Magdalena Cueto
Universidad de Oviedo
El proyecto RE-ACTION, genealogía y contracanon, que
se expone en el Museo Barjola y la sala LAUDEO de la Universidad de Oviedo
hasta el próximo 16 de junio, es algo más que una espiral de intervenciones
artísticas encadenadas. Resulta difícil, de hecho, imaginar una propuesta más
densamente poblada de sentido y de sentidos que esta colección de obras que,
partiendo de 8 imágenes matriz de Alonso y Marful, autoras y curadoras del
proyecto, se desenvuelve a lo largo de ocho pistas o derivas simultáneas. Concebida a la manera de un óctuple cadáver exquisito,
o de una partida de dominó en la que cada nueva artista toma el relevo de la
anterior para ejecutar su obra, RE-ACTION se propone como una compleja
topología estética destinada a componer una alternativa deconstructiva y
feminista al canon occidental.
RE-ACTION
arranca de 8 obras elaboradas por Alonso y Marful a partir de seis imágenes
históricas de Duchenne de Boulogne, Eugene Atget, August Sander y Maurice
Guibert. AyM han sustituido los rostros masculinos por rostros femeninos
arrastrando al paso una marea iconográfica en la que predominan los estilemas
relativos a la castración simbólica y al queer, en ocasiones jugando con
esferas hialinas que nos llevan a enclaves metafísicos frecuentes en la obra de
las artistas. Hay, por tanto, una primera maniobra de apropiación y trans-ducción
de las imágenes originales como resultado de la cual las artistas rompen el
marco y el componente aurático de la obra única, desvelan las políticas de
género implícitas en cada texto y señalan la necesidad de oponer alternativas
de disenso a la quietud falogocéntrica de las genealogías culturales. A partir
de estas ocho matrices, el proyecto se desarrolla a través de otras tantas
pistas en las que cada nueva artista se apropia de la obra previa y ofrece su
obra a la siguiente, desvelando la naturaleza dialógica del arte y dando carta
de naturaleza a una autoría red cuyo carácter transversal y polifónico nos
remite a la muerte del Autor, que Barthes decretaba en su artículo de 1968, y a
una estética relacional que se propone como un perpetuo interjuego de subjetividades
e influencias. Que esta genealogía estética se torne ginológica y que desvele, al paso, la artificiosa naturalización
del canon occidental (que Harold Bloom cifraba en la autoridad de veintiséis
grandes voces masculinas frente a la minoría testimonial de tres únicas
autoras) no puede contemplarse sino como una invitación a la danza de una
igualdad que despliega su eco en el terreno social y político y que contribuye
a hacer de RE-ACTION un auténtico nudo de sugerencias que plenifican la teoría y
alimentan el horizonte emancipatorio de la praxis.
En este contexto, RE-ACTION no sólo se presenta como un
auténtico alegato a la labor de expugnación de que han sido objeto las mujeres
–y, por extensión, todas las minorías- a la hora de configurar el archivo del
canon sino que se comporta, de puertas adentro, como un mecanismo de
re-actuación en el que todas las voces interpretan libremente la obra que las
precede y poseen idéntica relevancia. Hay en este proyecto, que se propone a sí
mismo como “una máquina del movimiento eterno” una llamada a la feliz
confluencia de ética y estética a que se refería Wittgenstein y, en este
sentido, hay que celebrar que se haya unido a él un espectacular desfile de
figuras internacionales. Nancy Buchanan, Regina José Galindo, Susan Schwalb, Tania
Bruguera, Alix Pearlstein, Marta María Pérez Bravo, Kate Gilmore,
Cabello/Carceller, Veru Iché o Teresa Matas son algunas de las 28 artistas que
entrelazan sus voces en este prodigioso telar que seguirán enriqueciendo con
sus hilos muchas otras artistas.
La nueva Penélope no
teje su bufanda esperando la improbable redención de Ulises sino que abre su
trama a otras acciones y convoca la presencia de otras manos. Todas ellas
permanecerán eternamente tendidas -de ahí la vocación infinita de este
proyecto- a quienes quieran entrelazar su hilo para tensar la malla de un
“sujeto nuevo” al que, como propuso Carla Lonzi, le está encomendada la tarea
de urdir nuevos discursos en el seno de una cultura abierta, plural,
integradora y auténticamente orgánica.
No me cabe la menor
duda de que la Universidad de Oviedo y el Museo Barjola tendrán muchas
oportunidades de celebrar su acierto al propiciar el despegue en Asturias de un
proyecto con excelentes perspectivas en el panorama artístico internacional.
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