyhvXOPhg4j2NKEsHxd_UP2hTmBQUjWZ8lF7f3tdE_XA0OJVqO3hwvLQyFMEwCOGRqQ8RYFbFhbFo9YLNqL7vFTA-kXV/s1600/5.pg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></span></a></div>
</div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF7iEB4_ecLKFcdRkw1UO4E_abACqmhHE6aoyQ-DllBwzlEfIGy8fiUwIS3whYQ6pJVH7LqTqgDAlOcgwCR9dlVsCQD_Vq-i9pelNmC6EOykNACzbXHckExyLmXbUf2gpbL-taTQbqV2x7/s1600/4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><span style="color: white;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF7iEB4_ecLKFcdRkw1UO4E_abACqmhHE6aoyQ-DllBwzlEfIGy8fiUwIS3whYQ6pJVH7LqTqgDAlOcgwCR9dlVsCQD_Vq-i9pelNmC6EOykNACzbXHckExyLmXbUf2gpbL-taTQbqV2x7/s1600/4.pg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></span></a></div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Queda, para el registro videográfico de la acción, que pudimos ver en el <i>Festival Miradas de Mujeres</i> de Mallorca en la Fundación Joan y Pilar Miró, la grabadora conectada al corazón de Teresa Matas. La evidencia, quizá, de que el latir sincopado de la memoria, más allá de un tiempo que fluye hacia adelante, es esa eterna contradanza en la que el <i style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">yo</i> se configura como una compleja ucronía en la que el presente es apenas la punta del cono en el seno de un engranaje prodigioso, capaz de crear resurrecciones tan bellas como esta inmensa pietá de Teresa Matas. Aferrada a su hijo. Aquí y ahora.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxHicpEROgbUWPC7DikYqfBd5cjE2_M9REQrha_p8aUsyxLo-_vjujJPKBAQicfKeJ8hZCRUpfqhyWhhFtcqtBPKiixGOjDgrbMheVPc9JS_qnnPkTor6JG2qefULyMSrppCgSTHc2VHPk/s1600/3.jpg" /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="color: white;">© alonso y marful</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div 0px="" 15px="" arial="" baseline="" border:="" color:="" font-family:="" font-size:="" helvetica="" justify="" margin-bottom:="" outline:="" padding:="" sans-serif="" text-align:="" vertical-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volviendo a amarlo, por siempre, en la quietud del re-encuentro.</span></span><br />
<div start="" text-align:="">
<span style= font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="text-align: start;"><span style=; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Feliz verano!</span></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fuente: </span><a href="http://www.m-arteyculturavisual.com/2013/03/06/3450/">http://www.m-arteyculturavisual.com/2013/03/06/3450/</a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> © alonso y marful</span></div>
</div>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-65970985410015882702013-07-13T14:04:00.000+02:002013-07-13T20:56:57.086+02:00la vida secreta de una artista 21 / cómo repoblar un libro<div style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: small;"><span arial="" font-family:="" helvetica="" sans-serif="" style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La vida es mágica. Y no. No me ha dado un puntazo <i>new age</i> ni soy fan de Paolo Coelho. Para contarlo rápido, este invierno, durante una de mis estancias en Asturias, asistí al desbordamiento del río del Mazo, en Boimouro. Llevaba un libro de Chantal Maillard que, por algún azar misterioso, se me cayó de las manos y se marchó con el río, como una Ofelia deleuziana que, antes de sucumbir a la atracción del agua, hubiera decidido cargarse a Platón y llevarse consigo el vértigo feliz de todas las Ideas. Para consternación general, el libro, <i>Matar a Platón</i>, reapareció días después, descansando de espaldas sobre un lecho de agua y hojas muertas… El resto fue rendirse ante el prodigio y hacer un libro de artista que parasita el de Chantal con un nuevo libro que combina ilustraciones y poemas. El papel vegetal en que está impreso y cosido deja ver el texto de Chantal y sugiere la condición genealógica de todo acto de cultura y el espesor diacrónico de cada uno de nuestros gestos. La trama de hilos no es más que un frágil icono de la urdimbre prodigiosa que fragua en cada instante de nuestras vidas. Si fuéramos capaces de desplegarla en su infinita red de asociaciones, acabaríamos recorriendo, palmo por palmo, la topología de todo el universo…</span></span></span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: justify;">El libro se titula </span><i style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: justify;">Efectos personales / Para Matar a Platón</i><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; text-align: justify;">. Estas son algunas de sus páginas. Espero que os guste.</span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: #444444;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
</span><br />
<div style="color: #222222;">
<span style="background-color: #444444;">
</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; color: #222222; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEvTnnxlO6w-17H5G1sk5bjXWaLc6f055nCy79CHrOHChkZoz7r5KZlMDgkiOegbKoOquJ_v52yLvozDAfVQ4AAA-UHz3KXRoLZZCjEB-5qCTr4I4rJcdt4fKqZb_6caRlYbj-TIENHfri/s1600/b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEvTnnxlO6w-17H5G1sk5bjXWaLc6f055nCy79CHrOHChkZoz7r5KZlMDgkiOegbKoOquJ_v52yLvozDAfVQ4AAA-UHz3KXRoLZZCjEB-5qCTr4I4rJcdt4fKqZb_6caRlYbj-TIENHfri/s1600/b.jpg" /></a></div>
<div 13px="" arial="" font-size:="" justify="" sans-serif="" text-align:="">
<br /></div>
<div 13px="" arial="" font-size:="" justify="" sans-serif="" text-align:="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">8. Sopla el viento del nordeste.
A ratos, lleva consigo una letanía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">De la evolución de las especies, protégenos.
De las palabras eternas, libéranos. De la ilusión de ver y de ser vistos, ten
piedad.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras saco una cerveza del
caldero me pregunto a quién invocan las palabras. Cualquier palabra. Quién debe
protegernos o liberarnos. Tener piedad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><br /></span></div>
</div>
<div 13px="" arial="" font-family:="" font-size:="" sans-serif="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div 13px="" arial="" font-family:="" font-size:="" sans-serif="">
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">9. Ya por entonces (saborear el tiempo en el fragor del adverbio) detestaba la paz que anida en cualquier binarismo, la falsedad que anima las contra-posiciones, la reducción fenomenológica o metafísica, la simplicidad.</span></div>
</div>
<div 13px="" arial="" font-family:="" font-size:="" sans-serif="">
<br /></div>
<div style="color: #222222;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; color: #222222; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE8pCYDqqId9ncV1ThMzDMDhiB1SaragOUuShG7QO3oc-QeAyBUYI6mpNAIYSXxKecrC-92QmxIFJyvN605IpHPDIFdBOXJZueNM1AAI3m62zb47ghUwJNhlCQqgaZZh1yEqrL8bIae2oQ/s1600/d.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="background-color: #444444;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE8pCYDqqId9ncV1ThMzDMDhiB1SaragOUuShG7QO3oc-QeAyBUYI6mpNAIYSXxKecrC-92QmxIFJyvN605IpHPDIFdBOXJZueNM1AAI3m62zb47ghUwJNhlCQqgaZZh1yEqrL8bIae2oQ/s1600/d.jpg" /></span></a></div>
<div style="color: #222222;">
<span style="background-color: #444444;"><br /></span>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">16. Es de noche. Tu rostro se
recorta contra el cielo. En una noche como esta Galileo se asomó a su catalejo
y destruyó para siempre la ilusión de las estrellas fijas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tú te acercas y me susurras al
oído:</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Matemos a Platón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKcOsrW4MyGvrLZgHeuTUL7clGatPoDihGzWThaKL_ffK1gQ3vmZTHOut919KM-Dv5LAtWY-iqIDGHnktibamcAB2B6sG9vvyL0It6UZP5jRGo-xUkWhg2ZIctlzUXsGHVomN-Y-_dpB1p/s1600/a.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKcOsrW4MyGvrLZgHeuTUL7clGatPoDihGzWThaKL_ffK1gQ3vmZTHOut919KM-Dv5LAtWY-iqIDGHnktibamcAB2B6sG9vvyL0It6UZP5jRGo-xUkWhg2ZIctlzUXsGHVomN-Y-_dpB1p/s1600/a.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div>
<span lang="ES-TRAD" style="background-color: #444444; color: #222222;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="background-color: #444444; color: #222222;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="background-color: #444444; color: #222222;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="background-color: #444444; color: #222222;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="background-color: #444444; color: #222222;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></span></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span><br />
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">17. Al amanecer, empuñas tu
cámara y disparas contra el río. Ráfagas de 16 fotografías por segundo. Luego
las imprimes y las vas colocando en orden sucesivo. Aparentemente, nada cambia.
Sin embargo, si aplicas una lupa sobre la corriente, puedes ver el movimiento
del agua. Su aliento entrecortado. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Alguien, un neoplatónico quizá,
dijo que el diablo está en el detalle. Probablemente amaba los nombres y, de
los nombres, probablemente su voracidad por lo inmutable. ¿Qué es un río?, me
pregunto. Ya en tiempos de Platón, entre los corros de los sofistas, se
escuchaban comentarios divertidos acerca de la “meseidad” o la “silleidad”. Del
<i>logos</i> que subyace y es dis-curso. </span></div>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:="" style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">Alguien dijo que el diablo está
en el detalle. Pero es Dios quien habita en él.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjARYKbRmJ4DEvauifxL4CPtPhlC06XJsTEYjVT2F71DA6yQSmXx85gDshUYnGCTROZHAcpsrUT4xmsspnuY2XMd8PQvR-X8ZMhPLfEEWxRhgefQ1PnkEJBNcsY3f7In_Xm5IOrb6qx5vOu/s1600/e.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjARYKbRmJ4DEvauifxL4CPtPhlC06XJsTEYjVT2F71DA6yQSmXx85gDshUYnGCTROZHAcpsrUT4xmsspnuY2XMd8PQvR-X8ZMhPLfEEWxRhgefQ1PnkEJBNcsY3f7In_Xm5IOrb6qx5vOu/s1600/e.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">25. Lo que sé de mí: mi
cuerpo/texto está roto. Enlazar los fragmentos, uno a uno, uno por uno, me
proporciona una cierta ilusión de integridad.</span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:=""><br /></span>
<span 16px="" 18px="" arial="" font-family:="" font-size:="" line-height:="">© alonso y marful</span></span></div>
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-23934733929085409142013-03-21T11:28:00.000+01:002013-04-03T18:04:39.176+02:00Angela Merkel, poeta del absurdo / Cuaderno del River´s End <div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En cierta ocasión, Italo Calvino, para entonces ya
autor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ciudades invisibles</i>,
propuso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Breve guía de lugares imaginarios</i> como una obra de consulta
indispensable. Hablaba, naturalmente, de la Biblioteca de lo Superfluo, entre
cuyas obras aspiramos a incluir estas modestas flores que dedicamos a Marcel
Duchamp.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Breve Guía de lugares imaginarios</i>, de Alberto Manguel y Gianni
Guadaluppi es, efectivamente, una obra de consulta indispensable para quienes,
amén de parasitar a menudo otras ficciones, no sentimos particular atracción
por la realidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Algunas tardes, cuando
la lluvia golpea con su fusta de alambre las ventanas del River´s End, nos
dedicamos a perdernos en la Gruta de los amantes, paseamos de incógnito por la
Abadía de la Rosa buscando como locas el tratado sobre la comedia o miramos de
reojo a las mujeres de Capillaria, cuya piel, transparente, deja entrever los
órganos internos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y, ligeramente
inclinado, del lado izquierdo, el insondable mapa de Isla corazón. </span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El propio River´s End tiene una existencia tan
frágil que únicamente se manifiesta ante determinados estados de ánimo y rara
vez puede localizarse, perdido sobre el oro tenaz de la bahía, más allá de los
límites de este blog.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sentadas frente al
mar, en una tarde como esta, más propicia a la gracia de lo superfluo que a la
necesidad de los filósofos, vimos surgir un día la Ensenada del Viento, acariciamos
los muros de ceniza del Cementerio de la Memoria y nos asomamos –qué vértigo- a
los Acantilados de Arena que Fiona Baldwerg situó, con precisión de cartógrafa,
en la costa norte de Noruega, muy cerca de donde yace enterrado el único hombre
que nunca se humilló.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No obstante su naturaleza quimérica, al River´s End
llegan todos los días las noticias y hay veces que, como el lector comprobará
enseguida, no hay mayor diferencia entre leer la prensa y dejarse llevar por
los fantasmas de la imaginación. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Shangri-La, lugar imaginario creado por James Hilton en
su novela<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Horizontes perdidos </i>es, muy probablemente, un trasunto de la mítica
Shamballa de la tradición budista, una región inaccesible en el corazón de los
himalayas donde, amén de Manguel y Guadaluppi y de un sinfín de cándidos
utopistas, recala, también, el inefable y quimérico James Redfield en su
nefasta y undécima revelación. Al fin, todos los lugares imaginarios se
conectan por el istmo, perenne, de nuestra perenne insatisfacción. No obstante,
en la última década han sido muchas las iniciativas que han intentado recuperar
la mítica Shangri-La para proyectos microutópicos insertos en la vida real, y
hemos visto crecer cadenas de resorts, líneas de investigación en el campo de
las tecnologías verdes e incluso una universidad, la Shangri-La University, que
intenta amortizar los réditos espirituales del nombre para poner en marcha
iniciativas de enseñanza basadas en la peregrina idea de un humanismo global;
idea que, más allá de su ingenuidad, merece toda nuestra aprobación. El caso es
que, para celebrar el décimo aniversario del Día Mundial de la Poesía,
propuesto por la Unesco en 2001, la Universidad de Shangri-La propuso en 2011
la celebración de un <em>Congreso Internacional de Poesía y Política</em> en el que fueron invitados a intervenir, por
videoconferencia, una amplia muestra de líderes mundiales. Entre ellos se encontraban
Barack Obama, Bill y Hillary Clinton, Nicolas Sarkozy, Benjamin Netanyahu, Angela
Merkel, Evo Morales o el recientemente fallecido Hugo Chávez. A juzgar por los
resultados, ninguno de ellos reparó en la contradicción… Retransmitidos en
streaming a un reducido grupo de centros receptores, la mayoría de los discursos tienen el inequívoco aroma de una utopía risueña que bien podría
haber salido de la imaginación del propio Italo Calvino si no fuera por las
garantías que nos merece la que ha sido nuestra fuente de información: la
British Educational Research Association (BERA/UK). Después de una breve
experiencia de difusión en abierto, oscuros intereses decidieron que los vídeos
se archivaran. Hay quien dice que, más que por el carácter de las ponencias,
por la que fue su declaración final, un breve manifiesto en el que, al más puro
estilo de Adrienne Rich, se solicitaba a la Asamblea General de las Naciones
Unidas la declaración de la poesía como un derecho humano. Y sí. Es increíble pero
cierto. Enfriadas las brasas del evento, alguien debió de reparar en que
reclamar el derecho a la poesía sonaba como una tremenda bufonada en geografías
tan poco imaginarias como los campos de Tinduf, las territorios ocupados de
Gaza y Cisjordania, los monasterios devastados en el Tíbet o las barricadas de
Alepo y Al Raqa. Y así fue como la carta a la ONU se quedó descansando sobre la
chimenea de algún prefecto, como en el cuento de Poe. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Varadas en la terraza del River´s End, durante el
verano de 2011 emprendimos la traducción de la que fue la ponencia de la
canciller alemana, la doblamos al español, me temo que con escasa pericia, pero
con bastante lealtad al original, y la dejamos descansar durante meses,
esperando a que un día como hoy, en el equinoccio de primavera de este 2013 que
Dios confunda, nuestros amables seguidores celebraran con nosotras la
existencia de esta joya del absurdo. Les aseguramos que hay otras, pero esta no
tiene precio. Ángela Merkel hablando de poesía y, subliminalmente, también de política en un gazpacho épico
que, parasitando a Calvino, está destinado a convertirse en un documento
indispensable de nuestra Videoteca de lo Superfluo. Aunque cabe preguntarse si
no es más necesaria una Merkel que habla de Deep Purple y del engrudo cósmico
que aquella que asedia, año tras año, la prosa indefectible de nuestras vidas
recomendándonos contención.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No se la pierdan. Feliz Día de la Poesía y que descienda Breton…</span> </span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="http://youtu.be/bJ8ZKW_M3WE" target="_blank">http://youtu.be/bJ8ZKW_M3WE</a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
</div>
<div class="progress-bar-uploading">
<div class="progress-bar-progress" style="width: 100%;">
<span class="progress-bar-head"></span></div>
<span class="progress-bar-percentage hid" style="display: none;">100%</span></div>
<div class="progress-bar-processing">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial;">© alonso y marful<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<br />alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-13524092268405488892013-03-14T19:15:00.000+01:002013-03-14T19:37:01.401+01:00el punctum de la fotografía o los arpones del imaginario / cuaderno del river's end<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyOtcz6Aux4K2y8AdsAnD7Y-Eo0hbgd6X9Wni1seccqfjF9raxq93MtP__2QAQ7D5OQfyIrUKrMA98nW2ddVosxpLbhyouYRmxP7oUW9alePv4JhYORvRCKspq8jqm2E1CvQAXh8lfnEOQ/s1600/ni%25C3%25B1o+fotografo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ida="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyOtcz6Aux4K2y8AdsAnD7Y-Eo0hbgd6X9Wni1seccqfjF9raxq93MtP__2QAQ7D5OQfyIrUKrMA98nW2ddVosxpLbhyouYRmxP7oUW9alePv4JhYORvRCKspq8jqm2E1CvQAXh8lfnEOQ/s1600/ni%25C3%25B1o+fotografo.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Camino por la bahía de Pollensa, al borde de un mar denso como el aceite que cabecea indolente contra las rocas. De repente, en una tienda de souvenirs, una fotografía<br />
me<br />
llama</span></span></span><br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">la atención. Más tarde la localizaré en el archivo Bestard. Pondré una fecha tentativa a la imagen de ese niño moreno que escruta la penumbra. Es un niño fotógrafo. Consciente de su oficio, se ha encaramado a una silla para poner sus ojos a la altura de la lente. Para ocupar mentalmente el lugar de la lente que le permitirá atrapar lo que sucede fuera y almacenarlo en ese micromundo silencioso que va creciendo en la habitación de al lado, la que su madre llama “la habitación de la memoria”. Cientos de negativos que se van apilando con los días y que parecen arder en una danza inmóvil. El niño se llama Federico Bestard y, a la altura de la primavera de 1889, momento en el que fue obtenida la fotografía, tiene siete años. Todavía no es capaz de concebir el Tiempo, pero es extrañamente consciente de que es el depositario de un pacto demiúrgico que le permitirá detener el momento…<br />
<br />
En <em>La cámara lúcida</em> Roland Barthes señala la fotografía como un ámbito de copresencia de lo simbólico y lo imaginario, del <em>studium</em> y el <em>punctum</em>. Se trata de un Barthes epilogal que se debate entre la voluntad minuciosa del ensayo y el <em>pathos</em> de la elegía, entre el <em>studium</em> que enlaza la experiencia personal al régimen simbólico y el <em>punctum</em> que tiende sus arpones desde lo más hondo de la conciencia individual. <em>La cámara lúcida</em> pivota sobre estos dos conceptos. Su suerte ha sido tal que, a estas alturas, resulta difícil contemplar una imagen fotográfica sin aludir a esa parte –pues todo <em>punctum</em> es consustancial a lo metonímico y a lo fragmentario- que parece emanar desde un detalle para apuntar a fuego sobre el corazón de nuestra vida emocional. La madre de Barthes, Henriette, quizá el <em>suprapunctum</em> que recorre toda su biografía, como una arteria subterránea, ha muerto hace apenas dos meses… También a mí me sonríe Henriette, como un día reconociera Jacques Derrida. También a mí me sonríe y, de alguna manera, seguirá sonriéndome para siempre desde esa fotografía que la recoge, la mirada clara, tan clara, en el jardín de invierno. Su hijo la seguirá enseguida, igual que si ese <em>punctum</em> mortal del óbito materno –áspid que muerde el fondo y convoca a la memoria a la orgía de todos los retornos- se prolongara en el hijo y lo arrastrara consigo, igual que la parte convoca al todo en una deriva perpetua que se desplaza sin fin a lo largo del eje de lo imaginario. Pero no… No es el momento de la academia sino de esta<br />
tarde que arroja<br />
sus luces sobre el mar<br />
y deja un río de sangre en la bahía. Es el momento de dejarse herir por esa dentellada silenciosa que emana de la foto. La foto primero en la arena. Luego en mi mano. Bajo mis ojos que escrutan su penumbra y dejan que el <em>punctum</em> busque mi pecho para enhebrar su aguja. <em>Punctum</em> que viene a mí como<br />
un ágil<br />
zarpazo<br />
de la memoria. ¿Dónde localizarlo? ¿En los ojos? ¿En el dedo índice de la mano izquierda, que se eleva fáustica<br />
mente erecto, ordenando al instante que se detenga? ¿En el gesto de las piernas, que se doblan hacia adentro insinuando el andar patizambo del adulto?<br />
<br />
Toda fotografía es un viaje al interior de una conciencia que eternamente retrocede, igual que el agua del río ante la sed de Tántalo. Mi<em> punctum</em>. El mío. El que me hará viajar a lo largo de una ruta desconocida,<br />
geografía de una intimidad enconada<br />
mente arcana, tomando como pretexto esa mano que aprieta la perilla del obturador. La perilla. Primacía lacaniana del significante. El bigote exquisitamente perfilado de mi padre… Mis manos de niña que acarician la barbilla arrubiada y rasposa y descansan después sobre las suyas. Apretando las suyas, dejándose apretar<br />
tan dulcemente.<br />
<br />
Oh, tierra de la Muerte. ¿Dónde está tu victoria?"<br />
<br />
<br />
PARATEXTOS<br />
<br />
Luis Cernuda</span></span></span><br />
<br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">“(…) Del viento nació el dios y volvió al viento<br />
Que hizo de mí una pluma entre sus alas.<br />
Oh, tierra de la Muerte, ¿dónde está tu victoria?”<br />
<br />
Luis Cernuda, “Quetzalcoatl”.</span></span></span><br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"><br />
Roland Barthes</span></span></span><br />
<br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"><em>Studium</em>: "la extensión de un campo que el espectador percibe familiarmente en función de su saber, de su cultura."<br />
<br />
<em>Punctum</em>: “la herida que causan ciertas fotografías, ese pinchazo”<br />
<br />
Cfr. La cámara lúcida, disponible en la web a través de distintos vínculos. </span></span></span><br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Jacques Derrida</span></span></span><br />
<br />
<span class="messageBody translationEligibleUserMessage" data-ft="{"type":3}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">“Quiero pensar ahora en Roland Barthes; hoy, cuando atravieso la tristeza, la mía y la que creí sentir siempre en él, sonriente y cansada, desesperada, solitaria, tan incrédula en el fondo, refinada, cultivada, epicúrea, siempre cediendo y sin crisparse, continua, fundamental y desentendida de lo esencial; quiero pensar en él, a pesar de la tristeza, como en alguien que a pesar de no privarse (por supuesto) de ningún goce, en efecto se los dio todos. No sé si es posible decir esto, pero tengo la impresión de que puedo estar seguro de que, como dicen ingenuamente las familias en duelo, le hubiera gustado este pensamiento. Tradúzcase: la imagen de ese yo (moi) de Barthes, que Barthes ha escrito en mí, pero que ni él ni yo consideramos verdaderamente algo esencial, esa imagen -me digo en el presente- es quien ama en mí ese pensamiento, goza con él, aquí y, ahora, y me sonríe. Desde que leí <i>La chambre claire</i>, la madre de Roland Barthes, a quien nunca conocí, me sonríe en este pensamiento, como sonríe a lo que ella infunde de vida y reanima de placer. Ella le sonríe y, por tanto, también en mí desde -¿por qué no?- la Fotografía del jardín de Invierno, desde la invisibilidad radiante de una mirada de la cual él sólo nos dijo que fue clara, tan clara.”<br />
<br />
Cfr. Jacques00 Derrida, “Las muertes de Roland Barthes”, en Poétique nº 47, 1981. </span><a href="http://www.jacquesderrida.com.ar/tectos/barthes.htm" rel="nofollow nofollow" target="_blank" wrc-processed="done"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span style="color: #b45f06;">http://www.jacquesderrida.com.<wbr></wbr><span class="word_break"></span>ar/tectos/barthes.htm</span></span></span></a><span class="wrc0" style="height: 16px; padding-right: 16px; width: 16px;"><span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> </span></span><br />
<br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Naturalmente, todos los detalles acerca de la vida de Federico Bestard, incluída su existencia, son invención mía.)</span></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-5453705318005219842013-02-16T21:00:00.000+01:002013-07-13T14:31:06.598+02:00la vida secreta de una artista 20 / mi cuerpo/texto <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGNMQA_LDjmpHMHVSPr76ccqWyngXkuVAPmHtro2sNQpc8ayErIaSfq0z3zc2JrfWpsZ3IQWbaS3oftrGjuQ3z68pmNhBmCCFsYc1beFvYJ8q-Hp_-5pO2fX3tp5DqOlWT1Y9wdP0F4mPn/s1600/4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGNMQA_LDjmpHMHVSPr76ccqWyngXkuVAPmHtro2sNQpc8ayErIaSfq0z3zc2JrfWpsZ3IQWbaS3oftrGjuQ3z68pmNhBmCCFsYc1beFvYJ8q-Hp_-5pO2fX3tp5DqOlWT1Y9wdP0F4mPn/s1600/4.jpg" uea="true" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;">mutaciones IV / fragmento (de la serie s</span><em style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; text-align: left;">he's</em><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"> © alonso y marful)</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La compulsión de venir aquí. A tomar nota. Someterse a esta pequeña libertad de Procusto. Meter las ideas en cintura. Dejar que el Yo Ideal se filtre en el discurso y construya un correlato textual del cuerpo. Delgado. Macizo. Acaso pre-cintado y “estrecho”. De niña me asedió el temor por lo que los adultos llamaban “el desarrollo”. Desarrollarse era convertirse en mujer y, por tanto, en el soporte físico de la temida y untuosa sexualidad. En el fragmento me mantengo (casi) virgen. Histérica, prometo aquello que no tengo la menor intención de dar.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero, ¿qué más podría dar?</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">---</span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Times New Roman;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Modelo para armar:
el cuerpo, desmembrado, en el estadío del espejo. Y la mirada de la madre.
Rota. Incapaz de responder al estímulo de mi mirada devolviéndome, con la suya,
el don infinito de una id-entidad.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Fascinación por los
mandalas. Mi cuerpo en el mandala. Unificado. Fluyente.</span> <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Times New Roman;">
</span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDgZryk2Um78bcAL_svFsZMeugau6CD8J7yu9DHLzm_-VO9JVjn6mU5wT7IS1wzusHE9jgMpaUjSbCbeFJKUFloh6M18eSwY4BkHcsBpI-ZY9hE9C594xUR1CIaKopdXO9n-23O5VHCMDU/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDgZryk2Um78bcAL_svFsZMeugau6CD8J7yu9DHLzm_-VO9JVjn6mU5wT7IS1wzusHE9jgMpaUjSbCbeFJKUFloh6M18eSwY4BkHcsBpI-ZY9hE9C594xUR1CIaKopdXO9n-23O5VHCMDU/s1600/2.jpg" uea="true" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small; text-align: left;">mutaciones I /fragmento (de la serie s</span><em style="font-size: small; text-align: left;">he's</em><span style="font-size: x-small; text-align: left;"> © alonso y marful)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El texto me recubre, me protege. Y, sin embargo, deseo que mi escritura <em>toque</em>. Que quien pose sus ojos sobre mis palabras se sienta <em>tocado</em>. Que levante los ojos y se entregue a esa gloriosa <em>epojé</em> de la piel dejándose llevar por el placer del texto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
--- </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Encuentro en la contención del fragmento una indudable coquetería. El gozo imaginario de una sexualidad que se entreabre o se entrecierra, nunca del todo explícita. Un éxtasis polimorfo –el texto avanza y se ramifica sin adherirse del todo a ningún tema, a ningún objeto- y, en cierto modo, fluvial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghyv0joC-Su_Ry9HBB8qXT3H8M1rFMZh4yiMnEISZS07UKFqz-WnRg8bIquQCpJRQ_fu7z54WCniKWHPWjWbVydz2kviK6hEcAYrfyz0erS-P70HBcXbbe2IiZXPqCcqJGwG1GsaC3bj2c/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghyv0joC-Su_Ry9HBB8qXT3H8M1rFMZh4yiMnEISZS07UKFqz-WnRg8bIquQCpJRQ_fu7z54WCniKWHPWjWbVydz2kviK6hEcAYrfyz0erS-P70HBcXbbe2IiZXPqCcqJGwG1GsaC3bj2c/s1600/1.jpg" uea="true" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small; text-align: left;">mutaciones VIII / fragmento (de la serie s</span><em style="font-size: small; text-align: left;">he's</em><span style="font-size: x-small; text-align: left;"> © alonso y marful)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Lo que sé de mí: mi cuerpo/texto está roto. Enlazar los fragmentos, uno a uno, uno por uno, me proporciona una cierta ilusión de integridad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
--- </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no. Nunca un <em>corpus</em>. No una estructura física o textual realmente tangibles, provistas de protuberancias, órganos internos, volúmenes textuales, introducciones y nudos, desenlaces, todo aquello que implica una clausura, bordes, corporeidad. Si acaso un conjunto de <em>corpúsculos</em> diseminados. Aquí y allá. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSChLDpISIOSUoxHyZ0BjnyKTmNxTiBOcUkzyJKfrtdD5-7Y553KJuXHgQU9iJHvSL7npZJGY_rJyYgf8gseAAHx7oQlQrNs-WKRuhw2yBSM6qPRkqcKLsD4iph9X29M8p7z7VqA1cJWxL/s1600/3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSChLDpISIOSUoxHyZ0BjnyKTmNxTiBOcUkzyJKfrtdD5-7Y553KJuXHgQU9iJHvSL7npZJGY_rJyYgf8gseAAHx7oQlQrNs-WKRuhw2yBSM6qPRkqcKLsD4iph9X29M8p7z7VqA1cJWxL/s1600/3.jpg" uea="true" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">mutaciones I / fragmento (de la serie s<em>he's</em> © alonso y marful)</span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-78403627796132176972012-12-18T19:09:00.000+01:002012-12-24T16:59:15.345+01:00de profundis <div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4sjW9CFpLDNoCSBVawzhqZ3WeOL_UTQPiI1Ou4phUAFYhnfUTzFNHJDX0dcAcSbZ_vwgA2IH51qjNldlzRkiJP6J6AQaSgQ0y-o7fJ1qmUYtCJx37v5YSAsYDTeFbKGEZrVPetVYRPKHR/s1600/alonso_y_marful_de_profundis2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" eea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4sjW9CFpLDNoCSBVawzhqZ3WeOL_UTQPiI1Ou4phUAFYhnfUTzFNHJDX0dcAcSbZ_vwgA2IH51qjNldlzRkiJP6J6AQaSgQ0y-o7fJ1qmUYtCJx37v5YSAsYDTeFbKGEZrVPetVYRPKHR/s1600/alonso_y_marful_de_profundis2.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>de profundis</em>, 2012</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un año más, nos unimos a la convocatoria de Tania Bruguera y "celebramos" el Día Internacional del Migrante con una <em>performance</em>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Durante semanas, hemos intercambiado correspondencia con multitud de instituciones y organizaciones no gubernamentales tratando de recabar cifras que nos puedan dar una idea de las dimensiones de la tragedia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cada año, miles y miles de hombres, mujeres y niños atraviesan a pie vastas regiones del África subsahariana intentado alcanzar algún país de la costa mediterránea. Desde que se construyeron los muros de Ceuta y Melilla, el flujo de migrantes se ha desviado a Libia, a tal punto que este mismo lunes, 17 de diciembre de 2012, nos despertábamos con la noticia del cierre de sus fronteras al paso de personas procedentes de Argelia, Tchad, Sudán y Níger. Otra tapia contra el corazón del "inframundo". La razón que arguyen, cínicamente repetida por Argelia o Marruecos (de quienes es fácil sospechar las contrapartidas europeas por ejercer de países tapón), es la “seguridad”, como si las bandadas de seres indefensos que huyen, desesperados, hacia el Norte, después de haber reunido una cantidad desorbitada de dinero para entregar a las mafias, pudieran poner en jaque la seguridad de un país. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<span style="color: #cccccc;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo cierto es que África se está convirtiendo, cada vez más, en un suculento negocio para las compañías transnacionales, que expolian sus inmensos recursos enriqueciendo a las empresas inversoras y a las élites locales mientras la gran mayoría de la población vive en la miseria y está dispuesta a arriesgar la vida atravesando el desierto bebiendo orines y el mar a bordo de una patera e, incluso, de un flotador de plástico. Ilumi</span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">nando las paradojas de una globalización mutilada, la Unión Europea blinda sus fronteras mientras, intramuros, aquellos que disponemos del derecho de ciudadanía por el mero hecho de nacer aquí, asistimos al libre tráfico de personas, mercancías y capitales. Según el Informe de Derechos Humanos en la Frontera Sur 2012, elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), "llegará un día en que la Unión Europea habrá de reconocer el carácter criminal de la política de cierre de fronteras practicada, en particular, para la totalidad de los países africanos, que ha convertido el Mediterráneo y la costa africana en una gigantesca fosa común". </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este año la convocatoria de Tania Bruguera ha vuelto a reunir a artistas de todo el mundo en torno al Movimiento Inmigrante Internacional, una iniciativa de arte útil centrada en “la creación de vínculos entre comunidades locales e internacionales” con el fin de poner de relieve el genocidio silencioso que comportan las políticas migratorias y el trato que reciben los inmigrantes en el seno de sociedades cuyas constituciones protegen el derecho a una existencia digna. Eso sí, para quienes dispongan de una documentación en regla o, tal como el gobierno de Rajoy proponía hace pocas semanas, de 160.000 euros para adquirir una residencia en nuestro país. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A lo largo del proceso que nos ha llevado hasta aquí, hasta este dispositivo de resistencia lírica que hemos titulado <em>De profundis</em>, hemos tenido conversaciones con multitud de representantes de instituciones y organizaciones, públicas y civiles, que han hecho de nuestro camino un revulsivo ético y político que queremos compartir con vosotros. Nos preocupaba, en particular, la práctica imposibilidad de acceder a una estimación del número de muertos que se producen cada año en torno al trágico sueño de la inmigración. Nos preocupaban, también, las diferencias de bulto entre las fuentes oficiales, expertas en el manejo de la estadística y la obscena gestión de un zafio triunfalismo, y las procedentes de las organizaciones parasistema. Finalmente, tuvimos desde el principio la romántica idea de recuperar los nombres de algunos ahogados, a sabiendas de que su identidad permanecería para siempre sumergida en el limbo de nuestra indiferencia. Los muertos en el mar no tienen nombre. Más allá: en el mejor de los casos, los que consiguen morir en tierra firme dispondrán, como mucho, de un sumario análisis genético, una ficha dental y unas señas necrodactilares antes de ser encerrados en un ataúd barato (así se dice en las reiteradas noticias de prensa) y enterrados en nichos numerados. En Estados Unidos, donde prosigue la construcción del muro fronterizo que impide el paso de los inmigrantes desde la vecina México, los muertos son enterrados con el nombre genérico de John Doe y Jane Doe.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los activistas pro derechos humanos rastrillan las grandes extensiones de tumbas anónimas y pintan sobre una sencilla cruz de palo la leyenda “no olvidados”. </span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: #cccccc;">Después de innumerables gestiones y un par de meses de evacuación de consultas, tuvimos acceso a una lista elaborada por United for Intercultural Action, la Red Europea contra el nacionalismo, el racismo y el fascismo y en apoyo de los inmigrantes y refugiados. La lista, elaborada a partir de fuentes de información muy diversas, detalla la muerte de 17306 inmigrantes y refugiados en su intento de conquistar el sueño europeo desde el año 1993. La gran mayoría son desconocidos: NN. <em>No name</em>. No obstante, algunos de ellos tienen nombre. Sabemos que no son más que la punta de un sangriento iceberg. Lo que se siente al mirar la lista es, sencillamente, indescriptible. Extraemos algunos casos de los últimos años:<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em><span style="color: #cccccc;">30/05/2010<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mohamed<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Abagui, hombre, Marruecos, se suicidó con una sábana en un centro penitenciario de Barcelona donde se encontraba a la espera de ser deportado.<o:p></o:p></span></em></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em></em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em><span style="color: #cccccc;">04//08/2011<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin nombre, 100 personas, África, ahogadas, arrojadas por la borda de un bote libio posteriormente rescatado a 104 millas de Lampedusa.<o:p></o:p></span></em></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em></em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em><span style="color: #cccccc;">28/11/2011<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin nombre, hombre, en torno a 25 años, África Subsahariana, presuntamente ahogado, encontrado en las inmediaciones del Puerto de Ceuta en avanzado estado de descomposición.<o:p></o:p></span></em></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em></em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em><span style="color: #cccccc;">09/07/2012<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Bernard Hukwa, hombre, Zimbabwe, ahogado, se arrojó al Támesis mientras esperaba respuesta a su petición de asilo político.<o:p></o:p></span></em></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em></em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em><span style="color: #cccccc;">07/09/2012<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin nombre, 79 personas, Túnez, ahogadas en el mar intentando alcanzar la costa de Sicilia.<o:p></o:p></span></em></span></span></div>
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em></em></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>25/10/2012<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin nombre, 54 personas, origen desconocido, 14 encontradas ahogadas, 40 perdidas, viajaban en un bote procedente de Marruecos rumbo a Europa.</em></span></span><span style="color: #cccccc;"> </span><br />
<span style="color: #cccccc;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTozMJjfsWRpDid7ZiqZ3vgRwjTN9nY1GcmhJMRUg79CdhUzMTN1bDqsvUbRzrnI4dRKJZxL6_F4BQ7MUcGnGstGqbTdhofLButPBwib_SnAqNjfrRftgybRcJ3tjUs4lcgExkNSItl6mj/s1600/alonso_y_marful_de_profundis1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" eea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTozMJjfsWRpDid7ZiqZ3vgRwjTN9nY1GcmhJMRUg79CdhUzMTN1bDqsvUbRzrnI4dRKJZxL6_F4BQ7MUcGnGstGqbTdhofLButPBwib_SnAqNjfrRftgybRcJ3tjUs4lcgExkNSItl6mj/s1600/alonso_y_marful_de_profundis1.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>de profundis</em>, 2012</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_NiGmfZmgDAFF6cTd3ytcAig6pIaepffVy-Iuf92pjwUUYWMu8GhR6ynLFoD6nsu1UDoFr-FK7dU_xBdEEvZBvthHNyE7vuWnXvHZb0n51X959VAM70aL6sDgS_AhV-bbRGVhTIT874xq/s1600/alonso_y_marful_de_profundis3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" eea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_NiGmfZmgDAFF6cTd3ytcAig6pIaepffVy-Iuf92pjwUUYWMu8GhR6ynLFoD6nsu1UDoFr-FK7dU_xBdEEvZBvthHNyE7vuWnXvHZb0n51X959VAM70aL6sDgS_AhV-bbRGVhTIT874xq/s1600/alonso_y_marful_de_profundis3.jpg" /></a></div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<br /></div>
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: #cccccc;"><em></em></span></span></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>de profundis</em>, 2012</span></div>
<br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: #cccccc;"><em>De profundis</em> es un dispositivo de resistencia lírica. Tal como los hemos descrito en otras ocasiones, nuestros "dispositivos" son acciones de carácter procesual que culminan en un objeto mínimo. Aspiramos a hacer pensar. A hacer sentir. Las acciones personales que de ello se deriven pertenecen al usuario de un dispositivo que se propone como un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">objeto de conciencia</i> destinado a ser usado por un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sujeto de conciencia</i>. Cada uno de nosotros. Cada una de nosotras. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A las 14.00 h. del 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, situamos nuestro llaüt a un kilómetro y medio mar adentro desde el puerto de Can Picafort, en Mallorca. Arrojamos por la borda 17 banderas españolas y las dejamos zarandearse a merced de la corriente. Las banderas se mantienen a flote durante algunos minutos, debatiendose entre las olas. Poco a poco, se alejan de nosotras y se sumergen en el mar. Sometemos, así, al símbolo de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la nación española al mismo destino que corren los miles de inmigrantes que cada año se ahogan intentando llegar a nuestras costas. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En un gesto de desobediencia civil ante nuestras políticas migratorias, ponemos a España en el lugar de los muertos. Nos ponemos en su lugar.</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD1aoCzuKsjtiOhhi1ZbAedxwmtKotiA98rzy-hByy0GaV-PfGrfeNTwalm4ESp5gv_cmEmrM1u4wiANcYaygH1HFQ-SCfwFArhWVzwgxJhXCwsG1b4xM35EFzKNthZ2BXRPzl7bR6IDfN/s1600/alonso_y_marful_de_profundis4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" eea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD1aoCzuKsjtiOhhi1ZbAedxwmtKotiA98rzy-hByy0GaV-PfGrfeNTwalm4ESp5gv_cmEmrM1u4wiANcYaygH1HFQ-SCfwFArhWVzwgxJhXCwsG1b4xM35EFzKNthZ2BXRPzl7bR6IDfN/s1600/alonso_y_marful_de_profundis4.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>de profundis</em>, 2012</span></div>
<span style="color: #cccccc;"></span><br />
<span style="color: #cccccc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-72556806534401320042012-12-07T18:39:00.000+01:002012-12-07T18:40:03.911+01:00de pronto, ese verso de Paul Celan...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilJRhWDeUIOG41LC5OMJuY8DUgljk1CQrR_BcU7kI4uf0qFr0uDmyaB17ZjnmyvSzO0mE6M8rB-D6riq-pXLr1M-h9wQwBUv7GX3t68W0O8oFlJx9XvGiL67YRrcZRzP2pyDSLqH0AR8fr/s1600/7.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilJRhWDeUIOG41LC5OMJuY8DUgljk1CQrR_BcU7kI4uf0qFr0uDmyaB17ZjnmyvSzO0mE6M8rB-D6riq-pXLr1M-h9wQwBUv7GX3t68W0O8oFlJx9XvGiL67YRrcZRzP2pyDSLqH0AR8fr/s1600/7.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Alonso y Marful, del Libro de Artista <em>Cómo nombrar el grito,</em> 2012. </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">Fragmento.</span> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>En Can Picafort, a 27 de noviembre de 2011</em></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">"Me despierto en medio de la tormenta. Una tromba de agua cae sobre el tejado y gorgotea en las bajantes. De pronto, ese verso de Paul Celan. "Ora, Señor. Estamos cerca."</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Alonso y Marful, <em>Cómo nombrar el grito / Diario mínimo</em></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial;"></span> </div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYeNTUNG3ZIAjuKOgLwaikrc47meEikgpl_ptbqHLxQVpMCTG4-MetxYttW5VjxGF1zTiAI6cQzRGBFQHX0_XR1UAzxrJ7TkR9vRwlO4f93jFzihKB-h737gWEQdejIqA-gk5oFOspzw3V/s1600/libroartista2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYeNTUNG3ZIAjuKOgLwaikrc47meEikgpl_ptbqHLxQVpMCTG4-MetxYttW5VjxGF1zTiAI6cQzRGBFQHX0_XR1UAzxrJ7TkR9vRwlO4f93jFzihKB-h737gWEQdejIqA-gk5oFOspzw3V/s1600/libroartista2.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: x-small;">Alonso y Marful, Libro de Artista <em>Cómo nombrar el grito</em>, serpentína de 8,5 mts. desplegada sobre el asfalto, 2012.</span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-1781388517352768092012-12-04T20:12:00.000+01:002012-12-18T10:45:03.339+01:00sólo un fosfeno que aúlla entre las piernas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuhY9AdvIYzGB_hCIxNqnHtLe-WcuIA6kZcmFv0D5-WcDqyL_W_lExSsz0sx2fBow8kZ6A2uc4fBUeYv4D1A93iAp9zmCgKjO_tyF3ptsnHfDYjoFO6epgvC8sp5bkWdEU476Pc1SrwOH3/s1600/hans_bellmer+piernas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuhY9AdvIYzGB_hCIxNqnHtLe-WcuIA6kZcmFv0D5-WcDqyL_W_lExSsz0sx2fBow8kZ6A2uc4fBUeYv4D1A93iAp9zmCgKjO_tyF3ptsnHfDYjoFO6epgvC8sp5bkWdEU476Pc1SrwOH3/s1600/hans_bellmer+piernas.jpg" /></a><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hans Bellmer,<em> The doll</em>, printed in 1983.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> "Como una niña freudiana mira el lenguaje aparecer y esconderse. <em>Fort da</em>. Ser y no ser. Traducir –penosamente trasladar- la pureza de la imagen en un cuenco sonoro con tantos agujeros como albafetos ha habido a lo largo de la historia. Traer –quizá atraer- a la boca una palabra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y repetirla hasta que nada queda de ella. Lamerla. Degustarla. Deglutirla. Expulsarla. Rendirse a la evidencia de que todo significante no es más que un poso mortal que –no sin violencia- únicamente admite ser nombrado con la palabra <em>nostalgia</em>. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> Renunciar al amor y buscarlo, al fin, en lo que es: una huella en el lenguaje. Sólo un fosfeno que aúlla entre las piernas."</span></span><br />
<span style="font-family: Arial;"></span><br />
<span style="font-family: Arial;">© alonso y marful</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-77588914850647053952012-11-20T18:06:00.000+01:002012-12-18T20:47:11.690+01:00la vida secreta de una artista 19 / el 5% del universo visible<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy volvemos al universo que fascinó nuestra infancia, que abrumó a Pascal y que Borges concibió como una aterradora canica que contenía <em>el aleph</em>, en un relato donde, como todo borgiano sabe, el verdadero vértigo no era el amor por Beatriz Viterbo, sino ese turbio desasosiego que nos produce la inmensidad. Volvemos al universo para integrar ese temblor metafísico que nos hace sentir en un proyecto en el que el juego es <em>mirar nuestra mirada</em>, volver sobre las tiernas rutinas de nuestros ojos y nuestra inteligencia para intentar alcanzar la <em>visión</em>. Todos sabemos que <em>mirar</em> y <em>ver</em> son dos cosas distintas y que, mientras la <em>mirada</em> enfoca, la <em>visión</em> lleva consigo un ímpetu de comprensión y de totalidad.<br /><br />Muchos de vosotros sabéis que de todo lo que existe en el universo únicamente podemos ver un 5%. Los constructos mentales sobre los que descansa nuestro conocimiento del cosmos se parecen a los de un profesor de música que tuviera que escribir acerca de una sinfonía de la que únicamente puede escuchar una nota de cada veinte, o a la de un crítico teatral que tuviera que narrar la historia que vincula a dos decenas de personajes a partir de las intervenciones fragmentarias de un único actor. Sin duda podríamos otorgar fiabilidad a sus crónicas, pero no dejaríamos de echar de menos que alguien nos desvelara los hilos, la secreta armonía, que rige la relación de esa nota con las diecinueve restantes, o de ese actor con el resto de las <em>dramatis personae</em> que componen la función.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se supone que, de ese 95% del universo que no vemos, un 23% está compuesto de materia oscura y un 72% más de energía oscura. La materia oscura tiene casi 5 veces más masa que el universo observable y, aunque nuestras humildes tecnologías no nos permiten escudriñar en su interior, podemos inferir que existe a partir de los efectos que produce, principalmente en los campos gravitacionales de las estrellas y las galaxias. En cuanto a la energía oscura, hace apenas un par de meses que nuestra pretenciosa especie estrenaba un poderoso rastreador astronómico, situado en Cerro Tololo, en Chile, capaz de obtener mapas celestes de una precisión inusitada, que nos permitirán cartografiar grandes áreas del universo observable y reconstruir su historia con mayor fidelidad. Su verdadero objeto, sin embargo, será estudiar ese 72% de energía oscura que parece estar en el origen de su expansión. Juan García-Bellido, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y miembro del proyecto Dark Energy Survey (Rastreo de Energía Oscura), declaraba al respecto que “el descubrimiento del agente responsable de la expansión acelerada marcaría un hito histórico que nos permitiría conectar el origen y el destino del cosmos”. Conectar las piezas del puzzle en el que viajamos. Nuestra vieja ambición.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los modelos de interpretación del cosmos se relevan y desplazan consigo nuestras visiones del mundo. Afirmar, negar, son gestos provisionales que proceden de una información fragmentaria acerca de la naturaleza. Descripciones funcionales, e internamente coherentes, que, sin embargo, ignoran la mayor parte. Siempre hay piezas sueltas, extensas zonas de opacidad, numerosos volúmenes que no logramos encajar, fuerzas que impulsan esos volúmenes y los proyectan lejos sin que sepamos la razón. Este proyecto nace en el seno de esta meditación y la convierte en una propuesta plástica. Nuestras fotografías “describen” únicamente el 5% de lo que vemos a través de un registro realista, si entendemos por realidad aquella que nuestros ojos y nuestras cámaras reflejan, aunque, para oscurecer el misterio, nunca sabremos si se trata de una materia afín a la que recoge nuestra experiencia o, como algunos físicos proponen, de un holograma, de un sector de información cuyo código de emisión es compatible con nuestros aparatos de recepción o de una mera proyección mental. Si nuestros ojos fueran distintos, si miráramos el mundo desde el punto de vista de un árbol, un coral o una mariposa monarca, nuestras descripciones de la realidad serían, también, diferentes, lo que no revela otra cosa que la parcialidad de nuestra posición. No vemos la danza de las partículas que, sin embargo, nos constituyen. Ni la forma en la que las redes de interacciones que forman nuestro cuerpo y nuestra conciencia tensan los hilos de un prodigioso entramado cuya forma y cuyo sentido somos incapaces de imaginar y en el que, como en nudo vinciano, tirar suavemente de un hilo situado en Atlanta puede repercutir en un lejano extremo de la galaxia de Orión. Tampoco podemos saber –tal vez no lo sepamos nunca- qué es lo que hay más allá del universo conocido, aunque nos fascine la conjetura de que él mismo sea, en su fabulosa extensión, una mínima porción de un universo más amplio perdido en una orilla de un universo más amplio. Una mínima parte de una maquinaria de una maravillosa e inconcebible complejidad. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Qué vemos, en realidad, cuando miramos? Únicamente un 5% de lo que nos rodea y, dentro de ese 5%, tal vez un modesto 5% de todos los detalles. Esclavos de su fisiología y de sus rutinas perceptivas, y esclavos, también, de nuestra personal e intransferible sensibilidad, nuestros ojos ponen el acento en una parte mínima dentro de ese humilde fragmento de lo que les es dado contemplar. Somos sensibles al detalle que informa un <em>punctum</em>. Aquello que nos “hiere” y que entra en resonancia con nuestros acordes biográficos: un nuevo abismo que estamos lejos de haber explorado en su magnífico espesor. Un universo oscuro dentro de un universo oscuro. Hacia arriba y hacia abajo, en el exterior y dentro de nosotros, los espacios y los tiempos se abisman y amenazan con abismar nuestra comprensión. En nuestras fotografías hemos enfocado únicamente un 5%, dejando que 19 de las veinte partes que componen la imagen se desdibujen y nos obliguen a concentrarnos en la zona visible. A centrar nuestra atención en esa nota perdida en la eterna sinfonía de las formas y las sustancias. Esa parte nos convoca. Nos hechiza. Parece atravesada por un <em>pathos</em> misterioso. Fascina nuestra inteligencia y acelera el pulso de nuestro corazón.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aunque nos parezcamos al cronista de una escena fantasmal, o al desconcertado auditor de una música silenciosa, las dos sabemos que ese <em>pathos</em> –compasión y temor- nace de una emoción preconsciente que pone al lado, que com-pone, lo que vemos y lo que ignoramos de la infinita realidad. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Os dejamos con algunas obras de nuestro último proyecto y con un pequeño párrafo en el que únicamente dejamos ver una de cada veinte letras. Ambas formas de expresión nos invitan a reflexionar.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">H m a c r o s f t a m l d e s i c a s i l e o s a a s b h o s y r. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">B</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">uena suerte con vuestra interpretación.</span></div>
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: 'Times New Roman','serif'; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgiD1v_Jisf27ThVvCnuetqCGCALHCXj4yX2V5MHJ4ZVcz_1V9d8ZSp4IScHZawlBoIXQIIb0A9HXCF8FKq3EO7BfdDGm_XruZpW66YrCQWS2MDglo3jOIks8UCUZqSUOX2U_yMnU4e-Em/s1600/04+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgiD1v_Jisf27ThVvCnuetqCGCALHCXj4yX2V5MHJ4ZVcz_1V9d8ZSp4IScHZawlBoIXQIIb0A9HXCF8FKq3EO7BfdDGm_XruZpW66YrCQWS2MDglo3jOIks8UCUZqSUOX2U_yMnU4e-Em/s1600/04+copia.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>el 5% del universo visible, 2012</em></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6PD-S-9C18jEOzb7dQwNeWGkrQbGjnYUeJZrSpgU-AftTxAR2azwOkTLCJFMzdXqfmS5fOol5fEEtlWb2XPdthzcYqIsinrqZs8WoDGalqLzpER8y0cyAzk9CPysehoyLYwEAPXWVyBMY/s1600/09+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6PD-S-9C18jEOzb7dQwNeWGkrQbGjnYUeJZrSpgU-AftTxAR2azwOkTLCJFMzdXqfmS5fOol5fEEtlWb2XPdthzcYqIsinrqZs8WoDGalqLzpER8y0cyAzk9CPysehoyLYwEAPXWVyBMY/s1600/09+copia.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>el 5% del universo visible, 2012</em></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXcV5U83VzoN4IvL6kVcuRTrxg8QThZ7pYfophYV-rQRYeHMtZ_RZTqZpL8iyebbyYMASgThX05jVKqV6AUtLx0e-i23D7f5IJaUAwqhICHIT5JvR-oTUuqSBvThf4lj08HdSYc34saTm9/s1600/05+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXcV5U83VzoN4IvL6kVcuRTrxg8QThZ7pYfophYV-rQRYeHMtZ_RZTqZpL8iyebbyYMASgThX05jVKqV6AUtLx0e-i23D7f5IJaUAwqhICHIT5JvR-oTUuqSBvThf4lj08HdSYc34saTm9/s1600/05+copia.jpg" /></a></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>el 5% del universo visible, 2012</em></span><br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0jIQonNDn6TyMdSzO3jK7O7VFBaX85qbfI1ZKFnJ9a3YsSq-HiObE9H1Q9YJsTPJDE1Dpo5ezTOgKJxq7ZhsAKxndHxT8vwJf8PD2qCn_72XJQODAXl18NYlB3c2YojmhRtHuaqmJ9lxJ/s1600/03+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0jIQonNDn6TyMdSzO3jK7O7VFBaX85qbfI1ZKFnJ9a3YsSq-HiObE9H1Q9YJsTPJDE1Dpo5ezTOgKJxq7ZhsAKxndHxT8vwJf8PD2qCn_72XJQODAXl18NYlB3c2YojmhRtHuaqmJ9lxJ/s1600/03+copia.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>el 5% del universo visible, 2012</em></span><br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFRUcPFTlP1xdFp3pGx4A54L-NcW_QNjMGKu09u4FQVh6FeY6qieIwxh27dMjidGQ8smyPyS0E6-nNYGiW9NpILki0IljNGOKWRNHTcTuNwqRvaf-BKC4gYLBDcPcCLHhv6sxH3gUlGAh3/s1600/010+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFRUcPFTlP1xdFp3pGx4A54L-NcW_QNjMGKu09u4FQVh6FeY6qieIwxh27dMjidGQ8smyPyS0E6-nNYGiW9NpILki0IljNGOKWRNHTcTuNwqRvaf-BKC4gYLBDcPcCLHhv6sxH3gUlGAh3/s1600/010+copia.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">© alonso y marful, de la serie <em>el 5% del universo visible, 2012</em></span>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-88832999634668475382012-11-14T19:46:00.000+01:002012-11-20T13:51:33.006+01:00la vida secreta de una artista 18 / teresa matas, tejedora de abismos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF0sNISqZLOcbXEioI7iVfGWuM4i8r6NL1j6Fvc4D6a8wSvM-rFGjgRUa55LdP8CYJ_nsZPiQ2RzcAUClF_9pgQpyl1jltTU3QjH2tRJi2bARW7QJ66gBwKk-gmpWoqLFQ98dDfBHHgkpt/s1600/Teresa+Matas+Vestido+rojo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF0sNISqZLOcbXEioI7iVfGWuM4i8r6NL1j6Fvc4D6a8wSvM-rFGjgRUa55LdP8CYJ_nsZPiQ2RzcAUClF_9pgQpyl1jltTU3QjH2tRJi2bARW7QJ66gBwKk-gmpWoqLFQ98dDfBHHgkpt/s1600/Teresa+Matas+Vestido+rojo.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Teresa Matas, <em>Éxtasis</em>, 2004.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Alguna vez se han sentido empujados hacia algún lugar? Caigo, una vez más,</span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> en la presunción de que hay escenarios que nos convocan, que tiran de nosotros y nos atraen hacia si con la ciega determinación del vértigo o del destino. Si la certeza no fuera siempre un desatino, estoy segura de que si estuve en la Bienal de Venecia comisariada, hace un montón de años, por el intempestivo Achile Bonito Oliva, fue obedeciendo a la llamada de un camastro de guerra, desmañadamente cubierto por unas sábanas desplanchadas, donde estaba pintada la palabra “amor”. Sentada en el suelo, junto a la obra de Louise Bourgeois, vi morir, cubierto por los dedos nevados del invierno, el sueño de plenitud de todos los amantes. Y volví a casa. Supe, eso sí, que algo en Venecia, y en Bourgeois, me había convocado a una revelación inexplicable. Vuelvo a sentir eso en la actual exposición de la obra de la artista parisina en La Casa Encendida y, por una razón quiero pensar que no enteramente azarosa, pocos días después, en Marratxi, en el almacén donde guarda la práctica totalidad de su obra Teresa Matas. </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por más que la obra de ambas sea pródiga en el uso de materiales diversos e iconográficamente compleja, a la tapicera Bourgeois, como a Teresa Matas (Tortosa, 1947) sólo podemos imaginarlas en la intimidad de un atelier tapizado de trapos. Bourgeois y Matas son las hijas más geniales que hayamos conocido de esa estirpe de tejedoras prodigiosas que pasa por Aracné y por Penélope y llega hasta la historia del arte contemporáneo empuñando la aguja, el hilo y la tijera como quien construye un dique contra la muerte. La malograda Eva Hesse, Joana Vasconcelos, Josemarie Trockel o Judith Scott son parte de esta saga.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bourgeois, que nace en París en 1911 y fallece, casi centenaria, en New York, en 2010, atraviesa el siglo veinte como un ramalazo de fuerza que ilumina la desazón del sujeto moderno. La taracea de la memoria, cosida y recosida en un intento de integración imposible de carne y de conciencia, es, sin duda, una de las metáforas más típicamente bourgeoisianas y un rotundo aviso para los navegantes de una postmodernidad destinada a recoger los destrozos de la metafísica y a aceptar la existencia como esta nada fluyente que espejea, hecha añicos, sobre el río del tiempo. Alma disuelta en psicología donde lo “ya no”, tal como nos recuerda Olvido García Valdés en sus cartas, nos obliga a revisitar una y otra vez el pasado en una labor de comprensión y reparación en la que las heridas reclaman una sutura imposible. El trauma, la memoria, son, para acudir a una imagen freudiana, un block maravilloso en el que la escritura del tiempo va apilando planos, uno sobre otro, <span style="mso-spacerun: yes;"></span>sobre un fondo fatalmente velado al acceso de la conciencia. Hilar, medir y cortar el tiempo. Ese era el cometido de las parcas en cuyas manos se agitaba, inquieta, la trama del destino. Lo superficial y engañoso de su linealidad es, sin lugar a dudas, uno de los mensajes implícitos que comparten Louise Bourgeois y Teresa Matas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Compartimos unas horas con Matas, cuyo único hijo varón, Joan Miquel, muere en accidente de tráfico, y la artista nos habla del negro riguroso con que su indumentaria pareció anticiparse al color de la tragedia. Ese mismo color, negación y suma, es uno de los elementos que amalgama y confiere coherencia a una obra que, desde sus inicios en la pintura, avanza con pie seguro sobre una pluralidad de soportes en los que una misma tensión dramática parece romper la materia y ensamblarla en un orden siempre provisional, cosiendo y recosiendo un patchwork que no es otro que el de la identidad humana. <span style="mso-spacerun: yes;"></span>Artífice de su propia mitología, Bourgeois se refirió en distintas ocasiones al territorio de la infancia y, muy en particular, al tema de la infidelidad paterna con la institutriz Sadie Gordon Richmond. Mucho más parca en declaraciones que la artista norteamericana, cuya labor de autointerpretación fue exhaustivamente documentada en libros y diarios, Matas declara que su obra parece salir de esa primera “habitación interior” que ocupó entre los cinco y los doce años:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">"Era larga y angosta, muy angosta: tenía una pequeña ventana casi rozando el techo que me comunicaba con otra habitación. La cama era de madera oscura y junto a ella había una mesa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mis pertenencias se completaban con una caja que contenía mi más preciado tesoro. A excepción de la cama, la mesa y la caja, siempre en la estancia, iban y venían los objetos, continuamente convirtiendo el pequeño espacio que poseía en un espacio mágico. Ni siquiera en la oscuridad de la noche sentía temor."</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este pequeño apunte autobiográfico reviste, en Matas, la entidad de una poética. Su vena mística abraza, como un halo, esa espacialidad íntima que encajona a veces su propia figura en cajas, decorados domésticos (que tienen algo de celda y de sala de torturas) y vestidos encolados. </span></span></span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Investidos o revestidos por objetos que “van y vienen”, <span style="mso-spacerun: yes;"></span>como en el “espacio mágico” de la habitación infantil, los “claustros” de Matas alcanzan su punto máximo de tensión emocional cuando se encuentran con la tela, cuyas texturas son elegidas, acariciadas y tratadas a lo largo de un proceso de creación en el que el tiempo parece afincarse en las manos de la artista y usarla como médium para articular sus mensajes. Casi literalmente sumergida entre las telas que yacen, cubiertas por sábanas blancas, en el almacén de Marratxi, asisto, de hecho, a una rara suerte de epifanía del tiempo: estratos que se amontonan, a un tiempo bio y geomórficos, y que la artista levanta con prisa y sin ceremonia, como temiendo agobiar a la visita. La visita, sin embargo, siente que en ese espesor de hilaturas y tejidos está contenida una historia que tanto puede ser la de la existencia individual como la de la especie o la del planeta. </span></span></span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La escena, de apariencia cotidiana, adquiere la entidad de un rito iniciático. Parece verosímil que, durante los misterios eleusinos, el iniciado tuviera que tomar de un cesto, entre otros objetos, una representación de los órganos sexuales masculinos y otra de los femeninos, y la visita piensa que si Bourgeois los toma directamente, alumbrando una iconografía carnalmente explícita, en Matas el misterio de la sexualidad parece enconar sus velos y mostrarnos que el tiempo de la infancia, el de las experiencias fundacionales, estará hurtado siempre a nuestra vista. Si Bourgeois repite, a su manera única, los pasos del iniciado, que pasa del estado de <em>mistes</em>, “hombre con velo”, a <em>epoptes</em>, “hombre que ha visto”, en Matas, definitivamente única, las veladuras se enconan en una reiteración simbólica que parece decirnos que nunca conseguiremos alcanzar, tras su barroca indumentaria, el sentido último de la identidad humana y del lugar que ocupa en el universo. Opacidad asfixiante que nos remite tanto a la constitución retórica de la realidad propia del giro lingüistico de la filosofía contemporánea como a la ceguera que tupe eso que Bordieu llamó<em> habitus</em> de la "conciencia objetivante": un tapiz sobre otro, vestido sobre vestido, tejido-texto sobre tejido-texto, máscara sobre máscara. Pues la naturaleza, como dijo Heráclito, “ama ocultarse”. </span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSeYrQvOBW1efZfc5NRsH1zptfiF8NsOVRhvAwqHxbD4BikCmvGb1M-6SKY9r4udhDzeki_TxIoTOAaXfZmcSUW_ONDxH2QLpSlZWQS7eyhC9Fmmv-XD_bzZrGEyo78EV3QnupDUyAR0fE/s1600/capse-1a.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSeYrQvOBW1efZfc5NRsH1zptfiF8NsOVRhvAwqHxbD4BikCmvGb1M-6SKY9r4udhDzeki_TxIoTOAaXfZmcSUW_ONDxH2QLpSlZWQS7eyhC9Fmmv-XD_bzZrGEyo78EV3QnupDUyAR0fE/s1600/capse-1a.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSeYrQvOBW1efZfc5NRsH1zptfiF8NsOVRhvAwqHxbD4BikCmvGb1M-6SKY9r4udhDzeki_TxIoTOAaXfZmcSUW_ONDxH2QLpSlZWQS7eyhC9Fmmv-XD_bzZrGEyo78EV3QnupDUyAR0fE/s1600/capse-1a.jpg" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Teresa Matas, serie <em>Mirall buit,</em> 1994.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrdDB2fT2zLGF74VMErQHv5EV6Dq13NRdkeJZxxtCdbynIO7Ml4utyLBTey1GXE5THGOjpxAw2fckOnY1Vn9ElqHRizaylnHa2rq7wlwnRYaZbSpTWpLTaJ_4DdXYbyrDYJ5Ky2xPyQuFV/s1600/PastedGraphic-6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrdDB2fT2zLGF74VMErQHv5EV6Dq13NRdkeJZxxtCdbynIO7Ml4utyLBTey1GXE5THGOjpxAw2fckOnY1Vn9ElqHRizaylnHa2rq7wlwnRYaZbSpTWpLTaJ_4DdXYbyrDYJ5Ky2xPyQuFV/s1600/PastedGraphic-6.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Teresa Matas, serie <em>Mirall buit,</em> 1994.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiendfbymXSYWjatvQa58DTdP5ZR57YRpKU6Fc2-qS9l4fLBOuR4wBSXYcaGl_Hm1dIBCMP4xOJA5FjgDNzFaVe5lTwPQHGRyN4H_ljmzWVVmQPz7KWyAX51tVOrTV99vmjoql0ukQZW_sn/s1600/PastedGraphic-5.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiendfbymXSYWjatvQa58DTdP5ZR57YRpKU6Fc2-qS9l4fLBOuR4wBSXYcaGl_Hm1dIBCMP4xOJA5FjgDNzFaVe5lTwPQHGRyN4H_ljmzWVVmQPz7KWyAX51tVOrTV99vmjoql0ukQZW_sn/s1600/PastedGraphic-5.jpg" /></a><span style="font-size: x-small;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Teresa Matas, <em>Chill out,</em> instalación, Louis 21" The Gallery", 2012.</span></div>
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Imposible no recordar algunas obras de Matas que hacen uso de esta estratific</span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">ación simbólica. Pienso, por ejemplo, en las hileras de vestidos colgados. En la performance en la que Matas, situada en el centro de la escena, detrás de un dintel, va cogiendo las camisetas de su hijo y poniéndoles una por una antes de depositarlas del otro lado, donde permanecerán apiladas de nuevo, sin dejarnos otra revelación que el misterio sagrado de una maternidad inexpresable. Y pienso, claro, en esa otra performance, que nos recuerda a Ana Mendieta, en la que la artista planta palos en el suelo para contornear su propia silueta y la rellena luego con piedras que son finalmente revestidas con una tela que los oculta. Peso y grosor de una identidad que huye. Extemporaneidad de la presencia, prófuga involuntaria de sí misma. Siempre debajo o más al fondo, detrás, inalcanzable. Agua que retrocede ante la sed de Tántalo. Y, sin embargo, el espectador que tiene el privilegio de asistir al ritual sabe que no saldrá indemne. Que, aunque no podrá expresar con palabras el misterio, “ha visto” y “sabe” que la ceremonia a la que asiste lo anuda (lo religa) al Todo, o, para decirlo a la manera yunguiana, a un psiquismo transindividual y, en la misma medida, impersonal y universal. Degolladas, sin brazos, las figuras femeninas de Matas están hechas de trapos y rellenas de trapos, pozo y abismo de una máscara infinita que nos constituye y nos golpea como un freudiano <i style="mso-bidi-font-style: normal;">après-coup</i>, como un hachazo en la herida que todos compartimos y cuyo prototipo, como Freud sabía bien, es inasible porque pertenece al pozo negro donde habita lo </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">inconsciente. A pesar de las palabras que acompañan la obra de Matas, y que parecen remitirla, como un subrayado irónico, a la ingenuidad del lenguaje, "los hechos", y en particular el hecho estético, recordando a Poincaré, "no habla", y, por el contrario, parece haberse convertido en el escenario de un silencio tan sagrado como asfixiante.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"></span><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipC5SNghQS6YkRJO3nXj9muKVDiZfztGfLYE8MIW8WkiOsq4AVxtXPoV7zb_yr-mWsaRjY3FoMIi9VCzPRgTE-XT-oe8POV3gOmXLD6YZgO1NB3vk5Suzf-S7bdSJI1VZKVKMihM3E6z27/s1600/Scissors.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipC5SNghQS6YkRJO3nXj9muKVDiZfztGfLYE8MIW8WkiOsq4AVxtXPoV7zb_yr-mWsaRjY3FoMIi9VCzPRgTE-XT-oe8POV3gOmXLD6YZgO1NB3vk5Suzf-S7bdSJI1VZKVKMihM3E6z27/s1600/Scissors.jpg" /></a><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Teresa Matas, serie <em>Absent</em>, 2005. Presentación en Louis 21 "The Gallery" en el seno de la exposición <em>Scissors,</em> 2012.</span> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgItxC1SYyysmhGbWeXKCmwlfh9ZfZsaRXsmR04cZPWcmuN7e9SeJVz42RlwhKo-AsT8_FCqggkB1YrnRb0RcWIgX-ISDl9ep-7c0e7JHi8aM5d0gnsSHOvoI6C5isfUUUP8R1f_TSM-K-n/s1600/_Flors_+Retrospectiva,+Casal+Solleric+2007.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgItxC1SYyysmhGbWeXKCmwlfh9ZfZsaRXsmR04cZPWcmuN7e9SeJVz42RlwhKo-AsT8_FCqggkB1YrnRb0RcWIgX-ISDl9ep-7c0e7JHi8aM5d0gnsSHOvoI6C5isfUUUP8R1f_TSM-K-n/s1600/_Flors_+Retrospectiva,+Casal+Solleric+2007.jpeg" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Teresa Matas, <em>Flors</em>, instalación integrada en la restrospectiva <em>Abriendo cerrando, cerrando abriendo</em>, Casal Solleric, 2007.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy, 14 de noviembre, La Casa Encendida está cerrada. Cerrada, por tanto, la obra de Louise Bourgeois. Cerrado también, y ojalá fuera por la huelga, el almacén de Marratxi donde duerme, cubierta por los dedos helados de la soledad, la obra de Teresa Matas. Ocho estancias en Arco, una retrospectiva en el Casal Solleric o el aplauso de la crítica germana a propósito de su presencia en el Kunstmuseum de Bönn no han sido suficientes para catalpultar al éxito a esta artista genial. Bourgeois tuvo que esperar hasta los setenta y dos años para ver su obra en una retrospectiva organizada por el MOMA. Hace poco que leíamos que Pedro Guirao se vio en figurillas, hace sólo quince, para convencer al Reina Sofía de que adquiriese una de las arañas que hoy son el pasaporte mundial de la tapicera parisina. A Matas le quedan unos cuantos. Pero no nos cabe ninguna duda de que tendrá su hora. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entretanto, Marratxi será para nosotras un lugar tan poderosamente aurático, tan íntimo, como un día lo fue Venecia. Un espacio mágico que nuestra memoria visitará, una y otra vez, para acudir al encuentro de nuevas revelaciones.</span></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirZSulyy-h4tcK_ReIY5j3evBobnM4vAhuo-eMfaR6jGRmVautI04Oc_k-qYdchTdD1MwCQfdLcuJLWYSIVs_VVGEfKQzhuE0Zop-b4jydZMZw5Mh7zpkyS1t1sbl7WsOO2HlbzWblLEVM/s1600/PastedGraphic-9.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirZSulyy-h4tcK_ReIY5j3evBobnM4vAhuo-eMfaR6jGRmVautI04Oc_k-qYdchTdD1MwCQfdLcuJLWYSIVs_VVGEfKQzhuE0Zop-b4jydZMZw5Mh7zpkyS1t1sbl7WsOO2HlbzWblLEVM/s1600/PastedGraphic-9.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Teresa Matas, <em>Amenaza con arrogancia, </em>2004.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">© alonso y marful</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-25302139014499760772012-09-27T14:05:00.000+02:002012-09-27T21:14:26.886+02:00la vida secreta de una artista 17 / opus nigrum o la seducción de las tinieblas<span style="font-family: Times New Roman;"></span><br />
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong>La seducción de las tinieblas</strong><span style="font-family: Times New Roman;"> </span></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Times New Roman;"></span></span></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> “El exceso de tinieblas / es el fulgor de la estrella.” </span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> Georges Bataille</span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La historia comparada de las religiones<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ha hecho de la polaridad entre la luz y las tinieblas un lugar común. Se trata de una de las más apasionantes invariantes antropológicas </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">recogidas, aquí y allá, por un </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">nutrido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">corpus</i> mítico-arquetípico. Para las religiones astrales del antiguo Oriente, para la cultura helenística en la que incardinará su simbología el cristianismo, o para la mística árabe y judía, el avance de la noche constituye una muerte iniciática a través de la que nos adentramos en una nueva dimensión ontológica. </span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy nos detenemos a indagar en la poética de las tinieblas y lo hacemos a través de una obra no-fotográfica, una superficie negra obtenida a través de la no-exposición de la película al efecto de la luz, que, como es bien sabido, es la condición <em>sine qua non</em> que hace posible la fotografía. En el proceso que da origen a esta anti-fotografía, las cualidades inherentes a la cámara oscura se han preservado como meras potencialidades. El diafragma de nuestras Canon Eos1 conserva su capacidad para abrirse y recoger el grafo de la luz, pero prefiere hurtarse a la escritura de los fotones y adentrarse en una noche en cuyo misterio nos sumergimos para gozar de su densa y singular irradiación <em>aesthetica</em>. </span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hay juego sin propedéutica. No hay ritual sin preparación. La llegada a una obra como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Opus nigrum </i>es, sin duda, el resultado de un balance heurístico muy<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>intenso: un término <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ad quem</i> que tiene, para nosotras, profundas resonancias autobiográficas. La confianza en la posibilidad de que la experiencia personal pueda suscitar en el receptor una sensación de entrelazamiento capaz de elevar lo particular a lo universal, la escritura íntima a la invariante arquetípica, es lo que nos autoriza a reclamar para esta obra crítico-visual el calificativo de artística. En ambos registros, plástico y verbal, buscamos el radical imaginario común, la noche oscura del alma. Con ese fin,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y tras una intensa preparación, hemos impreso una obra negra, una negación de la luz que recuerda la bellísima imagen del Pseudo-Dionisio Areopagita: el rayo de tiniebla. El hallazgo de una luz misteriosa en el seno de la no-luz es, por tanto, el nodo sobre el que gira la concepción de esta obra.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aprendamos de la lentitud. Del merodeo amoroso. De la inocencia. Contra lo que pudiera pensarse, hay áreas figurales distintas en la superficie del negro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El centro, la periferia, el Norte, el Sur, el Este o el Oeste, arriba, abajo, la izquierda o a la derecha,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se configuran como unidades de significación sin una topografía definida, pero cuya intensión semántica difiere. Miramos al centro o dejamos que nuestra vista se pierda en un fragmento muy próximo al borde superior. Los sememas de cada área figural conforman bases archisememáticas a las que nos referimos como “nódulos de invariancia” o “puntos transpersonales de conocimiento sensitivo”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esos puntos o nódulos apelan a la condición kantiana de la experiencia estética como la toma de contacto con un sustrato universal de la sensibilidad. El resultado que arroja esta investigación revela la existencia de un registro metafórico arquetípico que discurre en simultaneidad y consonancia con las cualidades del soporte referencial –la obra- y cuyos hallazgos son tanto más intensos que los que puede ofrecer una fotografía convencional, que, en este contexto, no sería más que un particularismo abandonado a la suerte, irregular,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de un cierto horizonte de cooperación interpretativa.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La obra negra nos pertenece a todos porque rebasa con mucho su condición de no-imagen. Es, como sugiere Baruzzi, una “función”, un “pasaje” que nos transporta más allá de la luz que informa la silueta, el color y el límite, y que, yendo más allá, nos sitúa ante el umbral de las visiones trascendentales. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Punto de incertidumbre 2 / Reivindicación de lo invisible</i>, proponíamos una definición tentativa de la obra de arte como “punto de interioridad dinámica y momento de refundación antropológica”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Subrayando esta tesis, dsetacamos ahora el carácter “funcional” y “transicional” de la superficie impresa en negro como una representación contemporánea de la topología sagrada que un día señalaron la piedra de betel o la metáfora mística de la subida a un monte que, sumergido en la noche, era el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">topos uranos</i> de un mágico deslumbramiento.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la superficie nocturna de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Opus nigrum</i> la patencia del significado, negada, actúa como un poderoso dispositivo de generación de latencias. Diríase que la obra no está tanto en el texto patente o manifiesto como en la densidad magallánica de las subtextualidades que genera.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>La nuit évoque moins una chose qu´une fonction: elle résume un passage intérieur. Passage à traver</em></span><a href="http://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>s les choses, à travers le luxe des images, des revelations et des visions dans l´obscur de toutes les apréhensions distinctes.</em><span style="mso-spacerun: yes;"> (1) </span></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El proceso<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Opus nigrum es un final de viaje.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es, también, un punto de no-retorno.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Qué puede mostrarse más profundo que la más radical de las oscuridades?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sabemos que todo aquello que mostremos a partir de ahora serán visiones parciales de esta obra.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Que nunca habremos sido más lúcidas o más sinceras y, desde luego, que no habremos podido llegar más lejos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los cosmólogos describen el agujero negro como un punto de densidad infinita. Nosotras describimos la impresión cromogénica en negro riguroso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como un punto máximo de intensión semántica. Las razones por las que las verdades últimas se refugian en la paradoja se nos escapan, aunque tengamos una ligera intuición de por dónde van los tiros.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Metafísica lunar, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Opus nigrum </i>nace a las orillas del río Bao. No, no hemos incurrido en la superchería de lo exótico porque, desde la misma noche en que empezamos a imaginar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el proceso que nos llevaría hasta la impresión en negro de una lámina de papel artesanal hecha con nuestras propias manos, no dejamos de estar poseídas por la emoción de lo auténtico. Puesto que no íbamos a mostrar nada, nada, a partir de aquel mismo momento, iba a poder retocarse. No habría pruebas de encuadre. No habría, tampoco, máscaras de capa ni curvas de nivel. No habría filtros ni plugins. Sólo la alquimia negra de la noche. </span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong>La obra</strong> <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Naturalmente, es negra.</span></span></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwLqTC5ubC_tSt0KtxTHOwoLhAvcSkcLyOmur_fE6Lsk182OBxvquZahzSji950WU2CbrDAbW-gTro8NF2YIrMQVJlqjIr-nPtkF-18RYY45kryMBIdXF0IM3uPLkJ1FlAcgbXUjeGLxty/s1600/noire.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwLqTC5ubC_tSt0KtxTHOwoLhAvcSkcLyOmur_fE6Lsk182OBxvquZahzSji950WU2CbrDAbW-gTro8NF2YIrMQVJlqjIr-nPtkF-18RYY45kryMBIdXF0IM3uPLkJ1FlAcgbXUjeGLxty/s1600/noire.jpg" /></a></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span></b><br />
<br />
<br />
<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Inter-acción<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Obviamente, cuanto más referencialista tienda a ser la posición del espectador y, en particular, cuanto más irónica sea su descodificación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Opus nigrum</i>, en mayor medida estará rehusando a cooperar con la obra en el despliegue de una red de significaciones que brota desde los archivos más remotos de nuestra memoria colectiva. En ese caso, que, hasta donde hemos podido constatar, se ha demostrado infrecuente, el espectador está siendo sujeto de una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">resistencia</i> que hace de él un reo inconsciente del prejuicio de que la obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">debe</i> mostrar imágenes, y de que, en el caso de mostrar no-imágenes, está intentando jugar con su competencia figural y lingüística. Para los receptores de este tipo, debemos aclarar que basta con exponerlos a la experiencia de quien goza de la obra en ese estado de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">epojé</i> fenomenológica y suspensión provisoria del juicio con que la gran mayoría se enfrentan a ella para convencerlo de que no se halla ante una nueva forma de provocación (no practicamos la estupidez y, a decir verdad, nos resulta bastante difícil soportarla) sino ante una revocación del objeto arte que busca la refundación del sentido. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bajen la guardia. Las posiciones defensivas son cerradas por definición, mientras la fruición estética se caracteriza por una disposición abierta al libre juego de la imaginación y de la inteligencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mostramos la obra. La desnudez del negro dejándose asediar por las luces que indefectiblemente lo rodean. No obstante,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la superficie del papel<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>impreso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se obstina en su turbulencia plana. El 17 de marzo de 2012, en el seno de una presentación pública con 25 asistentes personalmente invitados a la apertura, muchos lloran. Ofrecemos al público la posibilidad de mojar la obra con sus lágrimas. </span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El papel se curva aquí y allá... Nuestra obra es un <em>happening</em>.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entre todos, hemos pintado un mapa de nuestro naufragio.</span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">© alonso y marful</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"></span><br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Por cierto, si os gusta nuestro blog, por favor, haceros miembros. Se está mejor en compañía. Gracias!!!</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;">NOTA:</span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;">1. Cfr. Baruzzi, J., <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Saint Jean de la Croix et le problème de l´expérience mystique</i>, Paris, Alcan, 1931, pp. 321-322.</span></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-16545281969238081342012-06-17T18:29:00.001+02:002012-09-19T19:57:52.123+02:00nietzsche y el arte de vivir<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nos gustan los abismos. Tenemos, incluso, nuestra pequeña enciclopedia de abismos personales.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Algunos, como nuestros lectores saben,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>son metáforas del vértigo que sentimos cuando nos asomamos al misterio de la vida, pero otros son abismos tan reales como el de Cabo Blanco, en la costa occidental de Asturias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En Cabo Blanco hemos tenido la sensación de dialogar con el mar, como esa mujer que, en un cuadro inquietante de Paul Delvaux, que, por lo demás, nos parece un hortera, parece conversar con una rosa. Hace veinticinco siglos, Platón postuló que cada rosa que nace no es más que el fantasma de una Rosa Ideal y execró la flor pintada por ahondar un punto más<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la brecha que nos separa del mundo inteligible al arrojar una sombra adicional sobre la sombra inmensa de la naturaleza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nosotras pensamos que basta con sentarse en esta mole bellísima de Cabo Blanco, con los pies colgando sobre el mar, para convencerse de que el más acá es gozosamente antiplatónico o, lo que es lo mismo, que el idealismo de Platón filosofó contra la vida. Ninguna declaración más intensamente platonizante que aquella que defiende que la luz, emblema de la naturaleza en majestad, no es más que la sombra de Dios. Y pocas reflexiones más acendradamente nietzscheanas que aquella que defiende que Dios no ha hecho más que arrojar un velo de oscuridad sobre la exuberante claridad de los sentidos y su esplendor dionisíaco de gloria y ditirambo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si la vida en su conjunto pudiera hacer una profesión de fe filosófica sin duda diría que es nietzscheana y, por ende, artística, porque no es el menor de los méritos de Nietzsche el haber puesto proa a todas las vanguardias al defender que “sólo como fenómeno artístico está justificada la existencia del universo”. En la primavera de 2006 pasamos una tarde con Charles Carrère, un poeta senegalés que, a sus setenta y tantos años, brillaba igual que una manzana<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pulida en los jardines del Paraíso. “El azar”, dijo Carrère, “es la obra que Dios no firma”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ni por entonces ni ahora tenemos la tentación de indagar en los sofismas de la teología natural, pero resulta extrañamente reconfortante pensar en el mundo como una obra de arte o, lo que es parte de lo mismo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que sólo como manifestación artística está justificada nuestra existencia. </span></span><span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nietzsche disuelve la metafísica en estética y, con ese gesto, otorga al mundo y al devenir una perspectiva y una frescura radicalmente nuevas y emocionantes. No obstante, basta seguir el itinerario de su obra, desde <em>El nacimiento de la tragedia</em> hasta los escritos póstumos de los últimos años, para darse cuenta de que para ser arte no es suficiente con vivir. Basta mirar a nuestros políticos para darse cuenta de que actúan inspirados por un feísmo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estético y moral estomagante. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una existencia artística, en términos neonietzscheanos y alonsomarfulistas, implica una radical afirmación de la vida en tanto experiencia de realización desprovista del asidero de la Verdad o de las fantasías animadas del cielo y el infierno. La verdad no es, para Nietzsche, más que una ficción reguladora que atempera la angustia de las posiciones relativas, o, para recordar una de nuestras citas de cabecera:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">“¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son."</span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">N</span></span><span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">o hay objetividad que no sea un producto de las contingencias de nuestro cerebro y, en cuanto a la fe, “cuando no se coloca el centro de gravedad de la vida en la vida misma, sino en el más allá, en la nada, se ha quitado a la vida su centro de gravedad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Convertir la aventura humana en arte significa, por tanto,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>apurar hasta el fondo el cáliz de lo posible<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y hacerlo con la lorquiana “norma de alegría” de quien sabe que por cada instante de dicha nos esperan al menos un par de sufrimiento. En la conciencia, trágica, de quienes saben que la vida<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es un proyecto que siempre acaba mal y en el que, sin embargo, hay que sumergirse con el fulgor dionisíaco de la lluvia cuando cae sobre el mar,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con su peaje de muerte y de disolución.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ejercitando, contra viento y marea, una libertad de pensamiento que no se deje acobardar por la opinión común, la doctrina, la ideología o el consenso. Siendo la encarnación de una cultura absolutamente ajena a las exigencias del canon, las instituciones y la crítica. Con la serena alegría del superhombre o la supermujer. ¿Qué es difícil? Sí. Por eso es arte. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace un puñado de miles de millones de años, Cabo Blanco era tierra sumergida. Imposible recordar, sin las muletas de la red, en qué período geológico esta tierra que amamos y que nos ama se elevó de las aguas llevando en su interior poblaciones de peces que hoy nos hablan con su idioma de formas fosilizadas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En algún momento del pasado sobrevolar Asturias era sobrevolar el mar. Probablemente, en un futuro indeterminable este festón de rocas de imposible belleza descenderá<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>buscando sus orígenes y, como una esfinge más, entregará al abismo la única certeza de la vida.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al final de su hermoso y profundo libro sobre Nietzsche, Rüdiger Safranski escribe: “Kant había preguntado: ¿hemos de abandonar el suelo firme de la razón y adentrarnos en el mar abierto de lo desconocido?;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y optó por quedarse aquí, en el terreno seguro. Nietzsche, en cambio, se hizo a la mar.” </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nietzsche fue un pirata de la filosofía.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Su amor por el saber lo llevó a embarcarse en una nave sin más bandera que la de la autonomía de juicio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dueño de un olfato exquisito para todo aquello que oliera a falsedad, esclavitud, mixtificación o complacencia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su pensamiento no tuvo otra patria que la de la libertad. Voló arrasando a su paso las ideas preconcebidas e insuflando en las nuevas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la furia diamantina de un estilo que amartilla sin duelo las formas y los conceptos. Apenas un año antes de precipitarse para siempre en la sima de la locura, escribe: “Me temo que yo desgarro la historia de la humanidad en dos mitades”. Nosotras,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y también usted, somos pasajeros de la segunda. De la que ya no comulga con ruedas de molino y se levanta cada día lidiando con la perplejidad que le inspira el común descrédito de la fe y de la razón. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">E</span></span><span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">l 3 de enero de 1889, en Turín, Nietzsche ve como un cochero castiga a su caballo y, abatido por un <em>pathos</em> misterioso, se aferra al cuello del animal intentando consolarlo. Humano, demasiado humano, el pirata se hunde dejando tras de sí la bandera negra que más de un siglo después miramos ondear aquí, en Cabo Blanco, y que, si usted aguza la vista, verá también, eternamente izada sobre el horizonte, desafiando la niebla y la miopía, como un bronco y desnudo manifiesto por un humanismo trágico que se confunde con el arte.</span></span><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgli1frAdGYzIluA03Bca8cJmMEcw_O4uhUrNmRTUn3V5i_zDWH3SApnwhhXqzptgogxOVyJSDPHsOQyLgE4IJEnsCsutv6q448d9WTsUK-66aNCHHf9mx1xX4UEWAH9wYFAac9BNDDSlVU/s1600/nietzsche+enfermo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgli1frAdGYzIluA03Bca8cJmMEcw_O4uhUrNmRTUn3V5i_zDWH3SApnwhhXqzptgogxOVyJSDPHsOQyLgE4IJEnsCsutv6q448d9WTsUK-66aNCHHf9mx1xX4UEWAH9wYFAac9BNDDSlVU/s1600/nietzsche+enfermo.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">Nietzsche enfermo, Hans Olde, 1899.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Permítanos el lector que hoy salgamos del blog<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con un contraplatón o contraheg</span></span><span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">el que es, a la vez, un entusiasta pronietzsche. Arte no es la manifestación sensible de la Idea y, si lo fuera, nos daría un poco lo mismo porque no hay más rosa que la que arde. Arte es ser capaz de conservar a un tiempo la lucidez y la alegría sabiendo que todo conspira para que no gocemos de ninguna de las dos. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial;">© alonso y marful</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">NOTA: </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">1. Cfr. <em>Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, disponible en red a través del enlace:</em></span></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"> </span><a href="http://www.nietzscheana.com.ar/textos/sobre_verdad_y_mentita_en_sentido_extramoral.htm"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">http://www.nietzscheana.com.ar/textos/sobre_verdad_y_mentita_en_sentido_extramoral.htm</span></a></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;">DOS CITAS INEXCUSABLES:</span></div>
<div style="text-align: left;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">1.- La primera con <em>El caballo de Turín </em>(2011), de Béla Tarr. Quien no entienda el dolor de Nietzsche no es humano.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=v32n4lCG0OA&feature=related"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">http://www.youtube.com/watch?v=v32n4lCG0OA&feature=related</span></a></span></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">2. La segunda con<em> Más allá del bien y del mal</em> (1977), de Liliana Cavani (1977), una espléndida película sobre las relaciones entre Nietzsche, Lou Andreas Salomé y Paul Rée.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Arial", "sans-serif"; letter-spacing: 0.25pt; line-height: 115%;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=UCHCE3tNgHo">http://www.youtube.com/watch?v=UCHCE3tNgHo</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-6409914886498155072012-05-27T17:39:00.002+02:002012-12-19T13:52:55.089+01:00la vida secreta de una artista 14 / el inconsciente es baltimore al amanecer<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace un par de años, durante una memorable sesión de ouija, algún espíritu burlón nos dijo que en mayo de 2012 bucearíamos en el bosque sumergido del lago Traful. Freud llamó profecía autocumplidora a aquella que nos obliga desde el inconsciente a transitar los lugares a los que nunca habríamos llegado con el deliberado concurso de la conciencia. Hay geografías previsibles que aguardan su cita con la vigilia y otras, enigmáticas, que nos esperan agazapadas bajo la misteriosa piel del acto fallido, la cenagosa luz del principio de muerte o los disfraces de un sueño que siempre nos devuelve a nuestros monstruos. No obstante, ninguna de las placas que se mueven en el interior de nuestro psiquismo, rompiendo continentes y desplazando fuegos, arboledas y rostros, ha insistido lo suficiente como para arrastrarnos hasta ese fantástico lugar de la Patagonia argentina donde un puñado de cipreses comparten con las truchas su tumba de agua. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En estos dos años hemos buceado en algunos mares y hasta hemos dejado que algún otro mar –porque todos somos un mar- buceara dentro de nosotras y localizara, acaso, bajo el cielo plomizo de la tarde, la ciudad sumergida de nuestro inconsciente. Freud utiliza tenazmente la metáfora de la ciudad sumergida para definir todo aquello que se piensa dentro de nosotros, pero cuyos pensamientos se sustraen al ámbito de nuestra conciencia. Resulta interesante volver al padre del psicoanálisis, que no en vano estuvo a punto de recibir el premio Nobel de literatura, para recuperar, en toda su vibrante plasticidad, esa primera imagen de la vida inconsciente. Dice Freud:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">“(…) en la vida psíquica nada de lo una vez formado puede desaparecer jamás; todo se conserva de alguna manera y puede volver a surgir en las circunstancias apropiadas como, por ejemplo, mediante una regresión de suficiente profundidad. Tratemos de representarnos lo que esta hipótesis significa mediante una comparación que nos llevará a otro terreno. Tomemos como ejemplo la evolución de la Ciudad Eterna. [...] Supongamos ahora, a manera de fantasía, que Roma no fuese un lugar de habitación humana, sino un ente psíquico con un pasado no menos rico y prolongado, en el cual no hubiera desaparecido nada de lo que una vez existió y donde junto a la última fase evolutiva subsistieran todas las anteriores, Aplicado a Roma, esto significaría que en el Palatino habrían de levantarse aún, en todo su primitivo porte, los palacios imperiales y el <em>Septizonium</em> de Séptimo Severo; que las almenas del <em>Castell Sant´Angelo</em> todavía estuvieran coronadas por las bellas estatuas que las adornaron antes del sitio por los godos, etc. Pero aún más: en el lugar que ocupa el <em>Palazzo Caffarelli</em> veríamos de nuevo, sin tener que demoler este edificio, el templo de Júpiter capitolino, y no sólo en su forma más reciente, tal como lo contemplaron los romanos de la época de los césares, sino también en la primitiva, etrusca, ornadas con antefijos de terracota. En el emplazamiento actual del Coliseo podríamos admirar, además, la desaparecida <em>Domus aurea</em> de Nerón; en la <em>Piazza della Rotonda</em> no encontraríamos tan sólo el actual Panteón como Adriano nos lo ha legado, sino también, en el mismo solar, la construcción original de M. Agrippa, y además, en este terreno, la iglesia <em>María sopra Minerva</em>, sin contar el antiguo templo sobre el cual fue edificada. Y bastaría con que el observador cambiara la dirección de su mirada o su punto de observación para hacer surgir una u otra de estas visiones. Evidentemente, no tiene objeto alguno seguir el hilo de esta fantasía, pues nos lleva a lo inconcebible y aun a lo absurdo. Si pretendemos representar espacialmente la sucesión histórica, sólo podremos hacerlo mediante la yuxtaposición en el espacio, pues este no acepta dos contenidos distintos. Nuestro intento parece ser un juego vano; su única justificación es la de mostrarnos cuán lejos nos encontramos de poder captar las características de la vida psíquica mediante la representación descriptiva."</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Palimpsesto o block maravilloso, el inconsciente no sólo se comporta como una grabadora omnímoda que lo conserva todo sino que es capaz de barajarlo según una lógica absolutamente ajena a la de la conciencia. La ciudad eterna de nuestra vida psíquica, por tanto, nunca podría asimilarse a una ciudad real, sino a la suma de todos los tiempos que la atraviesan. Nunca, tampoco, hablará a sus intérpretes con la sencilla elocuencia de un resto arqueológico sino que se colará por las fallas de nuestro comportamiento y nuestro lenguaje dejando aflorar, como los cipreses sumergidos en el lagoTraful, únicamente algunas ramas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En 1966, durante una estancia en la Universidad John Hopkins, en Baltimore, adonde había acudido como conferenciante, Lacan mira el tráfago de la ciudad a primeras horas de la mañana, cuando “todavía no ha despuntado el día” y resucita para nosotros la vieja imagen freudiana: “el inconsciente –escribirá más tarde- es Baltimore al amanecer”. Entre Roma y Baltimore, entre Freud y Lacan, media un cambio de paradigma o, lo que es lo mismo, una forma distinta de mirar el mundo. Freud está fascinado por la historia y habla en términos históricos, aunque el tiempo del psicoanálisis freudiano se configure como una porosa ucronía que busca la articulación lógica de todas las etapas. Lacan está fascinado por la lingüística e imagina el inconsciente como el centelleo de la lengua en la superficie discontinua del habla. Jung, por su parte, habría abrazado ambas imágenes, Roma y Baltimore, y las habría sumergido en el mar de un inconsciente colectivo del que el psiquismo individual no es más que una ocurrencia concreta. Freud y Lacan piensan de un modo “científico”, no obstante bajo el rubro de la ciencia caben tanto las especulaciones de un positivista decimonónico como las apasionantes logomaquias de un estructuralista del siglo XX. Jung, por su parte, piensa como lo haría un místico, un poeta o un visionario. Para la psicología junguiana, cada uno de nosotros lleva dentro una ciudad sumergida dentro de una ciudad sumergida mucho más amplia. Cada Roma y cada Baltimore son, para Jung, como un punto de luz que centellea en el seno de una urbe prodigiosa donde tienen cabida todas las ciudades y todos los tiempos. Que, dentro de nosotros, resuenen los ecos de otras vidas, o que podamos intuir lo que pasará mañana no son sino manifestaciones de nuestra pertenencia a una ciudad superior (inevitable pensaren la <em>civitas dei</em> de San Agustín) donde el pasado y el presente no son dimensiones contradictorias y donde el aquí el allí pueden estar entrelazados, igual que dos partículas que, para seguir el discurso de la vanguardia científica, entablaran una relación de resonancia cuántica. El yo no es más que un punto en la trama del inconsciente colectivo, de tal forma que no es raro que “existan otras cosas en el alma que no hago yo, sino que ocurren por sí mismas y parecen vivir en mí su propia vida.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Debemos hacer prevalecer sobre los otros alguno de estos tres puntos de vista o deberíamos, más bien, considerarlos complementarios? La realidad es prismática y pocas cosas nos producen mayor satisfacción que contemplar las caras de una piedra preciosa y poder ver, de forma simultánea, el cuerpo del que forman parte. Quizá por eso, por su pertinaz obsesión con componer las partes en relación con el todo, Jung asiste a un renacimiento que podemos constatar un día y otro y a propósito de nuevos paradigmas holísticos que, como la psicología junguiana, intentan buscar una explicación a nuestro papel en el cosmos desde la teoría de la información, la holografía o la mecánica cuántica. Todos ellos entienden la existencia como una compleja red de redes en la que las cadenas causales son como bosques sumergidos cuyas complejas arquitecturas permanecen ocultas a la vista del buzo accidental que, como nosotras, se acerca a las plataformas coralinas para mirar de cerca el espectáculo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La vida no nos ha llevado al lago de Traful, donde un espíritu burlón, o quizá un camarada achispado por el vino, predijo que nos encontraríamos en la primavera de 2012. No obstante, hay otros bosques. Pensamos, por ejemplo, en las "estancias sumergidas" de Cristina Iglesias o en las multitudes de Jason de Caires Taylor, esculturas ecosostenibles que parecen esperar bajo el mar la silenciosa resurrección del arrecife.</span><br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj29xDi2N7RVk0NzVYfQLp9C4lBCbsWwzi1pYhDhEIlN19wTtOR0rlHGe2pvgLjSwAimgp9HOxhRdRhtN_UNt7WGoCb8VNTpJsmMIC0TN95qTCbFOz_bNjDLNElIOUr9pSJOc45XOCTm_Pg/s1600/EBCI_BajaCalifornia3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj29xDi2N7RVk0NzVYfQLp9C4lBCbsWwzi1pYhDhEIlN19wTtOR0rlHGe2pvgLjSwAimgp9HOxhRdRhtN_UNt7WGoCb8VNTpJsmMIC0TN95qTCbFOz_bNjDLNElIOUr9pSJOc45XOCTm_Pg/s1600/EBCI_BajaCalifornia3.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Cristina Iglesias, <em>Estancias sumergidas</em>, Mar de Cortes, Baja California.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTtapY-BUU7mggO1oNC2BcS9BKPqoCiWcmqj8I6dyc8zyutOXuFT3coUdJyDoXDD5Kw6xXPyOeF8KclP4zQm7j0BUdaoN0lnP_V6pAJ3IbEpKIfKJFk8s1msxSXawGHYNVbMrjMuMU4imX/s1600/1_Silent%2520evolution_MUSA-26JdeCT.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTtapY-BUU7mggO1oNC2BcS9BKPqoCiWcmqj8I6dyc8zyutOXuFT3coUdJyDoXDD5Kw6xXPyOeF8KclP4zQm7j0BUdaoN0lnP_V6pAJ3IbEpKIfKJFk8s1msxSXawGHYNVbMrjMuMU4imX/s1600/1_Silent%2520evolution_MUSA-26JdeCT.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Jason de Caires Taylor, <em>Evolución silenciosa, </em>Museo Subacuático de Arte (MUSA), Cancún, México.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy nosotras nos sumergimos tranquilas en este bosque de palabras en la certeza de que, por debajo de la ordenada superficie de grafemas que la pantalla nos muestra, hay miles de sentidos que se ocultan y que sin duda nos revelan y revelan algo que está más allá de nosotras. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando la ciencia traspasa las fronteras del átomo o de la galaxia, se convierte en poesía. Al frente de su monumental <em>Paideia</em>, Werner Jaeger puso como mascarón de proa una cita impagable: “La naturaleza es un glifo, un enigma, una sentencia sibilina”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es, también, un hermoso poema en los labios de un dios cuyo idioma tenazmente se nos escapa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; mso-ansi-language: ES;">© alonso y marful</span></span></span></span></span></span></span></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-42188658778443679952012-05-21T17:36:00.002+02:002013-03-14T19:28:31.528+01:00la vida secreta de una artista 13 / un abismo portátil dentro de un abismo<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Seguimos refugiándonos en la intimidad de las cajas; cajas que son estuches y cofres y pequeños almacenes contra la fragilidad de la memoria y que, si cerramos los ojos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos llevan de un lado a otro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">al surgir de la imagen</i>, como habría querido Gaston Bachelard. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span></div>
<div align="justify" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El poeta peruano Emilio Adolfo Westphalen escribió que cada uno de nosotros es “un abismo portátil”. Somos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>aún más, un abismo portátil dentro de un inmenso abismo probablemente portátil. En la iconografía occidental, Cristo Pantocrator sostiene el libro del mundo en su mano izquierda y son muchas las representaciones que lo han mostrado en su faceta de Salvator Mundi, sujetando una esfera transparente o, tal como lo describe el salmista, llevando en la palma de la mano la escritura ingente de todo lo que ha sido, lo que es y lo que será.</span> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuO1fTPo-SS9tyN2WPP1zYDi0Ztk3121ZzgCf2H3q6hD9aFdkJ5g0OUxzJDU2XTy9sPFEHHZ0O97XbQ6YtKpcGrS7qGu1vr20PM8moH9KL0NzQzSyrx4u6RRDJO3mgWil321aBE79Y_cob/s1600/salvator+mundi+da+vinci.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuO1fTPo-SS9tyN2WPP1zYDi0Ztk3121ZzgCf2H3q6hD9aFdkJ5g0OUxzJDU2XTy9sPFEHHZ0O97XbQ6YtKpcGrS7qGu1vr20PM8moH9KL0NzQzSyrx4u6RRDJO3mgWil321aBE79Y_cob/s1600/salvator+mundi+da+vinci.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Leonardo da Vinci, <em>Cristo Salvator Mundi.</em></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Para sentir con toda su fuerza lo que solemos llamar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“vértigo metafísico” prueben a invertir la posición del cielo. Es fácil y la experiencia resulta algo más que trivial. Túmbense en el suelo e imaginen que el manto estrellado de la noche no queda por debajo, sino por encima de ustedes, y que, en lugar de elevarse para tocar las nubes, tuvieran que bajar. Si pudiéramos experimentar el cielo como un pozo, y no como una bóveda insondable, ninguna de las leyendas que han acompañado y definido al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">homo sapiens</i> como una especie esencialmente narrativa, habría sido como ha resultado ser. Una simple inversión como <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la que proponemos es más que suficiente para demostrar que todos y cada uno de los enclaves espaciales en que se expresa nuestro imaginario tienen su origen en la vivencia del cuerpo y en sus consiguientes transposiciones psíquicas. Si las moscas o los corales hubieran alcanzado el grado de evolución que ha experimentado nuestra especie, jamás habrían inventado mitos que, como la ascensión o la caída, con su apretado cortejo de ángeles y demonios, son producto de nuestra experiencia psicosensorial. O, para decirlo con unos versos de William Blake:</span> </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">"</span></span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Así como un hombre es, ve. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">Así como el ojo es formado, así es como sus potencias quedan establecidas."</span></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">De igual modo que es específicamente humano imaginar la ascensión de un Dios o la caída de un ángel devenido en demonio –pensamiento que despacha, de camino, la posibilidad de que, de existir alguno de ellos se parezca en lo más mínimo a lo que nuestra especie fatalmente concibe,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que delata, de paso, que nada sabemos que no sea un producto de nuestra propia percepción-, también el eje que se dibuja entre lo exterior y lo interior, el adentro y el afuera,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>forman parte de una cartografía del espacio singularmente nuestra.</span> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La palabra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">abismo</i> procede del griego <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a-byssos</i>, literalmente “sin fondo”. Somos, efectivamente, un abismo portátil que se asoma a otro abismo. Un cuerpo, una caja anatómica, albergan dentro simas de un calado indecible, profundidades ciegas, radicales tan hondos que, si pudiéramos viajar lo bastante atrás, o internarnos a la profundidad suficiente, es muy probable que revistieran la quietud mineral de un astro a la deriva, o el bullente esplendor de la biogénesis que, a partir de un modesto y azaroso genoma mínimo, empezó a gestar lo que hoy escribimos aquí, en este blog, como una fantástica y remota posibilidad. Un infinito dentro y un infinito afuera y, en el medio, como un necesario fulcro de balanza, la posibilidad de una sutura que apacigua el horror de lo que no tiene límites. Ser hombre, mujer, es, entre otras cosas, ser el sujeto activo de un imaginario que sin duda aparece, de la mano de la conciencia, como una salida terapéutica a la cárcel de la objetividad. Dioses que ascienden y demonios que caen, cielo e infierno, arriba y abajo, no son más que puntos de vista y posiciones relativas de un cuerpo que, si padece, o puesto que padece la fatalidad de la conciencia, ha recibido en pago la contrapartida de ser capaz de imaginar otros mundos. No puede haber conciencia sin fantasía, del mismo modo que es imposible separar el fuego del calor.</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando nuestras fantasías alcanzan a los demás en una suerte de comunión mítica, sin duda estamos en presencia del arte. Pero es de cajas de lo que estábamos hablando, y en el estuche que encierra nuestro particular abismo portátil, hay multitud de cajas de todos los tamaños que se someten, un día y otro, a una geopoética del espacio que opone lo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>interno a lo externo, la apertura y el cierre, lo propio y lo extraño, el yo y el Otro, el límite y la transgresión. La especie humana busca refugio en la cueva y en el territorio, en la intimidad de la casa y dentro de las fronteras de un país que se abre a unos y se cierra a otros, renovando, así, el pacto con el animal inseguro que somos y su necesidad de afianzar las barreras de las que depende su integridad. Una caja es, en definitiva, una metáfora de nuestra necesidad de poner puertas al abismo sin fondo que, dentro de nosotros, nos acecha y una representación plástica de nuestro imperioso afán por desdoblar el breve recinto en que nos alojamos en una imagen especular: una caja, una casa, un país, tributos que pagamos a la servidumbre del miedo y en las que, si la conciencia encuentra razones y arquitecturas, la imaginación busca asideros y recodos, plegaturas, refugios, un recipiente capaz de acoger en su seno las secretas delicias de la intimidad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tiene razón Bachelard cuando en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La poética del espacio</i> vincula las casas con los armarios, las cajas, los nidos y las miniaturas y cuando nos recuerda que “sin esos objetos nuestra vida íntima no tendría modelo de intimidad”. Con todo, es en la caja <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>donde la complejidad de lo privado encuentra la única topología que calza el guante a la emoción del abismo porque, como Bachelard argumenta, parafraseando a Jean–Pierre Richards, “nunca </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">llegamos al fondo del cofrecillo”. Una caja es, por tanto, un infinito íntimo, el reservorio donde, junto con la emoción de todo aquello que nos rebasa, encontramos la ilusión de un universo acotado donde tenemos la ilusión de navegar en paz. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nosotras hacemos </span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">cajas como quien fabrica mundos, abismos portátiles, universos a escala que nos devuelven la imagen de todos los Salvator Mundi que han fascinado desde siempre nuestra imaginación y, acaso, nuestro romántico deseo de salvar al mundo. Marcel Duchamp, Kurt Swwitters o Joseph Cornell encerraron en cajas sus escritos, sus obras y su vida y construyeron pequeños museos o abismos portátiles donde continua encerrado, a buen recaudo, el secreto de su intimidad. Con certeza buscaron ellas el correlato plástico de una interioridad sin fondo que necesita acogerse a la poética del cofre y del secreto para decirnos que nada en la vida, ni en el arte, ni en el universo, es susceptible de ser conocido o, para usar una expresión numinosa, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">revelado</i>.</span> </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGk-XkcXJUjpAVlXd7XXK3_kUwV1PKF5WsVlakrgTfFYjYbF15fV1BUNlmqylCxamtzuKON2uupnW2KpBbqRJh_u_l03FjogXq0yZbC89tQVz8px8c9YkkvsJCu0HIQ7kxZpOLFzqatfUN/s1600/marcel+duchamp+boite+en+valise+1935.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGk-XkcXJUjpAVlXd7XXK3_kUwV1PKF5WsVlakrgTfFYjYbF15fV1BUNlmqylCxamtzuKON2uupnW2KpBbqRJh_u_l03FjogXq0yZbC89tQVz8px8c9YkkvsJCu0HIQ7kxZpOLFzqatfUN/s1600/marcel+duchamp+boite+en+valise+1935.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Marcel Duchamp, <em>Boîte-en-valise</em>, 1936-41.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZkkt_bZVfL0ixF62n0mCxkTh9yeLlg1ovTtQmEUbQ29PIJqjPZbWFNLf6wI2zniT8fuKvBh5MJtQfV9nwga6IjVadEHS3YiLaG2cxCyeIIeRFZ3rvYJ05kWQzQ9HPt_7FPuUM-yiyHDXy/s1600/Joseph+Cornell+Trade+Wings+2,+ca.+1958.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZkkt_bZVfL0ixF62n0mCxkTh9yeLlg1ovTtQmEUbQ29PIJqjPZbWFNLf6wI2zniT8fuKvBh5MJtQfV9nwga6IjVadEHS3YiLaG2cxCyeIIeRFZ3rvYJ05kWQzQ9HPt_7FPuUM-yiyHDXy/s1600/Joseph+Cornell+Trade+Wings+2,+ca.+1958.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Joseph Cornell, <em>Trade Wings / 2</em>, ca. 1958.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">John Banville, reciente autor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de Los infinitos, </i>reconocía en una entrevista que <em><span style="mso-spacerun: yes;">"</span></em>lo sabemos todo, nos han dado toda la información, pero no nos han explicado nada. No puede explicarse. Creo que ésta es la única razón para dedicarse al arte: mostrar el absoluto</span> misterio de las cosas”. Una novela es también una caja, un contenedor de enigmas que sobrevivirán a la especie y que rubricarán con una sonrisa nuestra denodada ambición de ir, siempre, más allá. Jules Supervielle, indagador de infinitos, decía buscar “en cajas profundas, profundas, como si ya no fueran de este mundo”. Y, mucho nos tememos que, al menos en parte, no lo son. Que hay muchos otros mundos que están en este y que la pequeña escala y las reducidas capacidades de nuestro cuerpo, al que vamos atados </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">como un esclavo al asta, nos impiden conocer y desvelar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Decimos todo esto porque refugiarse en una caja es, siempre, una excelente forma de huir de lo que estamos hartos. Estamos hartas de ese tejido helado que va urdiendo los días y que está hecho de cofres y secretos que lo único que guardan es dinero con el que financiamos jubilaciones de oro mientras el ciudadano de a pie se resigna a vivir un poquito peor que ayer, pero un poquito mejor que mañana, dándose un baño de desencanto y de orfidal. Hartas, también, de que las cajas tontas se hayan convertido en sucursales de <em>El caso</em> y en transmisoras seguras de una enorme epidemia de banalidad. </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"> </span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Como dice Antonio Porchia, “cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.” </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; mso-ansi-language: ES;">© alonso y marful</span></span></span></span></span></div>
alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-87609885078773923632012-05-14T19:56:00.002+02:002012-06-04T11:36:51.547+02:00la vida secreta de una artista 12 / estuche de vida y muerte<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando éramos niñas la palabra “estuche” estaba habitada por un cielo de plomo con ramalazos verdes que habíamos conseguido arrancar al estupor mineral de los lápices Alpino, por anillos que dotaban a su dueña de un extraño poder, por relojes parados y por fotografías de color sepia. Más tarde descubrimos que había estuches metafóricos y que toda vida es, como alguna vez defendió Susan Sontag, un estuche de muerte. No hay ni un solo gran autor cuya obra no esté atravesada por el vértigo de lo efímero y la de Susan Sontag no es una excepción. En <em>Estuche de muerte</em>, una novela de regusto kafkiano que fue recibida por buena parte de la crítica como un tostón experimental pretencioso hasta la náusea, Sontag cuenta la historia de Diddy, un suicida sin éxito que, incapaz de “fluir” con la vida, como mandan los cánones de la levedad, se ve condenado a habitarla. A propósito de <em>Death kit</em>, editada por primera vez en 1967, la crítica ha insistido, no pocas veces, en los efectos de escala que ponen en relación la vida individual con la vida de la especie, un tema que Borges consiguió reducir hasta sacar brillo al hueso. Toda vida, y, por lo tanto, toda muerte -este es uno de los argumentos de Sontag-, es como una cajita perdida en una cadena de montaje en la que cada pequeño contenedor se cree el más singular del mundo, o como un grabado que reprodujera, con variaciones mínimas, la plantilla grabada sobre una piedra de litografía. La relación entre el individuo y la especie, o, yendo un paso más allá, entre el fenómeno y la Idea, es uno de las matrices de la imaginación borgiana. En <em>El ruiseñor de Keats</em>, el argentino de la eterna sonrisa nos traslada a una noche de 1819 en la que "un poeta tísico, pobre y acaso infortunado en amor, (…) oyó el eterno ruiseñor de Ovidio y de Shakespeare y sintió su propia mortalidad y la contrastó con la tenue voz imperecedera del invisible pájaro." John Keats, “el hombre circunstancial y mortal”, dedica su oda a ese canto “que no huellan las hambrientas generaciones” y que es, en esencia, el mismo que “en campos de Israel, una antigua tarde, oyó Ruth la moabita.”<br /> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHHP1AmxeYN4wnyBIZyYNGkxYbwN7MaXfsXv3L98ezFVAO52gFD_weMNPcVZPMn3_YlFuAn0Go2rZ47MISwW1icxgtV4RTv2LG-wmr5roIdLCR5ZU85RZr_OKpoJAoONy9HNtnzbxl-ENd/s1600/3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" dba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHHP1AmxeYN4wnyBIZyYNGkxYbwN7MaXfsXv3L98ezFVAO52gFD_weMNPcVZPMn3_YlFuAn0Go2rZ47MISwW1icxgtV4RTv2LG-wmr5roIdLCR5ZU85RZr_OKpoJAoONy9HNtnzbxl-ENd/s1600/3.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">de la serie <em>estados de subjetivación / contenedor I </em>© alonso y marful</span><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Probablemente en el estuche de un solo individuo sea posible contemplar el patrón de la especie, como probablemente en el estuche de una sola especie, si aguzamos la vista, podemos contemplar el patrón que subyace a la naturaleza de todo animal. Imposible conjeturar si en el estuche del universo se reiteran los tiempos y las estancias hasta componer una inmensa biblioteca cuya profusión de escrituras se replica, indolente, sobre la piel de los jaguares, jugando a reflejarse en cópulas y espejos y haciendo de cada vida el minúsculo estuche de una auténtica exposición universal. Los antiguos creían que todo lo de arriba se mira en lo de abajo y nada nos cuesta imaginar a Borges ofreciendo su mano libre, la otra ocupada sobre el bastón, a un Schopenhauer que reinventa su <em>voluntad</em> en el <em>arquetipo</em> de Jung mientras un Roland Barthes amigo del regateo y de la diferencia nos recuerda que la analogía no es más que uno de los demonios con que nos asedia la madurez. Contra el platonismo de la fórmula siempre podemos recurrir a la observación meticulosa de aquello que nos distingue y hasta perdernos, como hace Steiner en una de las páginas más bellas que hemos leído, en el milagro caudaloso de la multiplicidad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">"Crecí poseído por la intuición de lo particular, de una diversidad tan numerosa que ningún trabajo de clasificación y enumeración podría agotar. Cada hoja difería de todas las demás en cada árbol (salí corriendo en pleno diluvio para cerciorarme de tan elemental y milagrosa verdad). Cada brizna de hierba, cada guijarro en la orilla del lago eran, para siempre, "exactamente así". Ninguna medición repetida, hasta la calibrada con mayor precisión y realizada en un vacío controlado, podría ser exactamente la misma. Acabaría desviándose por una trillonésima de pulgada, por un nanosegundo, por el grosor de un pelo ‑rebosante de inmensidad en sí mismo‑, de cualquier medición anterior. Me senté en la cama intentando controlar mi respiración, consciente de que la siguiente exhalación señalaría un nuevo comienzo, de que la inhalación anterior era ya irrecuperable en su secuencia diferencial. ¿Intuí que no podía existir un facsímil perfecto de nada, que la misma palabra, pronunciada dos veces, incluso repetida a la velocidad del rayo, no era ni podía ser la misma? (Mucho más tarde aprendería que esta ausencia de repetición había preocupado tanto a Heráclito como a Kierkegaard)."</span> <br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pensamos en cajas y se nos vienen a la cabeza cosas como estas, palabras que van tejiendo puentes de papel el entre el mar y la ola y que, en tardes como esta, sonríen ante la ocurrencia de Ciorán cuando dice que “"Si las olas se pusieran a reflexionar, creerían que avanzan, que tienen un meta, que progresan, que trabajan para el bien del mar, y no dejarían de elaborar una filosofía tan boba como su celo". </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ponemos los pies a navegar en las primeras olas de la primavera y nos sumergimos un año más en la rutina indemne de las estaciones. Al fin y al cabo, nos hemos pasado otra semana lijando madera y amueblando la primera caja de una serie que hemos decidido bautizar con un genérico rimbombante: “estados de subjetivación”. En realidad, deberíamos llamarlos “estados del alma”, pero, después de aliñar el regateo con una copa de cava helado, hemos optado por ponernos terrenales. Nada más terrenal, al fin, que la caricia del sol sobre la piel de mayo y este olor a algas que nos emborracha el cuerpo y arrastra hasta nosotras la historia repetida de la misma mujer mil veces replicada en cada costa y en cada ulyses, como si una sola historia de amor contuviera la esencia de todos los amores y como si cada voluta pintada sobre un friso fuera la sombra de una voluta inteligible que lucha por revelarse sin conseguir otra cosa que proyectar otra sombra sobre el estuche de nuestra caverna. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nos preguntamos si esa esfera que flota sobre el mar en la primera de nuestras cajas contiene algo de ese resplandor metafísico que ilumina, prácticamente sin variaciones, las esferas a que se refieren Hermes Trimegisto, Empédocles, Blaise Pascal o Giordano Bruno. Borges estudió con detenimiento la metáfora de la esfera y concluyó que “el espacio absoluto que había sido una liberación para Bruno, fue un laberinto y un abismo para Pascal. Éste aborrecía el universo y hubiera querido adorar a Dios, pero Dios, para él, era menos real que el aborrecido universo. Deploró que no hablara el firmamento, comparó nuestra vida con la de náufragos en una isla desierta. Sintió el peso incesante del mundo físico, sintió vértigo, miedo y soledad, y los puso en otras palabras: "La naturaleza es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna."</span><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK39OnGKk7M8TZf7Gh-bxpLR3g84maiBfp1lmMwUugyiXVSa10iN8aR5FOpzxge17r_0AqqvI0MI9OaKCFoP-_ldKlgZ-uNRWn1YbIY0PX5V20mjgjMDjpQ45xCQjZgQ7PpeZcNO0AaFlo/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><img border="0" dba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK39OnGKk7M8TZf7Gh-bxpLR3g84maiBfp1lmMwUugyiXVSa10iN8aR5FOpzxge17r_0AqqvI0MI9OaKCFoP-_ldKlgZ-uNRWn1YbIY0PX5V20mjgjMDjpQ45xCQjZgQ7PpeZcNO0AaFlo/s1600/2.jpg" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">de la serie <em>estados de subjetivación / contenedor I </em>© alonso y marful</span><br /><br />No es la primera vez que inventamos una esfera suspendida sobre el mar. La esfera es, de hecho, el símbolo en torno al que desarrollamos nuestro proyecto <em>Metáforas del ce</em>ntro. Hoy volvemos a ella para encerrarla en un estuche que contiene, además, tal como se detalla en una de sus hojas: “una cita, palabras, una manta roja (memoria del calor y de la soledad) y 0,059 metros cúbicos de aire”. Encerrar este centro metafórico en un estuche de 60x60, meticulosamente pulido y mimado hasta compartir con él una emoción muy parecida a la intimidad, es un gesto que, en tardes como esta, no nos parece gratuito. Una caja es un recinto amurallado que se recoge sobre sí mismo. Es, también, un <em>axis mundi</em>. Una escala de Jacob. Por la escalera negra de esta caja hemos descendido a los estuches de vida y muerte de Sontag o Borges, ambos convictos, cada uno a su modo, de una filosofía portátil que ha querido ver la historia de la especie, o la del universo, contenidos en la cifra milagrosa de cada existencia individual. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nadie sabrá nunca si cada niño que atesora un estuche encierra en él una imagen de sí mismo que se proyecta, ampliada, sobre el espejo velado donde se miran todos los hombres. Ni si esa imagen no es más que un retorno a la madre que recupera, con el lenguaje universal del símbolo, la calma oceánica de la fusión primigenia. Nunca sabremos qué hilo movió el corazón de Duchamp cuando construyó sus cajitas con museos portátiles. Tal vez, sin saberlo a ciencia cierta, cada vez que construimos un estuche estamos interponiendo un caparazón protector contra el miedo, el vértigo y la soledad. Algo así dicen los versos que contiene nuestra caja. Pero no vamos a reescribirlos aquí porque toda caja es un misterio y toda revelación una búsqueda que se repite, prácticamente sin variaciones, en todas y cada una de nuestras búsquedas, pero en la que queremos dejar nuestro sello porque, en el fondo, somos tan tontos como las olas de Ciorán.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; mso-ansi-language: ES;">© alonso y marful</span></div>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-29404965633356733722012-05-01T18:16:00.000+02:002012-06-04T11:37:16.178+02:00la vida secreta de una artista 11 / magdalenas en ítaca<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Últimamente nos echamos al cuerpo unos libros gordísimos que acaban arrumbados por los rincones del estudio, porque el alma se despoja y va buscando la liviandad hiriente del relato corto, el poema o el aforismo. A veces pasamos al lado de uno de estos ladrillos venerables, muchos de ellos de teoría económica, y encontramos al azar una frase que ilumina esta época de vacas desoladas. "Fue la combinación envenenada del consumismo con la expansión irresponsable de la masa crediticia lo que produjo la peor recesión desde el 29. El mercado es el nuevo Leviatán.” Amén. Mientras la recesión cava surcos en el corazón de los más vulnerables y las instituciones culturales revuelven en el cepillo de las ánimas para poder rellenar la agenda, nosotras nos pasamos la semana preparando la exposición que presentamos en Can Gelabert (Mallorca) el próximo sábado. Entretanto, nos rebautizamos de "povera" y bromeamos, con risa amarga, sobre un arte de la recesión. El caso es que, como no están las cosas como para tirar cohetes, nos ponemos a convertir una caja de embalaje en el marco de un díptico. Después de tres días de aplicar manos y manos de Titanlak negro mate, lija de agua y lanilla de acero, la madera, que deja traslucir aquí y allá la modestia del pino o del abeto, tiene el aspecto de una pizarra antigua. Antes de colocar las imágenes que irán dentro, garrapateamos los bordes con poemas improvisados, flechas que indican el cénit y el nadir, líneas de implosión en las que los rostros de las fotografías –Su pintada de blanco, con la cara arrasada por las lágrimas- se retan al sereno combate de la autorreflexión. Venimos de adentro y vamos hacia adentro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpLsslISXLdCLINSCqwb7uOOLVxBXRAxUv8yiAEnCS5Fn4KqEY2dQqTjM62ce11ZBu1lbN_1HfRq_zP8SUvZjV5lA6xssV4G4WVQkciBtTWUMOQ1_LUPw3cVsOcYvtxyRTSpiv_tXbkecH/s1600/d%C3%ADptico.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" mea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpLsslISXLdCLINSCqwb7uOOLVxBXRAxUv8yiAEnCS5Fn4KqEY2dQqTjM62ce11ZBu1lbN_1HfRq_zP8SUvZjV5lA6xssV4G4WVQkciBtTWUMOQ1_LUPw3cVsOcYvtxyRTSpiv_tXbkecH/s1600/d%C3%ADptico.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"> <em>cómo nombrar el grito </em>© alonso y marful<span style="font-size: small;"> </span></span><br /><br />Cogemos el coche y, de camino a Can Gelabert, charlando a propósito de ese arte de la recesión capaz de convertir un embalaje industrial en el soporte de un díptico, nos encaminamos hacia un aserradero donde los árboles muertos siguen sangrando por los muñones y donde cada tabla invoca un pájaro y un nido en cuya intimidad arden los huevos más oscuros que soñara el Bosco. Antes de que el surrealismo tuviera la menor noción de sí Luciano de Samosata y el Bosco ya habían echado a andar sobre sus carros de heno a ese bestiario epiceno que nos confirma que existe el multiverso y que, mientras estamos en Alcudia puliendo un madero en forma de quilla, alguien en algún lugar remoto del espacio y del tiempo ha resuelto ya la forma que buscamos. El caso es que el aserradero es un mundo donde sueña, incorrupta, la arboleda perdida de Rafael Alberti. Tablas con secciones de más de un metro, o vigas con una envergadura de veinte, descansan al sol sin más sombrero que nuestras manos, que acarician la madera y la imaginan impresa con la imagen digital de algún congénere feliz, igual que estas jacarandas que, en la hacienda de enfrente, lanzan al aire limpísimo de mayo una intensa llamarada de color violeta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cogemos un par de palets y los imaginamos convertidos en el cobijo simbólico de tantos miserables y deshuciados que hemos visto desde el doble visor de las cámaras y los corazones, y, ya de regreso, mientras nos internamos en uno de esos ramales rectilíneos que son como las nerviaciones por donde la savia viejísima de la isla viaja tranquila entre mar y mar, nos acordamos de los fieltros de Beuys y de Kounellis y nos parece que el arte es un monólogo con el <em>ser</em> que atraviesa, inmutable, el esplendor y la miseria y que resurge cantando una canción elemental de tierra y fuego, de aire y agua. O, para decirlo a la manera de Kounellis, que "el arte es una disciplina basada en el amor".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cogemos tierra en un bolsón. Tierra roja con la que revestiremos los elementos de una instalación destinada a ocupar el foso de la sala, un aljibe de unos diez metros cuadrados en el que pensamos acomodar nuestra “Noche del alma para siempre oscura”. A saber: un atajo de libros y una esfera varias veces encolados y recubiertos de tierra tamizada y una mano blanca de yeso que atrapa entre sus dedos una bombilla de 1,5 watios. Ese es el menguado voltaje moral de una cultura que se obstina en crecer sin volver la espalda. Algo tendríamos que aprender del ángel de la historia que Walter Benjamin creyó ver, arrastrado por "la tempestad del progreso", en una acuarela de Paul Klee. Y algo tendríamos que hacer para devolverles las alas a esos más de cinco millones de parados que hoy, Día Internacional de los Trabajadores, se pasean sin rumbo por el bulevar de los sueños rotos. Para cambiar una sociedad que ha hecho su mantra del crecimiento/consumo indefinidos sin parase a pensar en el colapso ecológico y en las contradicciones del sistema hacen falta muchos contramensajes. Hoy, mientras pasamos la <em>kärcher</em> por los palets y dejamos que el granizo haga el resto, nosotras queremos poner el nuestro del lado del decrecentismo, porque basta con mirar hacia atrás para darse cuenta de que los mejores momentos de nuestras vidas no se los debemos al relevo del coche o a la jubilación prematura de la impresora o del móvil sino a esos instantes en que tuvimos la certeza de afinar nuestra nota con la armonía de un mundo incomprensible y mágico, ya sea asomadas al mar de la bahía, un poco como San Agustín y Santa Mónica en el éxtasis de Ostia, o entre los brazos de un amor pasajero o tenaz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nosotras crecemos decreciendo. Trabajamos con tierra y embalajes industriales y, en un par de semanas, devolveremos al mar estos dos cuerpos gloriosos (permítanos el lector este puntual acceso de amor propio) que dejamos a la orilla a primeros de noviembre. Todos sabemos que volver es algo más que la letra de un bolero. Volver al mar cada primavera es un poco como poder tomar la magdalena de Proust, que es la madre dulcísima de todas las memorias, en una vieja taberna bajo la luz de Ítaca. Entre la ceremonia del té y el manto de Penélope no hay más que ese atavismo suave que ata los remos de la vida, siempre inescrutable, al complejo diagrama de una secreta circularidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por lo demás, para hacer magdalenas y mojarlas en té no hace falta gran cosa. La receta es sencilla. Pero la materia prima y el horno superferolítico es algo a lo que todavía aspira la mayor parte de la humanidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span></span></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">PARATEXTOS:</span><br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong>Germano Celant y el arte pobre</strong></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">"Antiguamente las cosas eran así: primero el hombre y, luego, el sistema. Hoy es la sociedad la que produce, y el hombre el que consume. Todo el mundo puede criticar, forzar, desmitificar y proponer reformas, pero deberá permanecer dentro del sistema: no se le permite ser libre. Una vez creado un objeto, hay que acompañarlo. Así lo manda el sistema. No se puede frustrar la expectativa; si ha asumido un papel, el hombre debe seguir recitándolo hasta la muerte. Todos sus gestos han de ser absolutamente coherentes con su actitud anterior, y deben prefigurar el futuro. La salida del sistema significa una revolución. Así, el artista, como un nuevo juglar, satisface los consumos refinados y produce objetos para los paladares cultos. Si ha tenido una idea, vive para ella y de ella. La producción en serie le obliga a producir un único objeto que satisfaga el mercado hasta la adicción. No le está permitido crear y abandonar el objeto en su camino; debe seguirlo, justificarlo y canalizarlo; el artista debe ocupar el lugar de la cadena de montaje. Tras haber sido estímulo impulsor, técnico y especialista del descubrimiento, se convierte en engranaje del mecanismo. Su actitud se ve condicionada a ofrecer sólo una correptio del mundo, a perfeccionar la estructura social, pero nunca a modificarla y revolucionarla. Aunque rechace el mundo del consumo, resulta ser un productor. La libertad es una palabra vacía. El artista se liga a la historia, o mejor, al programa, y sale del presente. No se proyecta, sino que se integra. Para "inventar", se ve forzado a actuar como un cleptómano y recurrir a otros sistemas lingüísticos. Pero, ¿qué es lo que hacía Duchamp? Desde luego, no pretendía satisfacer al sistema. Para él, ser y vivir significaba, y significa, jugar al ajedrez (el movimiento del caballo no es nunca rectilíneo) y decidir, nunca dejar que otros decidan por uno. Por más que se haya buscado el sistema, nunca se ha encontrado donde se pensaba hallarlo. </span></span><br />
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Así, en un contexto dominado por las invenciones y las imitaciones tecnológicas, las posibilidades de elección son dos: la apropiación (la cleptomanía) del sistema, de los lenguajes codificados y artificiales, en el diálogo con las estructuras existentes -tanto sociales como privadas-, la aceptación y el pseudoanálisis ideológico, la ósmosis con cualquier "revolución" -aparente, e integrada al momento-, la sistematización de la propia producción en el microcosmos abstracto (op) o en el macrocosmos sociocultural (pop) y formal (estructuras primarias); o bien, por el contrario, la libre proyección del ser humano. </span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En la primera posibilidad vemos un arte complejo; en la segunda, un arte pobre, comprometido con la contingencia, con el acontecimiento, con lo ahistórico, con el presente ("nunca somos totalmente contemporáneos de nuestro presente"; Debray), con la concepción antropológica, con el hombre "real" (Marx): la esperanza, convertida en seguridad, de desembarazarse de cualquier discurso visualmente unívoco y coherente (lla coherencia es un dogma que hay que quebrantar!); la univocidad pertenece al individuo y no a "su" imagen y a sus productos. Se trata de una nueva actitud para recuperar un dominio "real" de nuestro ser, que lleva al artista a desplazarse continuamente del lugar que se le ha asignado, del cliché que la sociedad le ha estampado en la muñeca. El artista deja de ser explotado para convertirse en guerrillero; quiere escoger el lugar de combate, disponer de las ventajas de la movilidad, sorprender o golpear; y no lo contrario."</span><br /><br />Germano Celant, "Arte povera. Apuntes para una guerrilla", en el libro de Aurora Fernández-Polanco, <em>Arte povera</em>, Nerea, Madrid, 2003, pp 99-103.<br /><br />Os reco<span class="referencia"><span style="font-family: Arial;">mendamos leer el artículo completo. Podés verlo en:</span></span><br /><span class="referencia"><span style="font-family: Arial;"><a href="http://www.annapujadas.cat/material/textos/cpa_txtcelant.htm">http://www.annapujadas.cat/material/textos/cpa_txtcelant.htm</a></span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong>Walter Benjamin y el ángel de la historia</strong></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">"Hay un cuadro de Klee </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">llamado <em>Angelus Novus</em>. En ese cuadro se representa a un ángel </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> que parece a punto de alejarse de algo a lo que está mirando fijamente. Los ojos se le ven desorbitados, la boca abierta y las alas desplegadas. Este aspecto tendrá el ángel de la historia</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">. Él ha vuelto el rostro hacia el pasado.</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> Donde ante <em>nosotros</em> aparece una cadena de datos, <em>él </em>ve una única catástrofe</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> que amontona ruina</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> tras ruina y las va arrojando ante sus pies. Bien le gustaría detenerse, despertar a los muertos</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> y recomponer lo destrozado</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">. Pero, soplando desde el Paraíso, la tempestad</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> se enreda entre sus alas, y es tan fuerte que el ángel no puede cerrarlas. La tempestad lo empuja, inconteniblemente, hacia el futuro</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">, al cual vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Lo que llamamos "progreso"</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> es justamente <em>esta </em>tempestad."</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">W. Benjamin,<em> Sobre el concepto de Historia, </em></span><span class="referencia"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>Obras</em> I, 2, p. 310.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="referencia"><span style="font-family: Arial;">Podéis verlo en red en el índice de conceptos del <em>Atlas Benjamin</em>: </span></span><br />
<span class="referencia"><span style="font-family: Arial;"><span class="referencia"><span style="font-family: Arial;"><a href="http://circulobellasartes.com/benjamin/">http://circulobellasartes.com/benjamin/</a></span></span></span></span></div>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-34770787054721056172012-03-02T21:03:00.010+01:002012-06-04T11:37:31.794+02:00la muerte de la obra de arte. yves klein y el vacío<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tal vez la única afirmación acerca del arte contemporáneo que pueda suscitar un cierto consenso es la de su carácter problemático. Hace casi un siglo que Dada tiró los juguetes del objeto arte por la ventana igual que un niño que arroja fuera de sí la obra orgánica –aquella en la que forma y fondo se confunden- para sellar, con un rabioso gesto de ruptura y aniquilación, el primado de lo inorgánico. Si entendemos por épica, a la manera de Lukács, el acuerdo de fondo entre el creador y la cultura envolvente, la vanguardia es un arte antiépico, un gesto de resistencia lírica que, enconando hasta el límite su voluntad disolutoria, acaba por disolverse a sí mismo. La imposibilidad de reconciliar el creciente antagonismo entre la historia y la razón será la espoleta de la que tiren los irracionalistas no sólo a la hora de renunciar a los fetiches de la obra sino también a la posibilidad de articular un enunciado artístico coherente con una razón fracasada. Un grito subyacente, “desestetizad”, alimenta con fuerza los movimientos de una vanguardia que, llevando hasta el final su vocación de ejercer de contrapeso histórico de los modelos consensuados, terminará por extremar sus pronunciamientos reduciéndolos a la nada. Arte, anti-arte, no-arte. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Las bufonadas de Satie, o la música atonal de Schönberg, eran un campo sembrado para la llegada del silencio con el que John Cage rubrica la música del mundo. El <em>4:33</em> no es tanto la <em>boutade</em> de un <em>outsider</em> como la maniobra de recuperación de un místico. Apaguen la música y escuchen. Desciendan al murmullo de lo inorgánico, a los ténues avisos de un azar que nos ofrece sus detritus, el quejido del viento o de las hojas, las palabras que cruzan, inasibles, o el ladrido de un perro en la lejanía. Las partituras casuales de la vida, su parpadeo incesante, su desorden, encendían las hogueras en las que habría de arder el aplomo sinfónico del clasicismo y su bien temperada ilusión de armonía y totalidad. Benjamin afirmaría que no hay documento de cultura que no sea, a la vez, un documento de barbarie, y recomendaría pasarle a la historia el cepillo a contrapelo para volver a erizar las texturas de una sensibilidad encallada. Adorno trufará su estudio de las vanguardias con afirmaciones tan tajantes como esta: “la única obra posible es la no-obra”. Teatro de protesta y paradoja, bajo la propuesta de Cage latía el mismo desaliento que un día otorgó carta de naturaleza al silencio del místico. La revuelta de lo sagrado en un mundo sin Dios sólo era posible despojándose de todos los repertorios iconográficos y volviendo al recogimiento mudo del anacoreta, al desesperado mutis del suicida, a la tabla rasa o a la ausencia, al vértigo del ácromo y de la inacción. La cultura occidental asistía, inerme, al desvelamiento de su condición retórica y, más explícitamente, a su condición de retórica del guardián. La mejor forma de neutralizarla era oponer al discurso, impregnado de semas putrefactos, la energía augural del no-discurso, la apelación implícita a la virginidad de un lenguaje que, para poder expresar su alejamiento de las aporías de la razón y de los baluartes de un consenso acrítico, debía afrontar la suprema ascesis de renunciar a todo acto de significación. El arte burgués, hipercodificado, asistía impávido al nacimiento de algo que no podía ser llamado arte sencillamente porque el código no había nacido, si bien públicos y privados, jaleados por una historiografía y una crítica que ejercieron de notarios desconcertados de la sacralización del vacío, se doblegaron sin más ante una poética del despojamiento que encontraría en la nada la más aquilatada y mejor de sus consumaciones. El grado cero de la música tendría sus correlatos en la pintura, en la performance, en la radio, en la televisión. Obviamente, la aquiescencia con el mundo estaba descartada. John Cage, Yves Klein, Guy Debord. Hoy acudimos a ellos para recuperar la turbulencia desnuda que alentó la deserción del arte y que, vuelta a un cielo vacío, como el arúspice, inauguró el arte de la deserción. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras tomamos el primer café con hielo de 2012 y el River´s End navega, varado en la bahía, sobre la barca insomne de las horas, anotamos en el cuaderno las muestras que, a voz de pronto, se nos ocurren y que han tenido como eje (o antieje) el vacío. <em>La Gran Nada</em>, organizada por el Instituto de Arte Contemporáneo de Filadelfia en 2004, <em>Vacíos, una retrospectiva</em>, coproducida en 2009 por el Centro Pompidou y la Kunstalle Bern o la última Bienal de Sao Paulo, en la que tuvimos la oportunidad de hacer <em>footing</em> a lo largo y ancho de los 12.000 metros cuadrados de la segunda planta, donde únicamente el aire y la luz, que se filtraban abundantemente por las vidrieras, invitaban al sufrido público a “crear y a imaginar”, como si no se diera por supuesto que cuando alguien visita una muestra es para ver lo que otros crean y, sobre todo, para comprobar que la experiencia de la fruición estética sigue siendo posible.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">De forma más o menos velada, las refacturas más actuales son el homenaje oportunista a los cincuenta años transcurridos desde <em>El vacío </em>exhibido por Yves Klein en la galería parisina de Iris Clert. La insistencia en la energía creadora de la vacuidad por parte del autor de las antropometrías merece, al menos, una cierta consideración de la que no gozan sus epígonos. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La propuesta de Klein, efectivamente, daba un paso definitivo en el proceso de desmantelamiento de la materialidad de la obra. “El azul tangible estará fuera", había escrito Klein, "en el interior estará la desmaterialización del azul.” El 28 de abril de 1958, día de la inauguración de la anti-muestra, todo en el exterior se vistió del azul YKB patentado por Klein: los globos que, lanzados por el propio artista, se elevaron sobre la plaza de Saint Germain-des-Prés encerrando en su interior el <em>pneuma enthusiastikon</em> en el que los antiguos griegos habían visto la materia en que viajaba el espíritu sagrado que inspiraba al artista trasfundiéndole el saber acerca de las verdades trascendentales, las ventanas de la galería, que ejercían de barrera inciática, e incluso el cóctel, que sería ingerido y expulsado por los viandantes en un ritual de comunión mística muy próximo a una misa. En el interior, las paredes, cuidadosamente pintadas de blanco, habían adquirido un nuevo protagonismo. Ya no acogían el arte sino su ausencia. </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Con esta obra -escribió Klein- espero crear y presentar al público en una sala de exposición de pinturas ordinarias un estado de sensibilidad pictórica. Mi deseo es crear un clima pictórico invisible pero presente, en la línea de aquello a lo que que Delacroix se refiere en su Diario como “lo indefinible” que considera como la esencia misma de la pintura. Este estado de sensibilidad pictórica invisible debe ser lo mejor que la definición de pintura haya podido englobar hasta el presente, esto es, irradiación. Si la creación tiene éxito, esta inmaterialización del cuadro, invisible e intangible, debe actuar sobre los vehículos o cuerpos sensibles de los visitantes con mucha mayor eficacia que los cuadros visibles ordinarios, figurativos o no, e incluso que los <span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">monocromáticos." El público respondió a la propuesta con reacciones dispares. Los enfurecidos abandonaron la sala protestando, pero hubo quienes se sentaron en el suelo y permanecieron durante largo rato digiriendo el plato fuerte de un sentido abrumador, pese a la falta de soporte. Hubo, también, quien tembló de emoción ante la desaparición de la obra y quien se sintió impregnado por la lluvia fina de una ausencia simbólica que alcanzó a remover los últimos pliegues de una nostalgia óntica. Y hubo quien, presa de una angustia que sin duda bebía de una fuente lejana, lloró.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El <em>tour de force</em> kleiniano con el vacío no hacía más que empezar. Una de sus estaciones de paso obligadas debía ser la venta de lo inmaterial. El 17 de marzo de 1959 el artista acude a Amberes, donde ha sido invitado a exponer uno de sus estados de sensibilidad pictórica. Frente al no-cuadro, Klein recita una frase de su admirado Gaston Bachelard: “al principio es una nada, luego una profunda nada, después una profundidad azul”. Consciente de la volatilidad de las divisas, valora su obra según el patrón oro. La estimación era modesta: apenas un kilo del preciado metal... Poco tiempo después, Klein recibe una llamada de su galerista. Hay alguien interesado en adquirir una de sus zonas de sensibilidad. El comprador es Peppino Palazzoli. Klein redacta sus condiciones y las hace constar en el recibo de la transacción: “Esta zona transferible no puede ser cedida por su propietario más que al doble del valor de compra inicial”. Espiritual, <em>ma non troppo</em>, Yves el Monocromático, como quiso que se lo llamara a partir de entonces, se garantizaba la plusvalía, al tiempo que, si el adquirente no respetaba el pacto, lo amenazaba con “la total aniquilación de su propia sensibilidad”. La performance, que tuvo la ocasión de repetirse por última vez en 1962, año de la muerte de Klein, requería de la presencia de un director de museo, un marchante o crítico de arte y dos testigos. Una vez efectuada la venta, el artista debía desposeerse de la mitad del valor recibido mientras el comprador procedía a la quema del documento que acreditaba la operación. Sólo así se garantizaba la posesión de la zona inmaterial adquirida. Imposible no pensar en el emperador de la fábula, que, a riesgo de pasar por tonto, incurre en la suprema tontería de pagar por un traje imaginario.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Probablemente Klein debió quedarse en la eficacia del gesto que consagró su presentación en la galería Iris Clert y pasar a la historia como fundador del vacío y precursor irrenunciable de la larga saga de naderías que habrían de sucederle. No fue así, sin embargo. No contento con situarse en la rompiente de la desmaterialización del objeto arte, en el escaso tiempo que le quedaba de vida Klein cargaría con las consecuencias de su <em>amor vacui</em> hasta extremos insospechados. Según cuenta Sidra Stich en el catálogo elaborado para la exposición Yves Kein (MNCARS, 1995), en enero de1960 Klein intentó en vano levitar saltando al vacío desde un segundo piso. El resultado fue un esguince que no disuadió al arriesgado artista de la idea. Poco después, volvió a repetir la hazaña, esta vez comprometiendo en el vuelo la articulación de un hombro, no obstante tendría que esperar a la tercera, que, como suele decirse, va la vencida, para que, en octubre del mismo año, Harry Shunk documentara con su cámara el exiguo viaje que el cuerpo del artista realizó hasta estamparse en el pavimento de la calle Gentil Bernard, en el barrio parisino de Fontenay-aux-Roses. </span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHmCd0JF2F9iCOh8OMfCzKfWi6cTFRdFdXa7BIYiaYCmfIKn5cCQ1obyBoHhVE8ajIpHgzEDhITAH_OMSSHg8X7H9IFAVvLakbMjWKB1uempJ7kHpQiUJ-zDiWaiH9Fjn1YJMCXf6eM1Y5/s1600/yves-klein-leap-into-void-saut-dans-vide.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHmCd0JF2F9iCOh8OMfCzKfWi6cTFRdFdXa7BIYiaYCmfIKn5cCQ1obyBoHhVE8ajIpHgzEDhITAH_OMSSHg8X7H9IFAVvLakbMjWKB1uempJ7kHpQiUJ-zDiWaiH9Fjn1YJMCXf6eM1Y5/s1600/yves-klein-leap-into-void-saut-dans-vide.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yves Klein, <em>Saut dans le Vide/Salto al vacío,</em> Fontenay-aux-Roses, Francia, octubre de 1960.</span><span style="color: #666666; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 10pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></span></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Más allá de las redes y los montajes, no resulta arriesgado afirmar que a Klein, convertido para entonces en un profesional del vacío, se le había ido la mano. La fotografía del batacazo, de la que se conservan dos versiones, con y sin ciclista, aparece poco después en la portada de la publicación <em>Domingo, diario de un solo día</em>, cuya fugaz aparición en los quioscos estaba especialmente destinada a acompañar el estreno de la performance <em>Teatro del vacío </em>el 27 de enero de 1960. Klein no sólo hablaba del vacío como “teatro” sino como “espectáculo culminante de [sus] teorías”. A aquellas alturas, la maniática reiteración del gesto original hacía que fuera imposible aquilatar si se trataba de una desmaterialización </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">mística, al estilo de Cage, o de la compulsión de repetición de un gesto devenido en farsal que quedaría, no obstante, como un emblema de los caminos que el arte habría de transitar a partir de las vanguardias. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY897ZxWmgwGa5M3ute5GLY-D7HlY2d8XNywPZJLRFv2WbKupQExaMA52o2R1zRyJ1EDNLIxetMD5cJsXYR4HMQdHkYQvGbmTj4SUwErJapfYwHFBkNMhthLJ47I6aP9IykyRfNoE4YdIV/s1600/YK2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY897ZxWmgwGa5M3ute5GLY-D7HlY2d8XNywPZJLRFv2WbKupQExaMA52o2R1zRyJ1EDNLIxetMD5cJsXYR4HMQdHkYQvGbmTj4SUwErJapfYwHFBkNMhthLJ47I6aP9IykyRfNoE4YdIV/s1600/YK2.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><span style="color: #666666; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 10pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Cesión de una zona de sensibilidad inmaterial a Michael Blankfort, París, 10 de febrero de 1962.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En una fotografía obtenida el 10 de febrero de 1962, a menos de cuatro meses del infarto que acabaría con su vida cuando sólo contaba treinta y cuatro años de edad, vemos a Yves Klein apostado a la orilla del Sena. Rodeado de testigos y, por supuesto, ante el fotógrafo, el artista se encuentra en plena ceremonia de cesión de una de sus zonas de sensibilidad pictórica inmaterial. El comprador, Michael Blankfort, había adquirido un trocito de retórica espiritualista a cambio del correspondiente albarán. Apenas una semana y media antes Dino Buzzati había hecho lo propio y había procedido a la quema del documento con el fin de asegurarse la transformación espiritual que Klein prometía. Para entonces un joven italiano muy influido por Klein, Piero Manzoni, había hecho su particular sincretismo del duchampiano <em>Aire de París</em> y de los globos de Klein y había puesto a la venta globos hinchados con su propio aliento, había firmado esculturas vivientes decretando mediante un certificado su estatuto artístico y había diseñado noventa latas de excremento de artista que deberían ser vendidas por el módico precio de su peso en oro. Evidentemente, Manzoni era consciente de que los depravados circuitos del arte recogerían la ecuación freudiana entre el oro y la mierda convirtiéndola en uno de los objetos más representativos del siglo XX. Probablemente ningún objeto producido después de la emblemática <em>Fuente</em> de Duchamp pueda describir con tan acerada saña autorreferencial la condición problemática del arte conceptual. Si Klein había conseguido cobrar en oro el precio del vacío, Manzoni remataría la faena cobrando su equivalente en oro por 30 gramos de mierda. El destino del arte estaba sellado. Arte era todo aquello que, situado en el ámbito de una sala de exposiciones o de un museo, dejaba de operar como artefacto para ser evaluado según la función estética conferida por el contexto. Quedaba demostrado que incluso la nada, la ausencia de artefacto, podía descansar en la eficacia de una función estética liberada del todo a la interpretación. El arte era, o podía ser, pura hermenéutica. La inversión de los términos era redonda: el verdadero artista no era otro que el receptor.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El imperio del comisario y de la crítica afianzaba su poder con más fuerza que nunca. Aunque nadie se atreviera a afirmarlo, el auténtico arte estaba en la palabra capaz de defender lo indefendible. Desde su zona de sensibilidad inmaterial definitiva, Yves Klein sonreía. Había conseguido vender a los emperadores del arte una tela inexistente. Quizá no imaginaba que, cincuenta años más tarde, seguirían exhibiendo sus no-lienzos reitempretados hasta el cansancio por una nutrida saga de chamanes de la vacuidad. Sus obras, al menos en nuestra opinión, no son más que el fantasma de un fantasma que ha conseguido metaforizar con un tino irrepetible la condición, definitivamente problemática, del arte contemporáneo.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando la nada se sitúa en el brocal de una <em>mise en abyme</em> que nos enseña la misma nada proyectada sobre las turbulentas aguas del plagio o del pastiche, lo que vemos no es la nada original, sino una nada vacía, la nada de los lógicos, muda insignificancia de un gesto histeriforme sobre el que campa a sus anchas, igual que un padre al que no se ha conseguido dar muerte del todo, la alargada sombra del clasicismo.<span style="font-family: Times New Roman;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8712564769764074993.post-7846216881817341472012-02-20T19:07:00.013+01:002012-06-04T11:37:44.991+02:00el inconsciente espiritual de jung: del libro rojo a la torre de bollingen<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En 1921 Carl Gustav Jung compra un terreno en Bollingen, en la orilla norte del lago de Zurich, con la intención de construir allí una vivienda y un lugar de estudio. Cumple, así, unos de los sueños que había acariciado desde la infancia: “siempre supe que tendría una casa junto al agua”. En el torreón de Bollingen Jung encuentra la paz necesaria para sumergirse en una de las aventuras de introspección más intensas de las que tenemos noticia. Es allí, en comunicación con las fuerzas naturales y sobrenaturales, donde el padre del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">inconsciente colectivo</i> escribe buena parte de su obra. En los momentos de concentración, iza una bandera para indicar a las visitas que se alejen. Necesita de la soledad para sumergirse en las profundidades del <em>ser</em> e indagar en las secreta juntura que liga el psiquismo individual con la vivencia de lo arquetípico, un catálogo transpersonal de imágenes e historias que atraviesan la barreras geográficas reiterando aquí y allá, con la constancia de un canon,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los motivos que articulan las distintas mitologías, religiones y folclores. “En Bollingen –escribe- estoy en el centro de mi propia vida, soy mucho más el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sí mismo</i>. Por momentos siento que soy uno con el paisaje, que estoy dentro de las cosas, que estoy viviendo en cada árbol, en el batir de las olas, en las nubes, en los animales que van y vienen, en la sucesión de las estaciones”.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Jung construyó el torreón de Bollingen con sus propias manos. Con toda certeza, mientras iba subiendo las paredes de piedra, hilada por hilada, pensó en la verticalidad ascendente del edificio como en un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">axis mundi</i>. Allí habrían de congregarse, con el tiempo, símbolos y presencias de dioses y demonios, ascensiones y caídas, el bien y el mal, el día y la noche, lo masculino y lo femenino, la tierra y el aire, la razón y la magia, el agua que lava y el fuego que aniquila y purifica. Contra el trabajo del sueño y la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">asociación libre</i>, en los que Freud había buscado la emergencia de los dos radicales absolutos de la psique, el erotismo y la muerte, Jung opone el encuentro con los símbolos que nos habitan a través de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">imaginación activa</i> y apela al proceso de individuación que hará de cada hombre una encarnación específica del <em>inconsciente colectivo</em>. En su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Recuerdos, sueños, pensamientos</i> cuenta de qué forma, “a través del trabajo científico, fui asentando paulatinamente mis fantasías y los temas del inconsciente sobre un terreno firme. Sin, embargo, la palabra y el papel no me bastaron. Tuve que reproducir en piedra mis ideas íntimas y mi propio saber, o hacer una confesión en piedra. Ese fue el principio del torreón que me construí en Bollingen.”</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp6PPC8_gx96NcqLerNAHZr8s710esaQmzFw9jaXtFuJtghOosFERsv5w6a5-CTnh5PTdOCzwOMxshRLjyRbgwJwQ-velKZDRHGmlKyjY1VuLgSPI0xCN6bvy15UevLZDLHC1loX9zobXb/s1600/carl-jung.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp6PPC8_gx96NcqLerNAHZr8s710esaQmzFw9jaXtFuJtghOosFERsv5w6a5-CTnh5PTdOCzwOMxshRLjyRbgwJwQ-velKZDRHGmlKyjY1VuLgSPI0xCN6bvy15UevLZDLHC1loX9zobXb/s1600/carl-jung.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Carl Gustav Jung</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Resulta difícil no caer en la fascinación numinosa que inspira el encuentro de Jung con su propia alma a través de dos símbolos universales: una torre y un libro; una confesión en piedra y otra en palabras y en imágenes que Jung encerraría entre las páginas, delicadamente caligrafiadas e iluminadas, de un manuscrito que ha permanecido inédito durante casi ocho décadas: el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Libro rojo</i>. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Siempre supe que toda experiencia encierra algo precioso y por ello no encontré nada mejor que escribirlas en un libro ‘precioso’, es decir, valioso, y en las imágenes revividas al pintarlas”. </span></span><span style="mso-ansi-language: ES;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Libro y torre, en cuya concepción y ejecución se demoró durante largos años, acogieron las visiones del maestro y son, hoy, dos de los lugares donde los peregrinos del alma pueden abrevar su sed de infinito. “La llave es quedarse a solas con uno mismo. Ese es el camino”. Quienes quieran aventurarse en él aprenderán, sin duda, a no retroceder ante las visiones más sobrecogedoras. En la soledad de Bollingen Jung percibió la presencia de sus antepasados, vio imágenes arquetípicas que erizan el vello y escuchó música de origen desconocido. Tal vez por ello, esta finca que parece envolver a los visitantes es una luz misteriosa, sigue siendo uno de los cotos vedados más codiciados por la parapsicología. Tendrán, también, la oportunidad de elegir camino entre la concepción freudiana del inconsciente como fondo de reptiles en el que se aloja lo reprimido y el inconsciente yunguiano, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pleroma</i> cósmico que nos trasciende y al que debemos viajar para aportar activos a un universo que se manifiesta a sí mismo en la tarea de la conciencia.</span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nosotras os invitamos a que os sumerjáis en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Libro rojo</i>, publicado en 2009 tras no pocos forcejeos con la familia Jung, que sigue siendo, también, la propietaria de la torre. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y no es mal consejo que lo hagan guiados por las páginas que Bernardo Nante le dedica en el minucioso estudio recientemente publicado por la editorial Siruela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Libro rojo de Jung. Claves para la comprensión de una obra inexplicable</i>. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Quienes, además, tengan la oportunidad de visitar el santuario de Jung, que parece flotar, a esta hora de la tarde, en una suave neblina metafísica, quizá vean reptar, entre los árboles, a la negra serpiente que sedujo a Eva, o quizá, muy cerca del fuego donde Jung calentó el té, puedan adivinar, entre las sombras, al hombre encapuchado de los indios navajos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Si es así, no tengan miedo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Están a punto de emprender el viaje que los llevará a descubrir el oro de la alquimia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">© alonso y marful</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;"><strong>Dos vínculos:</strong> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial;">El primero os llevará a un fragmento de la Introducción a <em>El Libro rojo de Jung. Claves para la comprensión de una obra inexplicable</em>; el segundo, a la entrevista que el inefable Eduardo Punset hace a John Barth, profesor de la Universidad de Yale en Nueva York: <em>El experto y sabio inconsciente</em>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/libroRojofr.pdf"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/libroRojofr.pdf</span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=a_TMW1uJMCw"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">http://www.youtube.com/watch?v=a_TMW1uJMCw</span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 10pt 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>alonso y marfulhttp://www.blogger.com/profile/02003105894301743774noreply@blogger.com0