Hace viento en la isla. La cruz donde tenemos montada nuestra pequeña vía dolorosa se ha caído con un empellón de viento y yace ahora tumbada sobre el suelo. Mojada, vagamente inerme. Más tarde la levantaremos e intentaremos llevarla a la bodega. Encontrará en ella una intimidad que no le ha concedido esta intemperie límpida de la isla, el asedio implacable de la luz que escruta los rincones y me obliga a entornar las persianas buscando la indulgencia feliz de la penumbra. Esa imagen de la cruz posada en la bodega trae a mi recuerdo nuestros juegos de adolescentes, cuando coleccionábamos imágenes de la prensa mística. La boca arrobada de algún santo bebiendo “de la interior bodega” de Cristo, la llaga que llamea en el costado, rociada con vinagre. Mi corazón navega silencioso mientras las horas ven pasar las rutinas de un estudio que se esmera en mantener en orden la correspondencia. La burocracia que rodea al Memorial del Agua circula con cierta fluidez en varios idiomas intentando vadear fronteras geográficas, fronteras administrativas, los corazones parapetados como fronteras.
A ratos me invade una sorda impotencia ante el silencio de un mundo moralmente anestesiado. A ratos me refugio en los acordes de Satie o de Ludovico Einaudi. Los proyectos parecen ir apilándose, uno por uno, como siguiendo el dictado de una armonía secreta. Escribimos sobre el Memorial del Agua, que va perdiendo la rigidez de los primeros mensajes y va sedimentando en una sustancia espiritual que será, a partir de ahora, la que marque su ritmo y su cadencia.
L’eau est l’origine de la vie. Depuis les primitives cosmogonies, dans lesquelles elle a un rôle fondamental, l’eau fut reconne comme un élement revêtu d’ un gran symbolisme antropologique et culturel. Eau de la vie qui est presente dans les rites des différentes religions, son protagonisme dans l’histoire de l’art est constant, depuis les premiers répertoires iconographiques jusqu’aux dernières tendances de l’art contemporain.
Dans notre projet, le leit motiv de l’eau adquiert une articulation estétique totalment inédite. Elle souligne sa relation avec notre matière première et celle de notre planète, qui propose un jeu de correspondances alégoriques dirigées à remarquer une position holistique. Réunir de l’eau de chaque coin du monde au sein d’ une colection destinée à confluer dans un même récipient (la Bouteille de toutes les Eaux) c’est instaurer une puissante métaphore d’unité et d’ unión. L’eau recupérera, ainsi, son éternel symbolisme de vie, de solidarité, de pureté, de connexión mystique, de transformation spirituelle et de croissance. (fragmento de carta enviada esta mañana a la delegación de la ONU en Ginebra).
Hemos abierto una cuenta en facebook que alimentamos con una improvisada colección de agua y arte, no obstante nos damos cuenta de lo lejos que se ha ido el arte contemporáneo. Ayer colgamos la Crown Fountain, de Jaume Plensa, y no parece que nadie sienta en ella las metáforas acerca de la filosofía del giro lingüístico y las soberbias alegorías acerca de la constitución retórica de la realidad que nos envuelve y nos asedia. No son muchos los que son capaces de emocionarse con las circunvoluciones de un metadiscurso. Plensa lo sabe. De ahí la obra, la caricia sensual, de tantos otros Plensa, la subyugante dulzura de formas y colores, las hiladas de letras derramadas sobre los rostros del Otro, el extranjero, el paria, el anciano, el enfermo. Si el arte no se siente, hay que dejarlo. Abriremos miles de gavetas, cementerios de artefactos incapaces de hablar el lenguaje de una estética que, como quiso Kafka, ha de darnos un hachazo en el cráneo para permitirnos mirar, por la fisura, algo que ingorábamos de nuestra propia esencia.
La pertinencia del viejo adagio sigue siendo plena: si no puedes olvidarlo, es arte. Abandonamos, por hoy, la tentación de hablar acerca de una modelización secundaria en las obras donde el bucle de la inteligibilidad parece volver sobre sí mismo con una intención icónica. Las palabras componen, efectivamente, el orden simbólico que, al plegarse sobre el imaginario, actúa sobre él igual que un molde que hace fraguar nuestros ideales, sueños, aspiraciones, opiniones, repulsas… Los tiranemas de las palabras juventud, delgadez, glamour, fuerza, control, equilibrio, dinero… van tejiendo una malla de significantes-maestros que se diseminan como un cáncer, generando, aquí y allá, metástasis ideológicas de una cultura del malestar para la que nuestro estar ha de ser un estado de indigencia técnica. El mercado es el subrogado postmetafísico de la dynamis divina, y, muerto Dios, ya no se nos convoca al templo sino a la mezquita laica del centro comercial, nuevo axis mundi del animal deseante, máquina de consumo en cuya espiral de instisfacción se basa el movimiento de la rueda… Y aún así… “Cuando la rueda del dharma pase por Wall Street ensilla tus caballos, querida Jean, es hora de cambiarse de planeta." Stop, pues. Let´s change the subject. Nos refugiamos en los ritos primordiales. Concebimos metáforas de agua y solidaridad que son operativos de resistencia lírica y que, como tales operativos de resistencia lírica, deben medir los tiempos en que la poesía de los flujos primordiales, arborescencias hermanas del agua, la sangre y el aire, ríos, arterias, bronquios, fisiología desnuda de la vida, alcancen a
ese otro autor que eres tú,
hermano que te conectas a la red desde las altas secuoyas de Valdivia,
desde la luna tórrida de Itahue
desde el fragor azul de todos los océanos,
a ti, que debes recoger el agua con nosotras, iniciar con nosotras una oración circular como el planeta, asumir tu papel de autor y de re-autor porque ninguna revolución se ha hecho con un sólo par de manos.
No reclamamos para nosotras, nunca lo hemos hecho, la impecable sutura de la lógica, la rigidez que anuda las teorías, las homilías, los mítines o los sistemas. Dadnos un margen de libertad y haremos del mundo una jerga habitable, un don, un plano americano sobre
un pecho sin nombre ni adjetivos
un corazón conectado a las mareas.
6h. de la tarde
Estoy leyendo a Penrose. Leyendo a ráfagas, creando intermitencias que me llevan de Penrose a Pizarnik y de Pizarnik al Astavakra Gîtâ. Buscando la repristinación de un sonido que nada signifique. Un sarpullido aleatorio sobre la página en blanco. Un balbuceo. Un eco que idealmente pudiera ser desligado de toda interpretación, incluida la sobreinterpretación paranoide de cuáles son las razones que nos hacen perseguir la utopía de la abolición del sentido, el retorno a un protolenguaje evoadánico. Jugar con las palabras.
Puede parecer curioso
soñar (bien o mal) es insípido
sólo un dibujo, una grieta en un muro
cualquier momento de vigilia o insomnio
es un movimiento de Poincaré
algo en el viento, un sabor amargo
X me decía
las líneas–de-universo de los fotones
no el poema de tu ausencia
para poder extenuarlo, eximirlo.
Y para ti, lector, mon semblable, mon frère,
un sínodo de nombres y el osario
febril de la aduanas
que recorren el mar
en esta noche inmensa de las islas.
© alonso y marful
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